Relax, que parecen ustedes un poco histéricos

Amiga, dice Coronado que si te violan tienes que ir a denunciar "al segundo 1". Dice que si un tipo en el que confiabas (o un tipo del que dependen tus lentejas) decide un día forzarte, doblegarte, acojonarte y luego asfixiarte y violarte, tú debes vestirte, pillar un taxi y correr a denunciar. Ojo con no disociarte, ni sufrir un episodio de despersonalización, ni meterte en la cama para llorar 3 días, ni nada. Dice Coronado que otra cosa que no sea el "segundo 1" a él no le vale, solo le vale "el segundo 1". Así que no procrastines. Con el dolor de la abrasión todavía, con el olor y los fluidos del violador encima, con la cabeza absolutamente perdida... ¡a denunciar!

Para Coronado un delito de violencia sexual prescribe antes que para los legisladores más rancios que ha tenido este país. Pero eso él no lo sabe. No sabe muchas cosas, de hecho dice que "gracias a dios" ya hay "muchos mecanismos para defender a la mujer". El periodista que le puso el micro por delante no le preguntó cuáles eran, y menos mal, en menudo aprieto lo hubiera puesto. De hecho, decide preguntar otra cosa, muy importante para nadie: "¿Estas noticias embarran los premios?". Con "estas noticias" el periodista se refiere a que tres mujeres (de momento) han denunciado que Carlos Vermut las violó brutalmente. Coronado dice que no embarra, pero que estas noticias lo que sí estaría bien es que ni salieran publicadas siquiera. Y ahí acaba el vídeo de la coronación del actor, que off topic, he de decir que siempre hace el mismo papel, incluso cuando no está actuando.

"Estas noticias", desde luego, los deja a todos en una situación incómoda. Menudo papelón, eso sí que es un papelón, el del día de los Feroz. Solo que es un papelón que ninguno quiere, claro. Muy difícil de interpretar y muy mal pagado. Ayer las cámaras los apuntaban a ellos más que nunca, y la gente en casa los mirábamos a ellos más que nunca: actores, directores, productores... debió de correr más el Fortasec que cualquier otro químico, sin duda:

¿Y si me preguntan que qué opino?

¿Qué ha dicho el resto?

¿Se ha pronunciando gente tocha o solo los pocosfollowers?

Pero... ¿cómo voy a no decir nada? ¿Y si me aprietan?

¿Y si mientras venía en coche ha salido otra noticia sobre otro? Que son muchos, coño, que son un montón. Y, lo peor, si hablo, ¿será mi nombre el siguiente en una noticia en El País?

Y ahí les llega el típico momento de recorrer escenas de sus vidas en los que dudan si han podido violentar a una mujer, o a varias. "¿Se molestaría Fulanita aquella noche?" o "¿Me puse pesado aquel otro día? ¿Seré el siguiente?". Ese tipo de pensamientos que las mujeres pues... jamás tenemos, la verdad. También está el recorrido que muchos hacen por esos momentos en los que sí saben que han agredido y/o maltratado a mujeres. Me los imagino visitando los perfiles de Instagram de sus víctimas, un chequeo rápido para ver cómo de cabreadas están, a ver si pueden prever en qué momento les puede saltar la vida por los aires. "Ah, mira, no ha dicho nada, igual es que incluso se ha olvidado del asunto". Spoiler: está pensando justamente en ti.

