Puntadas sin hilo

La Nación ya no está en la UCI

Y la han pasado a planta. Lo que ocurres es que nunca fue necesario meterla en la Unidad de Cuidados Intensivos. Lo hicieron para aparentar que la dolencia era más grave de lo que dijeron y así justificarse como sobresalientes cirujanos. Aunque de paso dejaron en coma a media nación. Unos tuvieron tratamiento y otros fueron dejados en el desamparo. Unos dispusieron de habitación individual y otros intemperie, desahucio y miseria. Y es que, de hecho, la sanidad de la Nación está privatizada y entregada a los tiburones del negocio.

Ahora, hoy, celebran un happening para tirarse los trastos a la cabeza. Los de las habitaciones individuales han sido dados de alta y ni se preocupan. Los de la intemperie siguen rebuscando en los contenedores de basura o el menú hospitalario se lo sirven en comedores llamados sociales (que no vemos y por eso permanecemos insensibles, solo vemos realities en tv).

Como dicen que va a haber elecciones, los que mandan prometen cosas, que, si no las hubiera no las prometerían, y luego si ganan las vuelven a quitar. Los que quieren mandar dicen que todo está mal y prometen que si mandan darán cosas que no dieron cuando mandaban. Hay unos que no están pero se les espera y mañana darán un mitin offParlamento. Son unos que dicen que pueden y que quieren poner todo patas arriba, y por eso todos los del happening dicen que son unos locos y que antes de que lleguen a mandar pasarán por encima de sus cadáveres digan lo que digan los votantes, que muchísimos, muchísimos, dicen que quieren que vengan estos locos. Se nota que los que mandan y los que no mandan pero quieren mandar están nerviosos y compinchados y menudo cabreo habrán cogido esta mañana cuando se hayan enterado de que el líder de los locos tuvo anoche el 22 % de audiencia con 4,2 millones de espectadores en la entrevista del informativo de Piqueras mientras que el jefe de los que mandan en su día tuvo un 19,2 % y 3.6 millones de espectadores, y el jefe de los que quieren mandar tuvo el 16,2 % y 3 millones pelados.

Las televisiones y las radios y los periódicos dirán lo que les dé la gana porque les conviene. Los que mandan y los que no mandan aplaudirán por turno a los suyos y el que más aplaude gana. Aunque en realidad gana el que manda porque tiene la última palabra y todo el tiempo que quiera y cuando votan lo que prometen, pero no juran, son más. El discurso del que manda ha sido brillante y convincente. Los que no mandan dirán que fue superficial y engañoso. Los discursos de réplica de los que mandan fueron descalificados por los que mandan alegando que esas medidas que proponen serían ruinosas para la Nación. A los que mandan también les ha salido otro grano con unos que se llaman Ciudadanos, de origen catalán.

Total, que todo está según quien lo diga. El happening no sirve para nada y cada uno sigue a lo suyo, es decir, a la descalificación del otro y ensalzamiento propio. Los ciudadanos de verdad, esto, es, los españoles, pasan del happening, no les creen y les aburre. A la Nación le quedan graves secuelas y en una de ésas tiene que volver a la UCI. Los sesudos doctores no tienen claro el diagnóstico. Es una Nación inmisericorde.

Porque de verdad alguien cree que el Debate sobre el Estado de la Nación sirve para algo? ¿Alguien cree que los intervinientes van a emplear argumentos críticos y racionales, van a señalas concretas deficiencias? La corrupción no existe, la cultura, la educación y la libertad son los grandes ausentes. El Congreso de los Diputados se convierte hoy y mañana en la catedral de la mentira, en la representación teatral de la comedia buda de la democracia, la sede de la impotencia voluntaria y culpable, el club de los políticos muertos, el tubo de la risa, la fábrica de injusticias sociales.

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