Otras miradas

¡Felicitaciones Rubiales, tú sí que eres un campeón!

Roberto Montoya

Periodista y escritor

Roberto Montoya

Foto del pasado mes de junio del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, durante la presentación de las jugadoras seleccionadas para acudir al Mundial de Fútbol femenino de Australia y Nueva Zelanda. E.P/Oscar J. Barroso/Afp7
Foto del pasado mes de junio del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, durante la presentación de las jugadoras seleccionadas para acudir al Mundial de Fútbol femenino de Australia y Nueva Zelanda. E.P/Oscar J. Barroso/Afp7

¡Qué mal lo debes estar pasando Luis! Ya falta poco, aguanta un poco más para terminar tu actuación.

Piensa a mediano y largo plazo; ya habrá tiempo para el desagravio, para que todo el mundo se disculpe contigo por creerse que todo esto iba en serio y te agradezcan la gran gesta que has hecho por el feminismo en este país.

Has provocado un Me Too en el mundo deportivo. ¡Qué digo, en toda España, en el mundo entero!

Por ahora mucha gente -no toda, no te creas- te ve como un monstruo, como un ser despreciable, pero esto durará poco.

Cuando se sepa la verdad, cuando llegue a las pantallas la peli que estamos filmando junto con un gran reportaje de cómo se hizo toda esta gran producción pasarás a ser admirado, pasarás a la historia Luis.

Al principio pensé que no ibas a poder convertirte del día a la noche en un actor tan increíble. Vamos, que vas directo a los Goya, a los mismísimos Óscar, que te lo digo yo.

Debo reconocer ahora que acertó esa directora de cine tan buena, feminista ella, que te eligió a tí hace años para que simularas ser un personaje ambicioso, corrupto, misógino a ultranza, chulo como el que más.

Y también estuvieron geniales esos actores tan buenos que te enseñaron cómo hablar y gesticular, qué cosas bestias decir, qué miradas babosas y expresiones usar con las jugadoras. Pobrecillas, les debías dar asco.

Tanto la directora como los actos, todos ellos lograron hacer de tí, del bueno, honesto y feminista Luis Rubiales un ser despreciable, un machista de esos de libro.

Fue duro aquello, eh? ¡Y tanto tiempo! Hasta tu familia, amigos y compañeros se lo tragaron.

Con la complicidad de Piqué tuviste que simular también esa corruptela millonaria para llevar la Supercopa a Arabia Saudí. ¡Un pelotazo de 24 millones de euros!

Ya me acuerdo cómo filtrasteis a la prensa a través de intermediarios los audios de vuestras supuestas conversaciones en las que hablábais de millones como si fueran calderilla. ¡Qué bien os salió aquello, ja, ja!

Estuvo también increíble cuando hiciste como si pagaras con tarjeta de la RFEF los gastos de aquellas orgías simuladas que celebraste en tu mansión granadina, en Salobreña. Hasta tu tío Juan Rubiales se lo creyó y te denunció ante la Fiscalía Anticorrupción.

¡Cómo se va a alegrar cuando se entere que todo fue un simulacro y que aquellas chicas tan despampanantes que llevaste para que todos las vieran entrar a tu casoplón eran en realidad figurantes y que solo tomasteis un té con pastas con ellas, echando unas risas por la que habíais liado!.

¡Y cómo se va a sorprender también David Aganzo, el presidente del sindicato AFE (Asociación de Futbolistas Españolas) que en realidad se creyó eso de que habías contratado a una agencia de detectives para vigilarle y saber con quién se reunía para conocer planes que te pudieran afectar.

Eres la ostia Luis.

Yo te dije que esta tía, la directora de cine, es buenísima, una tía progresista, radical, de las que te gustan a tí. Sí, ya lo sé que tú sabes muy bien separar siempre tu vida profesional de la personal.

Esta es una gran súper producción en realidad que va a dejar a Hollywood atónito, y tú eres el gran protagonista Luis, el único protagonista.

La directora tenía muy claro su objetivo y encajasteis perfectamente. Los avances de la lucha de la mujer en España iban  -y van todavía hasta que esto haga efecto- demasiado lentos, había que buscar un revulsivo, algo que produjera un crack, una conmoción social, que provocara una catarsis en la sociedad.

Hacía falta algo muy fuerte que obligara al tan testosterónico mundo del fútbol a darse un gran golpazo, a que se estrellara contra un férreo muro de jóvenes mujeres jugadoras, admiradas mujeres campeonas mundiales que dijeran ¡Basta! ¡Basta de machirulos, basta de humillaciones, basta de agravios! ¡Nunca más!

Tú lo lograste Luis. Sin tu ayuda hubiera sido muy difícil. Estabas en el lugar indicado, en la cúspide de la poderosa Real Federación Española de Fútbol nada menos, y en un momento especial de auge del fútbol femenino. Una oportunidad única.

Y lo de tu actuación en el palco junto a la reina y la infanta fue impagable. Me imagino lo que habrás sufrido, la vergüenza que te habrá dado darle ese beso a la pobre Jenni, que quedó shockeada, y después eso de agarrarte las pelotas de esa manera.

¡Uff, una escena digna del mejor actor! ¡Te salió muy bien, muy creíble! Ya te ví en los ensayos cuánto te costaba hacerlo. Te resististe, pero ya viste, dio resultado, todo el mundo habló del tema. Una pasada!

