Mañana toca votar en Catalunya y hoy, por tanto, es el día dedicado a la jornada de reflexión. Sin embargo, si analizamos los vivido en los meses y, muy especialmente, en las dos últimas semanas, creo que habría sido mejor invertir los plazos, y dedicar 15 días a la reflexión y tan sólo una jornada de campaña.
Esta pasará a la historia como una de las campañas más vacías, más huecas y menos útiles de cuantas hemos vivido en España. La falta de argumentarios serios, la cantidad de pseudoreflexiones y los discursos carentes de veracidad y absolutamente desligados de las acciones de quienes los pronuncian han sido la tónica general.
Era indiferente mirásemos a quien mirásemos, escucharáramos a quien escucháramos. Esta campaña electoral no ha servido más que para infundir más odio, más o miedo o, en el mejor de los casos, más hastío e indiferencia. Nadie ha estado a la altura de las circunstancias: se ha promovido la desinformación, algo que, incluso asumido como ya tenemos asumido que las campañas electorales son el reino de la mentira, ha hecho aún más daño de lo habitual.
Por todo esto, tendríamos que haber reivindicado 15 días de reflexión y uno solo de campaña. Si tras esas dos semanas, los discursos en el único día de campaña continuaban siendo tan huecos, manipuladores y alejados de la realidad, una ciudadanía más sosegada y reconciliada con l@s suy@s tras ese período de reflexión votaría en consecuencia, sin recurrir al fanatismo político y votando "a favor de" y no "en contra de".
No ha sido el caso y mañana veremos qué efectos ha tenido esta campaña electoral en la que nadie ha puesto encima de la mesa un solo estudio serio de, por ejemplo, cuánto costaría asumir a las dos partes la independencia de Catalunya, cómo se articularía el proceso, cuál sería el peaje a pagar, como ahora negocia Reino Unido con su Brexit. Por no aportar, como pudimos comprobar en televisión, ha habido candidatas que ni siquiera conocen la tasa de desempleo de la Comunidad que aspiran a gobernar. Ese es el nivel... así que, aunque sólo sea hoy, votantes, reflexionen y acudan a las urnas en consecuencia, aunque sea en esta democracia sucedánea que tanto interesa a ciertos partidos (y a los poderes que representan).