Las actrices, las directoras, las productoras, sin embargo, sufrirían nervios por cosas muy diferentes a estas. Nadie las va a sacar en ninguna noticia por violadoras, en todo caso, ellas sacarán a alguien. Aun así, entiendo que estuvieran nerviosas y los motivos pudieron ser muchos: escuchar a Coronado pudo ser uno, desde luego, pero no solo. También está lo de sentir fuego en las tripas porque saben de muchos más casos que no han salido aún. Otras, sencillamente, podrían estar nerviosas por tener la maldita suerte de tener una foto con el denunciado, o que su nombre se relacione con él de alguna manera. Otras, sin duda, fueron a los Feroz sin ningún tipo de miedo o nervios, y contentas de que se hablara de este tema. Porque todas conocemos nombres, hechos, víctimas, y estas noticias nos parecen Justicia con mayúscula. Y siempre nos saben a muy poco. Porque efectivamente, como pudiera pensar cualquiera de los hombres que pisaron la alfombra de los Feroz: "joder, es que son muchos". Porque ellos también saben, amiga, ellos saben y mucho. A veces porque son ellos mismos, a veces porque son sus compadres, a veces porque son ese que les ha dado varios papeles y, si nada se tuerce, puede que caiga alguno más. A veces porque, simplemente, los agresores, maltratadores, violadores... son hombres, como ellos mismos, y la homoafectividad y la fratría te cuenta la historia de una forma clara si eres hombre: aquí mi enemigo no es él, son esas 3 caras invisibles que han puesto esto manga por hombro. Lo difícil para un hombre es traicionar al sistema, ese sistema que si no le ha dado todo, sí le ha dado mucho. Como muy bien decía Coronado, él se pudo permitir el lujo de triunfar con 40 y pico años mientras sus compañeras, las de su quinta, iban "desapareciendo".

En fin, el de ellos sí que fue un momento de verdadero terror, y no lo vivido por estas tres mujeres (de momento) que a saber si no se habrán aliado para destrozarle la vida a un hombre inocente de absolutamente todos los cargos, que es algo que hacemos mucho nosotras: invertir nuestro no-tiempo en inventar un relato absolutamente consistente, luego coordinarnos con otras mujeres que podemos conocer más o menos, confiarles nuestro plan malvado sin miedo a que ninguna te descubra, tener la suerte de que todas estén de acuerdo en tamaña empresa y ¡hala! A por ellos. ¡A por quien sea! ¡Solo se vive una vez!

Le molesta aun así a Coronado que no se haya denunciado al segundo uno, le enfada, a juzgar por su tono de voz, sus aspavientos, su ceño fruncido. Cuando se entere de que solo el 8% de las mujeres que sufren violencia sexual se atreven a denunciar va a haber que darle algo, porque es que imagínate la de mujeres que son esas, que están ahí, sin aprovechar todos "los mecanismos que hay gracias a dios para defender a la mujer". Son muchas las víctimas, eso sí es verdad. Hablamos de muchos miles de mujeres solo en España que cada año desaprovechan la oportunidad de usar estos recursos que dice Coronado que hay esperándonos en cada comisaría.

Igual no está muy al tanto de qué implica para las mujeres sufrir violencia sexual y denunciar después, o quizás sí lo sabe. A lo mejor Coronado no sabe que cuando te violan te sientes absolutamente desorientada, asustada, con el corazón a mil, la cabeza te da vueltas, incluso puede que llegues a tu casa y no le digas nada ni a tu marido. A veces, cuesta procesar qué ha pasado, pero lo que más cuesta, sin duda, es quitarse la culpa. La culpa de ¿qué he hecho yo para que me haya pasado esto? O la rabia, porque yo debí haber hecho o dicho esto o aquello, y entonces nada de esto hubiera pasado. Soy gilipollas, completamente imbécil, nunca debí subir, nunca debí entrar, nunca debí hablarle, nunca debí sonreírle, nunca debí ser tan amable, en realidad, nunca debí nacer.

A veces, hay mujeres que sí van a comisaría a denunciar. Mala idea, por cierto. En sitios donde la ratio de votantes de Vox es 5 veces superior a la de la sociedad en general, mejor no ir con este tipo de delitos. En el Instituto de la Mujer o los juzgados de guardia siempre es una mejor opción. No te libra de una revictimización, por supuesto, ni de que te humillen de alguna manera, pero hay menos posibilidades. Todas estamos hartas de escuchar (y muchas, de sufrir) a policías, guardia civiles, mossos y ertzainas que te convencen para no denunciar a tu maltratador, a tu violador. O que sustituye al juez y te dice "no hay suficientes pruebas" y no te recoge la denuncia. O que te insulta, te humilla, te grita. Pasa en todos sitios, pero solo el defensor de una comunidad autónoma ha sido capaz de denunciarlo.

