El debate de la prostitución en España, primer país de la UE en número de puteros

Camila, superviviente del sistema prostitucional, contaba aquí lo siguiente: "Fui víctima del sistema prostitucional desde los 14 años, he sufrido toda clase de abusos, fui vendida de un país a otro (...), llegué a España con 17 años, a una ciudad llamada Valencia y estuve encerrada en un sótano con otras cuatro niñas, del que solo salíamos para atender a puteros. De las cinco que éramos, solo hemos sobrevivido dos. Nunca he conocido una mujer con su vida económica resuelta que quiera ser puta. Parece que si no eres tú pero si hablamos de la hija de las demás no pasa nada (...) Desde mi punto de vista se debe abolir la prostitución, meter a los proxenetas en la cárcel, confiscar sus bienes y hacer caja para las mujeres víctimas del sistema prostitucional".

Camila, igual que muchas supervivientes, lo tiene claro. No es difícil encontrar sus relatos, sus vivencias, sus opiniones. Vicky Bendito conoció a Camila en la manifestación abolicionista del 28 de mayo. Solo tuvo que preguntarle y grabar lo que quería decir, lo que vino a demostrar en la manifestación. Lo que sí es difícil es encontrar medios de comunicación y periodistas con interés en cómo viven millones de niñas y mujeres en todo el mundo, incluido España, por supuesto, el país de la Unión Europea con mayor número de puteros y cuarto del mundo.

Tampoco parecen tener interés en el Congreso, donde las siguen llamando "trabajadoras sexuales", y donde se confunde -o se quiere confundir- el abolicionismo con el prohibicionismo. Incluso mujeres que se dicen feministas y hasta anticapitalistas, como Mireia Vehí (CUP). Si las que tienen poder para cambiar las cosas y dicen estar de parte de las mujeres, en realidad están de parte de un discurso neoliberal disfrazado de progreso, que ni siquiera es coherente con el resto de su ideario político, apaga y vámonos. Ocurre lo mismo con Unidas Podemos, muchas votamos a esta formación porque se declaraban abolicionistas. Lo que ha ocurrido es que al llegar al poder, han declarado -como hizo Irene Montero- que no importa lo que ellas piensen o ellas sean (supuestamente abolicionistas): "Este debate no va de si somos abolicionistas o no. Este debate va de cómo podemos garantizar los derechos de las mujeres que están en los contextos de prostitución". Esto está muy bien: por un lado, votadnos, somos abolicionistas. Y luego... bueno, lo importante no es lo que seamos, sino lo que hay que hacer, que es poner palos en las ruedas a quienes quieran abolir el sistema prostitucional. Eso sí, un lenguaje mucho más cuidado, con mucho más dinero en asesorías que el de Mireia Vehí. Montero evita decir "trabajadoras sexuales" y las llama "mujeres en contextos de prostitución". Realmente son mujeres prostituidas. Y no solo mujeres, también niñas y adolescentes. Y son esclavas, muchas de redes de trata. Pero separamos discursivamente dos realidades inseparables en la práctica y ya tenemos hecha la trampa.

La prostitución no se puede separar de la trata. Estamos en 2022, con un recorrido y un aprendizaje del feminismo en España donde ya hay que currárselo más para engañar a las mujeres. No estamos en 2015, donde nos creíamos eso de un porno feminista, donde aún estábamos subiéndonos a la cuarta ola sin saberlo. Donde íbamos aprendiendo, cogiendo propuestas, estudiándolas y luego descartándolas, porque parecían una cosa pero vista de cerca, el tufo te tumbaba para atrás.

Estamos en 2022 y el nivel de las feministas ya es otro, deberían tratarnos con más respeto no ya por nosotras, sino por sus intereses propios electoralistas. Y, sobre todo, hay que dedicarle mucho más tiempo a leer, estudiar y articular un argumentario decente para que cualquiera en Tuiter no pueda desmontar tus trampas en menos de 200 caracteres, que es lo que les está ocurriendo a estas políticas con altavoces ingentes. Especialmente tienes que saber defender bien lo que quieres hacer (o no quieres hacer en este caso) sin tomar a la feministas como nuevas en esto. Porque el feminismo está despierto, pelea, sale a la calle, estudia, lee, es un sector muy activo y no perdona. Eso de "El feminismo no vota a traidores" debieron tenerlo muy en cuenta, porque no era una amenaza, ya es cosa hecha. Se avecinan elecciones en Andalucía y la representación de la izquierda (o lo que queda de ella) no está para tirar cohetes precisamente. Y sabe que ha perdido el voto de muchas que en las últimas generales las votamos a ellas con esperanza e ilusión. De verdad creímos que esta vez sería diferente, que el PSOE sería un lastre, pero que harían lo indecible por las mujeres. Las caras que se nos han ido quedando, obviamente, son para enmarcar.

Aún se puede leer en el programa de Unidas Podemos para las generales: "Estamos en contra de la trata y de cualquier tipo de explotación sexual o reproductiva de las mujeres y niñas y actuaremos para erradicarlas". No solo no han actuado en ningún momento para erradicar ninguna de ellas, sino que han intentado que PSOE se "relajara" con la tipificación penal de la tercería locativa (proxenetas, burdeles, etc). El que ha dado luz verde sin fisuras ha sido el Partido Popular. Y sin embargo, curiosamente, no se han visto las redes en llamas llamándonos peperas a las feministas, por coincidir en ese punto, como sí pasa con el debate de la identidad de género, las leyes trans y Vox. Al final, a UP no le ha valido de nada pedir laxitud al PSOE y han votado a favor de que se produzca el debate (momento en el que tendremos que tomarnos una tila), eso sí, permitiendo que sus aliados, En Común, rompan la disciplina de partido para votar NO o abstención. Estos tienen solera ya en lo que se refiere a ignorar a las de abajo del sistema prostitucional, las que no tienen voz ni voto, a las que nadie pregunta, y ni hablamos de las supervivientes. A las que no han sobrevivido, en esas ya nadie piensa.

Estábamos preparadas para que el PSOE lastrara a Unidas Podemos, pero no a la inversa. Mucho menos en temas feministas, para los que se vendieron como la solución.

De los vientres de alquiler, cosa que también llevaban en su programa, ya hablaremos en otro momento. Lamentablemente, el feminismo no da abasto con cada tropelía que el "Gobierno más feminista de la Historia de España" decide cometer. Y lo peor: sin creer siquiera que tenga que justificar ante sus votantes por qué no cumplen su programa, por qué olvidan a las más vulnerables.  La "nueva política" en lo que respecta a tomar por indocumentado a su electorado es un calco de la "vieja política"... eso sí, nos hablan en femenino, masculino y con la -e. Que nadie se sienta fuera de cómo se mofan del personal.

Escucha el último programa de Radiojaputa.

Cada lunes un nuevo capítulo en publico.es