Las calles se llenaron ayer de gente de bien que no se rinde ante la amenaza de la extremaderecha que intenta rearmarse con la complicidad de PP y Ciudadanos. Cientos de miles de personas en toda España gritamos contra quienes llegan a las instituciones para arrebatarnos derechos que tanto tiempo ha costado lograr. Anoche, el clamor popular fue una bofetada de realidad para esa amenaza del fascismo, que se quedó agazapado en su madriguera. Hoy Juanma Moreno será investido, mañana será embestido por el tsunami feminista que no tolerará más injusticia social.
Las movilizaciones que tuvieron lugar anoche por toda España y, especialmente, en Andalucía, han de poner en guardia a una derecha crecida, a todas esas personas que se creen con vía libre para escupir discursos machistas, homófobos, racistas, xenófobos... No tienen tal vía, por mucho que desde PP y Cs estén blanqueado el discurso miserable de Vox.
Mientras Juanma Moreno (PP) daba más pruebas de su mezquindad recurrendo en su discurso de investidura a intelectuales de la izquierda que la derecha censuró, aniquiló y enterró en fosas comunes, las calles eran un hervidero de libertad, igualdad, solidaridad. El líder de Vox Andalucía, Francisco Serrano, nos llamaba "kale borroka", evidenciado lo mentecato que puede llegar a ser, lo hueco de su discurso plagado de paparruchas... lo mala persona que es, en definitiva.
Hubo quien ayer me dijo que ya es tarde, que quienes salían a la calle tenían que haberse levantado del sillón paras votar el pasado 2 de diciembre en Andalucía... Tienen razón en la segunda premisa, pero no en la primera. No es tarde, ni mucho menos. Hoy se culminará la infamia del ascenso de la derecha más rancia al Palacio de San Telmo, pero lo que ellos bautizan como "el principio del cambio" puede convertirse en "el principio de su infierno". Así será si se arrodillan, como han hecho hasta ahora, a los postulados fascistas de Vox. De seguir el juego a Abascal y l@s suy@s, las calles van a vibrar más que nunca.
No, no es tarde. Anoche tuve el honor de compartir pancarta con el Sindicato de Estudiantes de Málaga Libres y Combativas, manifestándonos cientos y cientos de personas por las calles de Málaga, superando cualquier previsión, liderados por las mujeres de todas las edades. Y entonces, en ese momento y hoy afónico, supe que no es tarde, que las citas electorales del próximo mes de mayo son una oportunidad de excepción para volver a meter en su agujero a esa extremaderecha que en España no tiene hueco. No lo tiene. No es tarde. ¿Escraches? ¿Kale borroka? No, revolución feminista.