A lo mejor no sabe Coronado que hay mujeres que consiguen, a pesar de todo, hacerlo perfecto para que en el hospital puedan recogerse muestras de los fluidos y ADN del agresor de su cuerpo y ropa. Que tiene la suerte de dar con profesionales que hacen su trabajo y nadie en ese proceso revictimizante se acaba convirtiendo en un obstáculo insalvable, por lo que consiguen interponer la sacrosanta denuncia. Ya ves, estas son el 8% que luego van a encontrarse en el juicio cosas como que el fiscal va en contra de ella (!), el abogado defensor no la cree y se le nota, y el juez le pregunta si cerró bien las piernas (literalmente). A lo mejor no sabe Coronado que para tener una defensa decente tienen que tener, además, dinero, buenos ahorros, porque... buena suerte encontrando a un abogado de oficio que tiene el tiempo que tú mereces y necesitas. De esto seguro que sí sabe, de que la justicia es para quienes tienen dinero. Si no, aquí tiene un botón. A lo mejor no sabe Coronado que hay muchísimas mujeres que aun habiendo denunciado, no ganan ni teniendo todas esas muestras del hospital y pruebas de otro tipo. A lo mejor no sabe que muchas veces, no ganan ni las niñas aun cuando su violador confiesa. A lo mejor no sabe que un hombre no necesita más que su palabra a otro hombre de que no volverá a violar para no pisar la cárcel. A lo mejor no sabe que esto ocurre en todos los ámbitos, incluso dentro de tu lugar de trabajo, igual que las tres denunciantes de Carlos Vermut, porque también tenemos casos de jefes violadores que no pisan la cárcel porque patatas.

A lo mejor es que si no sabía, Coronado debió informarse antes de abrir la boca. Solo hay que poner "se libra de la cárcel" en Google y luego el delito que tú prefieras. No es tan difícil. O también se puede ir uno al INE y buscar. Entiendo que no es la actividad favorita de nadie, pero ¿saben qué? Que la mía tampoco. La de las mujeres tampoco. Y lo hacemos. Lo hacemos mil veces, siempre nosotras, sobre todo cuando tenemos que defender la credibilidad de otras mujeres que han sido tan víctimas como lo hemos sido nosotras mismas, cuando tenemos que enfrentarnos a hombres nerviosos, que fruncen el ceño y se enfadan porque tres mujeres han denunciado en un periódico que fueron salvajemente violadas. Tenemos que meternos en las estadísticas, en los datos, en la realidad más sucia, tenemos que escribir artículos, hacer declaraciones, señalar la misoginia en redes sociales. Y todo porque hay hombres que siguen poniendo el foco de la violencia sexual en las víctimas, y no en los acusados. Hombres que son capaces de culpar al medio de comunicación antes que al acusado por tres mujeres.

Coronado, además, está abonado a este tipo de declaraciones, nunca le parecen suficientes. Y para encontrar la primera pieza semejante hay que remontarse a un par de décadas atrás, para llegar a aquel inolvidable "una modelo de 90-60-90 y sordomuda, ¿qué más se puede pedir?". Pero no fue la única, claro.

Las mujeres tenemos que contestarles y combatirlos cada vez. Mostrarles lo que niegan. Enseñarles la realidad que no dejan de negar aun sabiendo que es nuestro día a día. Y tenemos que hacerlo porque es nuestro día a día. Tenemos que responder cada una de las veces, sumergirnos en las noticias que nunca quisimos leer, en nuestra realidad material, en la violencia sexual que nosotras sufrimos precisamente por culpa de los hombres. Tenemos constantemente que hacerles ver que conviven dos mentalidades en sus cabezas, una doble moral: la de no dejar jamás una hija suya o su sobrina o a su nieta a solas con un hombre, y la de negarnos la credibilidad cuando nos pasan las cosas que ellos temen que puedan pasarle a esa hija, a esa hermana, a esa nieta en presencia de hombres.

Yo les diría que dejen de ponerse tan nerviosos, señores, dejen de enfadarse tan fuerte al ver que las mujeres tienen ahora credibilidad aun cuando no denuncian en el segundo uno, aun cuando esconden su nombre para evitar discriminación y revictimización. Dejen de hacer aspavientos y de hablar de temas en los que son unos auténticos ignorantes. Relájense, que parecen ustedes un poco histéricos.