Sobre estadísticas y mujeres asesinas

El INE y el Ministerio de Interior, entrevistados por RTVE niegan con rotundidad las estadísticas falsas que han circulado estos días por todas las redes sociales referentes a mujeres que asesinan a sus criaturas. "Tanto las tablas estadísticas sobre condenados por violencia doméstica como las de adultos condenados por delitos muestran que el porcentaje de hombres implicados en asesinatos es siempre superlativamente superior al de mujeres (...) Es altamente probable que (los asesinatos de criaturas) sigan la misma tendencia".

Las fuentes de la milicia digital que se organiza en redes tras un caso mediático son, como siempre, tan chuscas como ellos. Muchas recordamos aún esa noticia copiada y pegada en varios medios que aseguraban que, cada año, "30 hombres morían a manos de sus mujeres". El periodismo que no da vergüenza lo negó mil veces con datos y las feministas hicimos nuestro trabajo desmintiendo, difundiendo información real y peleándonos con descerebrados. Lo hicimos hasta que esa "noticia" se convirtió en un meme en sí misma. A día de hoy, ni el más sinvergüenza saca a colación esa noticia porque sería motivo de burla y a ningún macho le gusta que se rían de él: suelen ser de masculinidad muy frágil, como ya sabemos. Como decía Margaret Atwood, "los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos, las mujeres tienen miedo de que los hombres las maten".

Ahora que el concepto de violencia machista está asentada en la sociedad y esa batalla la dan por perdida, ya que ven cómo sigue extendiéndose la toma de conciencia colectiva, ahora toca negar otro tipo de violencia patriarcal: la violencia vicaria. Hacen exactamente lo mismo que hace unos años: difundir datos falsos, sacar casos aislados donde una mujer ha matado (muchas veces tienen que irse a noticias de otros países) e intentar desvincular la motivación machista de los filicidios como el de Ana y Olivia.

¿Por qué las noticias con mujeres asesinas no niegan en absoluto la violencia machista?

Todo el mundo sabe, las feministas también, que existen los asesinatos -de todo tipo- a mano de mujeres. Es una tontería negarlo, y además no hace falta para seguir denunciando que la violencia machista no solo existe, sino que es una lacra imparable. Y es que ahí radica todo: los asesinatos por parte de mujeres existen, al igual que existen hijos que matan a padres y no al revés. La violencia existe en todas direcciones en cualquier sociedad. Eso jamás será negado por nadie. Lo que la lucha feminista pone sobre la mesa es que la violencia sobre las mujeres (violencia machista) y la violencia sobre sus criaturas para hacerles daño a ellas (violencia vicaria) por parte de hombres es una violencia estructural que atraviesa cada sociedad con una virulencia incomparable y elemento que tenemos que eliminar: el hecho de que nosotras somos ciudadanas de segunda, al servicio de los hombres; la evidencia de que nacer con un sexo determinado -que es la otredad en todos los ámbitos de la sociedad- conlleva nuestra explotación sexual y reproductiva para beneficio de los hombres. Ese elemento hace que cualquier estadística, real o fake, palidezca. Los hombres matan a las mujeres. No son locos, están sanos. Los hombres violan a las mujeres. No son "hijos de puta", sus madres no son las culpables, ni son putas. Los hombres usan a terceros para hacer daño a sus parejas. No son enfermos, son solo hombres. El único denominador común de la violencia contra las mujeres es que los hombres son sus victimarios.

Para demostrar lo anterior no hay que confeccionar gráficos falsos, ni irse a recortes de prensa de otros países, es una realidad constatable por cada persona que viva en este mundo. Absolutamente todas las personas que conviven en sociedad tienen en su propio recuerdo incontables momentos en los que han visto a un hombre violentando a una mujer. De hecho, los hombres tienen en su memoria las veces que ellos mismos han violentado a mujeres. Por supuesto nosotras, tenemos nuestra propia memoria llena y cada día sumamos nuevas violencias.

