¿Cómo sería un mundo sin hombres?

Una mujer sostiene una pancarta durante la marcha del 8M de 2020 en Málaga. EUROPA PRESS/Álex Zea
Una mujer sostiene una pancarta durante la marcha del 8M de 2020 en mñalaga. EUROPA PRESS/Álex Zea

¿Cómo sería un mundo sin hombres?

¿Cómo sería una vida en la que ninguna mujer o niña es molestada, piropeada, babeada, saboteada, aplastada, exigida, presionada, oprimida, asfixiada por ningún hombre? Un mundo sin violaciones, sin feminicidios, sin agresiones sexuales. Un mundo casi sin policía, sin cárceles... ya que la inmensa mayoría de la delincuencia en todo el mundo es siempre masculina.

¿Cómo sería la vida sin miedo? ¿Cómo sería un mundo, una vida, que sabes para ti y para todas, en la que no te explican sistemáticamente lo que tú ya sabes? ¿Una vida entera en la que no eres constantemente silenciada para escucharlos a ellos? Un mundo en el que no tienes que ser el triple de buena, no ya para destacar, sino para que te dejen quedarte. Un lugar donde nadie va a discriminarte por haber nacido con vagina. Un mundo donde, si sufres, nadie subestimará tu dolor porque seas mujer. ¿Cómo sería una vida donde la medicina no está basada en otro modelo de cuerpo, sino que está basada en tu propio cuerpo, en tus hormonas, tus órganos. Un mundo en el que no mueren miles de compañeras porque sus síntomas, al llegar a urgencias, no son iguales que los que muestran los hombres, y por tanto, no son diagnosticadas a tiempo. ¿Cuánto menos enfermaríamos las mujeres en un mundo sin hombres? Sobre todo, todas esas enfermedades específicas que sufrimos solo las mujeres, como la fibromialgia, por ejemplo.

Un mundo donde no haya un reparto desigual de las obligaciones y del trabajo, y donde el tiempo de todas es considerado igualmente valioso. Imagina que nadie en el mundo espera que tengas que hacer más cosas y durante más tiempo que otras personas solo porque sí. Una vida en la que el resto del mundo piensa que tu descanso es tan valioso y necesario como el de cualquiera. Un mundo donde nadie se va a echar la siesta mientras tú friegas sus platos y recoges la cocina después de haber cocinado para ellos, porque nadie considera que merezca más descanso que tú. Un mundo donde se entiende que, entre todas, todo es más fácil, más rápido y más divertido.

¿Cómo seríamos las mujeres sin la "colonización interior", que decía Kate Millet? ¿Cómo seríamos a solas y cómo seríamos con las demás si supiéramos que los hombres no están ni tampoco van a venir? ¿Cómo sería vivir sabiendo que no opinarán, que no se entrometerán, que no amenazarán, que no presionarán, que no harán nada, ni de forma agresiva ni de forma sutil, porque son cosa del pasado? ¿Cómo nos miraríamos a nosotras mismas si supiéramos que su mirada no volverá? ¿Cómo vestiríamos? ¿Qué calzado usaríamos?

¿Cuánto cambiaría la moda? ¿Cuánto tardaríamos en dejar de producir maquillaje? ¿Cuánto tardarían en quebrar todos los negocios de estética? Porque, si lo pensamos, las mujeres que se unen a la presión que ejerce el patriarcado sobre nuestro cuerpo, no tardarían en sentirse huérfanas y sin propósito ante la ausencia de la mirada masculina.

¿En qué pensaríamos al mirarnos al espejo? ¿Cómo nos hablaríamos a nosotras mismas? ¿Cómo nos dirigiríamos a las demás?

¿Cómo será ser mujer en el espacio público al saber que no habrá hombres? ¿Cómo será caminar de noche por la calle teniendo la más absoluta certeza de que ningún adolescente, ningún joven, ningún adulto ni ningún anciano va a insultarnos o piropearnos, o va a meterse con nuestra falda, o va a querer poner su mano en nuestro cuerpo? ¿Cómo sería vivir con esa seguridad?

¿Cuánto tardaría en hundirse la industria armamentística? ¿Cuánto tardaría el capitalismo en ser considerado injusto, violento, masculino, no deseado, insostenible?  Y, por lo tanto, ¿cuánto tardaríamos en tejer redes para todo, desde para criar hasta para gobernar? ¿Cuánto tiempo tardaríamos en tender puentes y en querer aprender de las mujeres de otros países y también enseñar nuestras mejores cosas, para acabar mezclándonos y tomando lo mejor de cada cultura?

¿Cuánto tardarían en desaparecer las instituciones religiosas si ya no hay quien ocupe los puestos de los sacerdotes, de los imanes, de ningún alto cargo que mantiene en pie sus estructuras?

¿Cuánto tardaríamos en liberarnos sexualmente? ¿En perder el miedo al placer, al deseo, a las fantasías? ¿Cómo sería disfrutar del sexo y de la vida si desaparece la ley del agrado, si se evapora la renuncia a una misma en pos del disfrute del otro? ¿Cómo vivirían las mujeres que viven solas sin la presión constante de encontrar pareja y, de camino, sin tener que poner un nombre masculino en el buzón para evitar que entren en su casa por saberla sola? ¿Cómo será estar sola cuando estar sola no entraña ningún peligro?

¿Cómo se beneficiaría la naturaleza y todas las especies una vez las mujeres -las que más cuidan, preservan y defienden el planeta- tomaran todos los órganos de poder? ¿Cómo cambiarían las ciudades? ¿Cómo cambiarían las casas, por dentro y por fuera?

¿Cómo sería el mundo si las mujeres no fuéramos explotadas, traficadas, secuestradas ni esclavizadas sexualmente? ¿Cómo sería un mundo donde nuestra capacidad para gestar no fuera constantemente perseguida, robada y explotada?

Escucha el último programa de Radiojaputa.

¿Cómo serían las vidas de las niñas, sin estereotipos ni colores predeterminados, sin adornos incómodos y toda la libertad de movimiento del mundo? ¿Cómo serían los libros de texto? ¿Cómo se repartirían los patios en los colegios? ¿Qué se enseñaría y cómo? ¿Cómo de valoradas estarían las maestras de infantil? ¿Cuánto las amas de casa? ¿Cuánto las profesionales de los cuidados? ¿Cómo serían las jornadas de trabajo? ¿Cuánto tardaríamos en hacerlas sostenibles, en no dejar a nadie atrás, a repartir para que nadie muera de hambre, de frío o por la falta de un medicamento del que hay excedentes?

¿Cómo sería el mundo si el mundo fuera nuestro?