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Relojes geológicos

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos 

Para finalizar esta serie de columnas dedicadas a explicar la estrategia científica que permite conocer el marco temporal de la prehistoria, hablaré muy brevemente de los métodos radioisotópicos. Estos y otros métodos, como la termoluminiscencia o los núclidos cosmogénicos ofrecen datos numéricos con un cierto error. La posible aplicación de varios de estos métodos, sumada a la información que aportan la bioestratigrafía y el paleomagnetismo, nos acerca a la antigüedad de un yacimiento con una precisión más que aceptable.El método del Carbono-14 es muy popular y su comprensión están al alcance de todos. El carbono-14 es un isótopo inestable, que se produce en la atmósfera como consecuencia del bombardeo constante de los átomos de nitrógeno por radiaciones cósmicas. Durante la fotosíntesis, las plantas incorporan a su estructura orgánica tanto el carbono-12 (estable), como el carbono-14en una proporción similar. Al ingerir las plantas, los animales incorporamos también este isótopo radioactivo del carbono.Al morir, plantas y animales nos desintegramos y el carbono-14 comienza un "decaimiento radioactivo" con respecto al carbono-12, que dura relativamente muy poco tiempo. Cada 5.730 años, la mitad del carbono-14 se transforma en nitrógeno-14. A los 11.460 años sólo quedará la mitad de la mitad, y así sucesivamente hasta la completa desaparición del carbono-14. Las muestras analizadas permitirán conocer la cantidad de carbono-14 en relación al carbono-12. El método es fiable hasta una máximo de unos 50.000 años, cuando apenas se puede medir ya la cantidad de carbono-14 de la muestra.El mismo principio se puede aplicar a otros isótopos radioactivos como el Uranio y el Torio. El uranio-234 es soluble en agua y se incorpora a las estalactitas, estalagmitas y otras formaciones calcáreas de las cuevas (espeleotemas), que pueden llegar a sellar como lápidas los yacimientos arqueológicos de los sistemas kársticos. El periodo de semidesintegración de estos isótopos es conocido y su proporción en las rocas permite llegar a saber la antigüedad de un yacimiento de hasta medio millón de años.Podíamos seguir hablando del Potasio y el Argón, que permiten mediciones temporales de hasta 4 billones de años en la rocas de origen volcánico. Pero lo importante es saber que disponemos de verdaderos relojes geológicos naturales, que sólo es necesario calibrar con precisión para conocer la antigüedad de las rocas y de los seres vivos que nos han precedido.

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