El problema es la normalización de esta violencia, que a fuerza de cotidianidad, su parte más sutil pasa inadvertida o justificada. Pero esa violencia sutil es imprescindible para que exista la que nos jode la vida. Por eso siempre se usa la figura de un iceberg para describirla. De un iceberg es solo visible una mínima parte, pero su gran parte sumergida es vital para que veamos esa punta. Con la violencia normalizada contra las mujeres pasa exactamente igual, y es lo que las feministas denunciamos día tras día cuando denunciamos un titular machista, una entrevista machista, un anuncio machista. Estamos visibilizando la base del iceberg. Están metiéndole la cabeza bajo el agua a la sociedad para que entiendan que, sin esa base, no habría mujeres masivamente victimizadas en todo el mundo.

¿Por qué los hombres se revuelven contra el feminismo?

A nadie le gusta que le señalen que participa activamente de esa base. Con el simple hecho de negar la violencia machista, estás sumando materia a esa base, haces el iceberg más fuerte e indestructible. Existen dos alternativas llegados a este punto: o reconoces lo que pasa o niegas la mayor para que creerte que sales airoso. Muchos creen que si ellos lo niegan, su entorno pensará que él no tiene nada que ver. No os engañéis, vuestro entorno está formado por gente como vosotros pero también por personas decentes y conscientes, incluso hombres que han decidido tomar el primer camino.

¿Por qué la caverna solo se interesa por la violencia en general cuando hay casos de violencia machista?

A nadie se le habrá pasado que la caverna solo difunde crímenes y se preocupa por "la violencia, todo tipo de violencia" (incluso el propio Vox) cuando hay casos mediáticos de violencia contra las mujeres o sus criaturas por parte de hombres. ¿Y esto no os interesa sacarlo (inserte aquí que en Michigan una mujer violó a un hombre)? Cualquier podría pensar que están muy preocupados por los hombres violados por mujeres, pero en realidad no es solo que no le importe la violencia en general, es que son capaces de dar un brazo para convencerte de los hombres no matan a las mujeres porque las detesten, porque saben que esa violencia los señala directamente a ellos mismos, hayan matado o no. Igual que los ricos tienen una conciencia de clase inamovible, los hombres tienen una fuerte conciencia de sus privilegios por su sexo, aunque hagan como los primeros y digan que para nada, que ellos tienen muchísimos problemas que tú ni entenderías. Al precariado, a las mujeres y a las personas oprimidas en general nos pasa al contrario, esa educación que han recibido los hombres también la hemos recibido nosotras, por lo que siempre nos dará más pena un rico que llora, un hombre que llora, que cualquier otra que esté por debajo. Es también el motivo por el que un hombre negro que llora tras sobrevivir y abraza a una voluntaria, es visto por algunos como un aprovechado que le está tocando los pechos a la mujer aprovechando el abrazo (imagino que todas hemos visto ese tuit proveniente del entorno de Vox). Ese ejemplo es muy ilustrativo, ya que recoge en pocas frases el imaginario colectivo de esa parte de la sociedad con la que no queremos compartir ni el aire que respiramos. Esa parte de la sociedad que puebla -en mayor o menor medida- cada país del mundo y que es el motor del retroceso. Es el lastre con el que ha tenido que lidiar el progreso a lo largo de la Historia.

Pero no es más que eso, lastre que hace más costosa la liberación de las opresiones, que la ralentiza, que por cada 20 pasos que damos nos hace retroceder uno. Pero de la misma forma que nadie a día de hoy mueve un dedo para retirar el derecho al voto de las mujeres por miedo a una explosión social, mañana nadie será capaz de negarnos todas las consecuciones de la lucha feminista, por su propia seguridad.

El lastre es solo es, lastre, y su destino es desgastarse hasta desaparecer, como aquella noticia de los 30 hombres asesinados a mano de mujeres.

Escucha el último programa de Radiojaputa.

Cada lunes un nuevo capítulo en publico.es