Firmas Olímpicas

Si fallo en el maratón, no tendré excusa

Ya me queda cada vez menos. Apenas unas horas para el maratón. Y aquí sigo esperando. Hoy ha sido un día especial. Mi pequeño Nicolás ha cumplido dos años. Parece que fue ayer cuando nació dos semanas después de mi medalla en el Europeo de Goteborg. Está claro: los años pares me traen suerte.

Le he tenido que cantar a Nico el cumpleaños feliz desde el móvil, y espero regalarle el domingo un bonito regalo. El entrenamiento de hoy ha sido suave. Apenas 36 minutos a ritmo cómodo. Eso sí, me he permitido pegar una pasada a Bekele que estaba por allí (me imagino que haciendo un calentamiento) y a Tadesse, que también iba suave. Aunque ellos fueran despacio, ¡esto da moral!

Hoy también he salido a comer fuera de la villa. He quedado con Nuria en el Hospitality de Nike y hemos pasado unas horas juntos. Ella se mueve ya por Pekín como Pedro por su casa. Yo sólo sé moverme en taxi, y con el destino escrito en chino.

La climatología ha vuelto a cambiar. Si ayer llovía hoy lucía un sol radiante con la humedad no muy alta. He visto los pronósticos para el domingo y parece que las temperaturas estarán entorno a 27 grados con una humedad tolerable. Aunque, si les soy sincero, tengo ganas de que las condiciones sean duras. Mi apuesta de venirme con tanta antelación pasaba por adaptarme a la altísima humedad y a la polución. Así que no tengo excusa.

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