La lupa

Federer y el llanto

Federer lloró ayer tras su derrota ante Nadal. No pudo igualar el récord de Grand Slam que ostenta Sampras. Otros lloran por cosas diferentes. En ocasiones, más dramáticas. El llanto más desgarrador que recuerdo pertenece a la literatura. Al final de Carpe Diem, de Saul Bellow, un hombre fracasado se cuela en el funeral de un desconocido para soltar en un contexto apropiado todo su llanto acumulado durante años. Los asistentes especulan sobre el personaje y concluyen que se trata un

pariente muy querido del difunto.
¡Cómo conmueve el llanto!

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