El varapalo que ha recibido hoy la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en el Congreso a en manos del PP, no es que haya reavivado ningún rescoldo, es que sencillamente la fogata jamás se apagó. Lo único que ha cambiado es lo que algunos ansían arrojar a las llamas.

Si el PP quería acabar con los escraches pacíficos que promueve la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), esos que algunos populares consideran ramificaciones del nazismo (otros tan sólo quieren sofocarlos "a hostias"), con lo que ha hecho hoy en el Congreso no va a allanar el camino. Las Fuerzas de Seguridad del Estado ya habían advertido con anterioridad a Interior que se avecina una primavera caliente en términos de conflictivad social. Ahora mismo, según estoy escribiendo estas líneas, "caliente" se me queda corto, oiga. El mercurio se va a disparar tanto que es posible que alguno se queme vivo.

Los escraches no sólo no se reducirán sino que se extenderán a reivindicaciones más allá de las hipotecas... mal que le pese a algunas como la vicepresidenta del Gobierno, que ojalá se moviera con tanta celeridad en los juzgados por causas sociales como lo ha hecho por la concentración que tuvo lugar en su domicilio. Y aquí es donde entran en juego las matemáticas: ¿cuénta el Gobierno con efectivos suficientes para reprimir todos?

Sólo para evitar el escrache al presidente del Congreso, Jesús Posada, Interior envió 8 furgones policiales, ya saben, las lecheras. Entonces había unos 150 activistas concentrados. Hoy, para poco más de medio centenar de manifestantes en las puertas de IDC Salud (conocida como Capio o la empresa de paraísos fiscales que se apropia de la Sanidad pública madrileña), Cristina Cifuentes ha enviado 6 lecheras... a lechera por decena de manifestantes. En algunas concentraciones en la sede del PP en Génova por la corrupción que le salpica, llegaron a acumularse hasta 30 lecheras.

¿Cuántos policias nacionales hay en toda la Comunidad de Madrid? Unos 13.700, según datos facilitados por el Gobierno en el Congreso el pasado mes de marzo. ¿Qué sucedería si el próximo 25 de abril, cuando está convocada la concentración 'Asedia el Congreso' se convocaran también, de la manera más clandestina posible, al menos media docena de escraches en la capital? Hay que recordar que sólo para el 25-S de 2012 hubo un dispositivo policial de 1.400 agentes. Si el próximo 25-A se convocan concentraciones simultáneas (con o sin autorización) a Congreso, Zarzuela (motivos no faltan) y Moncloa, junto a otra media docena de escraches... ¿cómo se las ingeniaría Cifuentes para que salieran las cuentas sin desproteger de la criminalidad cotidiana a la ciudadanía? ¿Recurrirían a la Guardia Civil? Un cuerpo el de la Benemérita que, por cierto, en un año ha visto cómo se ha reducido el número de sus efectivos en la Comunidad de Madrid, disponiendo de 6.880 según los últimos datos oficiales.

Los golpes de Estado de antaño, en plan Tejero, son eso, cosas del pasado. Ahora son legítimos y llegan al poder partidos políticos gracias a programas electorales radicalmente opuestos a lo que luego ejecutan, o sea, mintiendo. Y no pasa nada... hasta ahora, que el pueblo parece no aguantar más, que no está dispuesto a seguir viviendo en la miseria con la desalentadora sensación de que, encima, los de arriba se ríen de él. Hasta ahora, que igual la ciudadanía tira de matemáticas y por fín se da cuenta que ni siquiera un Gobierno tiene suficiente con todos los efectivos de las Fuerzas de Seguridad para detener a un pueblo que se siente ultrajado, engañado y al que le han arrebatado su dignidad, su soberanía popular que  mancillan una y otra vez quienes gobiernan.

Cuentan que las gaviotas lloran para eliminar el exceso de sal que tienen por haber bebido agua del mar. Esta primavera, las gaviotas también van a llorar y también va a ser como consecuencia de un exceso. Y van a llorar tanto que igual ni les quedan fuerzas para remontar el vuelo.

Escraches y matemáticas.