Ayuso y las mujeres

La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, en el Parque de Bomberos de Las Rozas. E.P./Isabel Infantes
La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, en el Parque de Bomberos de Las Rozas. E.P./Isabel Infantes

El Partido Popular, en su obsesión por demostrar a los hombres que pueden confiar en ellos y que deben estar tranquilos en cuanto al feminismo se refiere, ha batido récords en tan sólo un par de semanas en sus ataques subterráneos contra las mujeres.

En esta ocasión ha sido de la mano de una reincidente Ayuso, una Thatcher wannabe que no deja de ser una mini Rita Barberá sin rastro de flema británica. Una mujer profundamente reaccionaria que se considera a sí misma rebelde y libre, pero que no es más que una esbirra del poder que dedica su tiempo a lo mismo que su partido: proteger a los de arriba... de las de abajo.

Estas semanas ha tocado atacarnos en nuestra faceta de madre y también en nuestra faceta laboral. En primer lugar, muchas madres madrileñas se han encontrado con que las trabas que el gobierno de Ayuso las deja a efectos prácticos sin poder optar a una beca de comedor para sus criaturas. ¿El motivo? La Comunidad de Madrid no concibe que una madre y sus criaturas existan sin su correspondiente pater familias. Ahora, que el coste de la vida sube descontrolado pero los sueldos, no, y que Madrid ha encarecido los precios de los comedores escolares de los colegios públicos, han olvidado muy convenientemente, que existen familias donde no existe un padre, sino solo una madre y sus criaturas.

"Y el padre, ¿dónde está? Las familias tienen un padre y una madre". Parece una película en blanco y negro pero, no, hablamos de la Comunidad de Madrid y del año 2023.

Por si la caída en la calidad de los servicios públicos no fuese ya suficientemente deprimente por sí misma; como su no fuese ya indignante el hecho de que lo que debería ser un servicio público (garantizar que, en un país con un 20% de la población en riesgo de pobreza, niños y niñas puedan comer) cada vez sea más inaccesible; ahora, encima, hay que explicarles que sí, que existen criaturas con un solo progenitor, que necesitan ayuda, más que las familias donde hay dos adultos a cargo y más que muchas familias numerosas, jamás olvidadas por este mismo partido que culpa a las mujeres por tener demasiados pocas criaturas (un besito donde estés, Casado), o de ser no "mujeres auténticas" si directamente no tienen ninguna (un abracito donde te encuentres, Gallardón). Y todo antes de que se acabe el plazo, porque si no a ver qué haces teniendo que recoger a la criatura todas las tardes a las dos. La conciliación en este caso tendrá que consistir en tirar de una red de apoyo, y si no la tienes, te la inventas.

Por si alguien duda de por qué hablamos de familias monomarentales, recordarles que el 24% de las familias en nuestro país son monoparentales y que el 81% son mujeres solas a cargo. Por eso, precisamente por estos datos, es que el Partido Popular se "olvida" de ellas. Y, a su vez, el 81% son ellas porque son mujeres. Ellas son las que quedan cuando los hombres vuelan. Ellas se encargan cuando la otra parte huye.

Pero esto de las becas es peccata minuta para el PP y Ayuso (¿se imaginan que ahí dentro, de todas maneras, tiene alguien alguna idea de qué es sufrir la falta de recursos?) y lejos de compensarlo, porque si no, no serían ellos, han tenido a bien echarles una mano a las mujeres que opositan a bomberas. Una mano al cuello, claro. En concreto esta semana se ha hecho público que, en vista de que sólo el 97% del cuerpo de bomberos de Madrid está formado por hombres (hay 10 mujeres que han conseguido colarse) el gobierno comunitario ha tomado las medidas oportunas y en la próxima oposición dará aún más valor a las pruebas físicas (pruebas físicas diseñadas por ellos y para ellos, hagan realmente falta para ser bombero o no haga falta ninguna) restando peso a las pruebas teóricas, donde precisamente las mujeres conseguían destacar más y asegurarse algo más de puntos.

De hecho, esto no nos pilla de sorpresa: en Burgos, donde PP y Vox gobiernan de la manita, ya este verano anunciaron que las pruebas físicas serán las mismas para hombres y para mujeres, a pesar de la clara discriminación que eso supone y de lo innecesario que es a efectos prácticos. En Zaragoza, consiguieron tirar una propuesta que buscaba favorecer la inclusión de las mujeres en el cuerpo. La inversión de tiempo que una mujer debe hacer para poder satisfacer estos baremos masculinizados arbitrarios es infinitamente mayor que para los hombres.

Estas maniobras de discriminación no son casuales. Y mucho menos necesarias. El conflicto en las oposiciones está siempre servido cuando se trata de pruebas físicas, hombres y mujeres. Porque la derecha y la ultraderecha también coinciden aquí: hay profesiones donde las mujeres no deberían ni estar ni destacar.

Lo triste es que la guerra contra las mujeres por parte de estos partidos misóginos está cargada de torpedos subterráneos muy dañinos pero nada sonoros, son torpedos de los que ni nos enteramos la mayoría de las veces. Porque ni tenemos tiempo para estar constantemente informadas, ni nos dan las entrañas para más indignación.

Por desgracia para nosotras, estos partidos tienen votos. Por desgracia para ellos, aunque no nos permitan ser muchas cosas, seguimos siendo el 52% de la población. Y lo que es peor: más conscientes y unidas que nunca, que es precisamente lo que les quita el sueño.

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