Además lo hiciste en el momento justo, cuando te avisamos por el pinganillo que era el momento, que estaban todas las cámaras de canales de televisión de todo el mundo enfocando.

Y lo último, tu actuación en la asamblea de la federación. ¡Qué fuerte! Tu discurso fue impresionante. ¡Cavernícola total, ja, ja!

Me pareció un poquitín exagerado, pensé que se iba a destapar todo, que la gente no se iba a creer que un tipo tan poderoso, que había llegado tan alto, que se codeaba con autoridades, vamos, toda una institución, pudiera ser tan miserable, tan misógino, tan chulo, tan prepotente, tan basura.

Estuvo también muy bien que te metieras con Irene Montero, con Ioane Belarra, con Pablo Echenique, con Yolanda Díaz. Vamos, nada menos que tú, un tío votante de Podemos desde que nació parecías uno de los más ultras de Vox. ¡Impresionante Luis, impresionante!

Aguanta Luisito, que esto se acaba pronto. Los efectos de tu actuación ya empiezan a verse.

Ya has visto que has logrado que las jugadoras futbolistas hagan piña, que se plantaran, que se atrevieran a denunciar el machismo, la discriminación y humillación diarias que sufren, y que se retrataran los varones, los futbolistas varones, los entrenadores, los periódicos deportivos y no deportivos, tertulianos varios, políticos, mucha, muchísima gente.

Muchas sorpresitas, no? Qué poquitos equipos masculinos y qué pocos jugadores varones te criticaron, eh? Vaya solidaridad con sus compañeras. ¡Qué vergüenza! ¡Cuánto queda por hacer!

Y qué fuerte lo de la Federación, no? Ante un discurso bestia, troglodita y lleno de mentiras como el que diste ante ellos en la asamblea, especulamos, recordarás, con que a algunos les pesara más su puesto y su pasta que la conciencia, la ética, o que simplemente fueran súper machistas y te apoyaran. Pero tantos?

Aplaudir te aplaudieron la mayoría, algunos con mucho entusiasmo, de pie, otros más de compromiso, sin saber qué hacer.

Eso de poner en la primera fila a los entrenadores del fútbol masculino y femenino, a presidentes territoriales y miembros de la Junta Directiva de la RFEF, fue un acierto. Los obligaste a retratarse. Es verdad que algunos y algunas se quedaron tan desconcertados cuando vieron que no dimitías como todo el mundo esperaba que no sabían dónde meterse y qué hacer.

Como vieron que Luis de la Fuente y Vilda y unos cuantos, demasiados, se ponían de pie y te aplaudían con entusiasmo, sea porque piensan como tú -vamos, como tu personaje- o porque te deben mucho y quieren conservar su puesto, pues, muchos otros les siguieron la ola y aplaudieron desganados, incómodos. Se les veía en la cara.

Fueron precisamente muchos de esos y esas incómodas quienes al día siguiente reventaron y dijeron ¡basta! Vilda se quedó solo cuando 11 miembros de su staff sacaron ese comunicado solidario con Jenni.

Y claro, él y Luis de la Fuente y varios más tuvieron que saltar del barco  y abandonarte antes de hundirse también; cambiaron de guión y se desmarcaron de tí.

Nadie les creyó, claro, a Vilda sobre todo se lo conoce desde hace un rato. Te debe mucho y siempre fuisteis uña y carne.

Incluso a nivel internacional, qué reacción, impresionante, una maravilla! Nunca se vio algo igual.

Pero bueno, sabíamos que iba a pasar, que tu actuación, todo este montaje iba a servir como un revulsivo, un terremoto en la sociedad, pero, ojo, que no creamos con esto que se va a cambiar la mentalidad de tantos ‘Rubiales’ de un día para otro, que el patriarcado, ya lo sabemos, tiene raíces muy profundas, que hay que cavar hondo para arrancarlas. Esto es solo el comienzo.

Ahora hay que terminar con la peli, que es en realidad como un gran reportaje, como un documental. Falta poco.

Ya la FIFA preventivamente te suspendió durante 90 días hasta que se aclare todo esto, muy bien, lo que tocaba, pero un poco lamentable que fuera una organización internacional como esa y no el propio Consejo Superior de Deportes, el CSD, el que se moviera primero.

Al fin el Gobierno se movió, sí, movió al CSD y ahora mismo el caso está en manos del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) decidir tu futuro. Vamos, el futuro de ese ‘Rubiales’ que inventamos.

Y ahora también se movió la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ya era hora también.

A saber qué hubiera pasado si en vez de estar todavía en funciones este gobierno progresista hubieran estado Feijoó y Abascal en el poder. ¿Te imaginas a Abascal diciendo que eso no fue una agresión sexual sino en todo caso "efusividad excesiva" o de últimas "violencia intradeportiva que pasa también entre hombres"?

Lo dicho Luis, aguanta un poco más que esto se acabará pronto. Y vete pensando qué quieres hacer cuando esto termine y esta gran producción cinematográfica rompa las taquillas, ya lo verás.

¿Vas a seguir al frente de la RFEF, si te dejan después de que se aclare que todo esto fue un montaje, o te vas a lanzar al cine como te aconsejó la directora?

Tienes talento Luis, después de semejante actuación tienes futuro.

Un piquito tío, si lo consientes claro, ja, ja. Que sí, ya sé que tú con esas cosas no juegas, que eres muy estricto con lo del Sólo Sí es Sí.

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