Estación Término

Tony Soprano habla de la muerte con su psiquiatra

Antonio Aramayona
Profesor de filosofía y miembro de DMD

 

En uno de los primeros episodios de la serie televisiva Los Soprano, Tony Soprano anda liado con el control de un restaurante que en parte es propiedad de unos judíos pertenecientes a una secta rabínica. Por mucho que Tony y sus compinches extorsionan y "sacuden" a uno de los dirigentes de aquella secta, no consiguen de momento su objetivo. Tony Soprano, frustrado, le comenta tamaño contratiempo a su psiquiatra, Jennifer Melfi. "Hay tipos que tienen unas creencias que les hacen no temer a la muerte", se queja Tony Soprano, a lo que su psiquiatra responde de inmediato: "O más bien tienen esas creencias de tanto que la temen".

Al llegar a este punto, detuve el episodio y estuve sonriéndome un buen rato, mientras saboreaba la aguda respuesta de Jennifer Melfi. En una serie de gran éxito comercial y destinada al público en general, el guionista había colado un torpedo de enorme carga explosiva para quienes se percatasen del mensaje agazapado tras el irónico comentario de la psiquiatra de Tony Soprano.

En una plácida asociación de ideas, recordé también que al mes escaso de que las Cortes de Aragón aprobasen la "Ley de derechos y garantías de la dignidad de la persona en el proceso de morir y de la muerte", los obispos católicos publicaban una Carta Pastoral titulada "Solo Dios es el señor de la vida", donde se oponían a la mencionada Ley porque puede "proteger acciones de eutanasia encubierta", la cual quedaba relacionada con lo paradelictivo y antimoral.

Dios, único señor de la vida, versus la persona que libre y responsablemente decide sobre su vida y su muerte, lo que implica la libre y responsable elección del momento y los medios para finalizarla. Los sistemas de creencias de determinados grupos condenan a las personas que aman su libertad y su vida sobre todas las cosas, y precisamente por ello, estas no quieren que ninguna ideología dictamine cómo ha de ser su vida y su acabamiento.

Algo similar ocurría en el mundo greco-romano, donde incluso quitarse la vida era un acto honorable, racional y legalmente admitido, pero no les estaba permitido a los esclavos, los condenados a muerte y los soldados, pues solo su amo correspondiente era el dueño y señor de sus vidas. En otras palabras, solo podía disponer de su vida quien era libre. Pues bien, las instituciones y las ideologías ultras que niegan el derecho a disponer de la propia vida siguen dando la espalda a la libertad constitutiva de cada ser humano para vivir y morir según los dictados de su propia conciencia, especialmente cuando padece un deterioro irreversible y un sufrimiento insoportable.

No deja de ser, pues, una grata noticia  para toda la ciudadanía que se haya abierto una vía más para dar a conocer el derecho fundamental de una vida y una muerte dignas, al comprobar la inclusión en ese enorme ágora que es Plaza Podemos de unas propuestas sobre vida y muerte dignas que condensan las ideas fundamentales de la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente (AFDMD).

En Plaza Podemos la muerte digna es presentada como la continuación natural del derecho a una vida digna, de tal forma que el fundamento del derecho a una muerte digna es el mismo derecho a buscar y disfrutar de una vida digna mediante la realización concreta y efectiva de los derechos expresados en la Carta Universal de los Derechos Universales de la ONU.  La vida de cada persona está en sus manos, regida por su libertad de conciencia y su libre albedrío.

Pues bien, como consecuencia de ello, un derecho inalienable de cada persona es disponer libre y responsablemente de su propia vida, por lo que solo la libertad de conciencia de cada persona puede y debe decidir el momento y las circunstancias de su muerte digna. Por consiguiente, ninguna institución o ideología están legitimadas para suplantar o anular la conciencia, la libertad y el derecho de cada persona a decidir y disponer sobre su propia vida y su propia muerte.

Y que todas estas ideas estén recogidas en ese bullir de propuestas y contrapropuestas de Plaza Podemos constituye un paso más para reivindicar todos y cada uno de los derechos humanos fundamentales (incluido el derecho a una muerte digna), arrebatarlos de las manos de algunos clérigos, juristas, médicos y usurpadores de las conciencias ajenas en general, y ahuyentar así los miedos y tabúes que aún pueden morar en las mentes de algunas personas.

Derecho a la muerte digna from podemos

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