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Bigamia y cuarta dimensión

INCREÍBLE, PERO CIENCIA // MIGUEL ÁNGEL SABADELL

James Hinton era un famoso otorrino inglés de convicciones liberales. Con el paso de los años pasó de ser un filósofo religioso a un vehemente defensor de la poligamia, una postura que acabó por convertirse en un importante culto en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX.

Su hijo, Charles Howard Hinton, también tuvo otra obsesión, pero de muy distinta índole: la cuarta dimensión. El mundo de nuestras experiencias posee tres dimensiones espaciales –largo, ancho y alto– que son perpendiculares entre sí. Si existiera una cuarta dimensión sería perpendicular a las tres que conocemos. Querer imaginarla es imposible para nuestras limitadas mentes restringidas a un mundo tridimensional. Charles fue uno de sus apóstoles más apasionados. Se graduó en Oxford en 1877 y allí empezó su interés por el tema.

Por otro lado, la vida de Charles fue un claro reflejo de las ideas de su padre. Casado con Mary Everest Boole, la viuda del gran matemático George Boole, fue padre de dos gemelos con una tal Maude Weldon. El director de la escuela donde enseñaba creía que Maude era la hermana de Hinton. Y así hubiera continuado de no ser porque Charles cometió el error de casarse con Maude. Fue despedido y llevado a juicio por bigamia. Le encarcelaron durante tres días.

El amor de su mujer Mary debía de ser grande, pues se negó a denunciarle y marchó con él a Estados Unidos. Allí fue contratado por la Universidad de Princeton, donde dedicó parte de sus esfuerzos no sólo a su obsesión matemática, sino a algo de mucha más enjundia: la máquina lanzadora de pelotas de béisbol. Algo por lo que, seguro, será más recordado.

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