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¿Se pueden adaptar las vacunas a una nueva variante de la covid?

¿Se pueden adaptar las vacunas a una nueva variante de la covid?
Crédito de la imagen: European Food Safety Authority

Cuando pensábamos que la pandemia estaba terminando, la nueva variante ómicron ha provocado un nuevo cierre de fronteras en algunos países. La recuperación económica tras la crisis global más importante desde la Segunda Guerra Mundial vuelve a estar en duda.

¿Las vacunas actuales son eficaces frente a la variante ómicron?

Aún no se sabe con certeza. La variante ómicron se detectó por primera vez hace siete días. Serán necesarias varias semanas para medir cuál es la eficacia de las vacunas actuales frente a ella.

¿Es posible fabricar nuevas vacunas de forma rápida frente a una nueva variante?

Sí. A diferencia de las vacunas tradicionales, las tecnologías que se han desarrollado para las vacunas del coronavirus permiten modificarlas y manufacturarlas de forma muy rápida.

¿Por qué es tan fácil desarrollar vacunas frente a una nueva variante?

Para entenderlo, debemos empezar por recordar cómo funcionan las vacunas.

Las vacunas 'tradicionales' se basaban en introducir en el cuerpo una versión debilitada o muerta del virus. Así nuestro sistema inmunitario se entrena por si alguna vez se encuentra con el virus real.

El problema de esas vacunas es que no es nada fácil 'manufacturar' una versión  debilitada o muerta del virus. Los procesos químicos y biológicos para conseguir suficientes copias son muy complicados.

Una alternativa es introducir en el cuerpo sólo un 'trozo' del virus. Como podéis ver en la imagen siguiente, el coronavirus está formado por varias 'partes': la espina (señalada con la letra S), la membrana (M), la proteína de la nucleocápside (N), etc.

¿Se pueden adaptar las vacunas a una nueva variante de la covid?

En vez de introducir en el cuerpo el virus debilitado 'entero', bastaría con introducir sólo 'espinas'. Así el sistema inmunitario se entrenaría con ellas y estaría preparado si alguna vez se encuentra con el virus entero original.

Pero manufacturar espinas del virus en el laboratorio tampoco es fácil

Producir espinas del virus en el laboratorio a escala suficiente es también demasiado complejo.

Y aquí viene la idea genial de las vacunas de tipo ARN: en vez de fabricar las espinas en el laboratorio, pedimos a nuestro propio cuerpo que las produzca.

Basta con inyectarnos las instrucciones (en forma de ARN) de fabricación de las espinas del virus. El cuerpo se encarga del resto: él manufactura las espinas con las que se entrena a su vez el sistema inmunitario.

La nueva variante tiene muchas mutaciones en la espina

La variante ómicron tiene decenas de mutaciones en la espina respecto al virus original.

Pero no hay ningún problema para desarrollar vacunas: lo único que cambia es que las instrucciones que tenemos que inyectarnos son las instrucciones que corresponden a la espina de la variante ómicron.

¿Y es rápido 'manufacturar' nuevas instrucciones?

Rapidísimo. Usando la tecnología del ARN, los laboratorios pueden preparar nuevas instrucciones en cuestión de días. Una vez tienes secuenciada la nueva variante, es sólo cuestión de meterlo en un ordenador, crear un 'esqueleto de ADN' y dejar que una enzima llamada 'polimerasa-ARN' haga su trabajo para sintetizar las instrucciones que corresponden.

Es un proceso químico que ya se conoce bien y que puede amplificarse rápidamente a gran escala. En cuestión de semanas habría millones de nuevas vacunas listas para ser administradas.

¿Por qué las vacunas tradicionales son más lentas de producir?

Para las vacunas tradicionales necesitarías otras células (por ejemplo huevos) para producir el material biológico. Eso es un proceso mucho más lento y complejo.

 

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