Crónicas insumisas

En la cuerda floja: la amenaza nuclear sigue muy vigente en 2024

Pixabay.
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Tica Font, Centre Delàs d'Estudis per la Pau
 
Una que ya tiene una cierta edad recuerda que inició su compromiso social luchando contra la implantación de los "euromisiles", armamento atómico norteamericano que se situaba en territorio europeo contra una posible guerra contra la URSS.
 
La desintegración de la URSS supuso un alivio psicológico, el peligro de guerra nuclear en suelo europeo se alejaba. Los pacifistas podíamos centrarnos en otros aspectos de construcción de paz, aunque nunca abandonamos el empeño por conseguir un mundo libre de armas nucleares. Continuamos trabajando bajo la campaña internacional ICAN, presionando en todos los organismos internacionales como Naciones Unidas, para que se eliminaran. Fruto de este trabajo, el 22 de enero de 2021 entró en vigor el Tratado de Prohibición sobre Armas Nucleares (TPAN).
 
Las armas nucleares ya están prohibidas, son armas ilegales. Cada estado que ha firmado el TPAN se ha comprometido a no desarrollar, ensayar, fabricar, adquirir, almacenar, estacionar, usar o amenazar con armas nucleares. Cada estado se ha comprometido a eliminar sus programas nucleares, a desactivar sus armas nucleares y a destruirlas de manera irreversible. El Tratado también obliga a los estados a proporcionar asistencia tanto a víctimas como a los estados firmantes del Tratado que se vieran afectados por su uso y a la restauración del medio ambiente.
 
Somos conscientes de que los países que poseen armas nucleares y los que forman parte de la OTAN, incluyendo España, no han firmado el TPAN y no se les espera. Pero tres años después de la entrada en vigor del Tratado de Prohibición seguimos preocupados por la amenaza del uso de armas nucleares: Putin ha puesto en alerta máxima sus dispositivos nucleares, Biden anunció que respondería si Rusia las usaba, el ministro de defensa de Israel mencionó que podría usarlas en Gaza. Hace muchos, muchos años que el tono de las declaraciones sobre el uso de este tipo de armamento no era tan elevado, ni plausible la posibilidad de que sean utilizadas en un ataque de ira o de despecho. De nuevo, la retórica de las armas nucleares socava la paz y la seguridad mundial.
 
Acompañando esta retórica tenemos actuaciones muy preocupantes. Se están rompiendo y deteriorando los canales de diálogo. Estados Unidos suspendió su diálogo bilateral de estabilidad estratégica con Rusia (febrero 2023) y  Rusia anunció que suspendía su participación en el Tratado sobre Medidas para la Ulterior Reducción y Limitación de Armas Estratégicas  Ofensivas (Nuevo START), último tratado de control de armas nucleares que quedaba y que limitaba las fuerzas nucleares entre Rusia y Estados Unidos. También se han suspendido las conversaciones sobre el tratado de seguimiento del Nuevo START. En la medida que los canales de comunicación se cierran o no funcionan, el riesgo o el peligro de que se usen estas armas ante un error de cálculo, un malentendido, un accidente o un arrebato de ira, es más grande que nunca.
 
Los estados nucleares están llevando a cabo un programa de actualización y modernización de sus arsenales y en algunos casos de ampliación de sus capacidades. En 2022, 9 países gastaron 82.900 millones de dólares. Todo parece indicar que la política de estos Estados se aleja cada vez más del compromiso de desarme del TPAN, del objetivo de desarme del Tratado de No proliferación Nuclear (TNP) y también del cumplimiento del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE). Necesitamos que no se rompan las pocas estructuras de diálogo y que no se socaven los tratados vigentes.
 
Hay conceptos que parecen resurgir de textos obsoletos, como la disuasión y el paraguas nuclear. El Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN actualiza o pone al día el concepto de disuasión: "La postura de disuasión y defensa de la OTAN se basa en una adecuada combinación de medios de defensa nuclear, convencional y antimisiles, complementada con medios espaciales y cibernéticos"; "reforzaremos significativamente nuestra postura de disuasión y defensa para privar a cualquier adversario en potencia de cualquier oportunidad de agresión. Con ese fin, nos aseguraremos una presencia significativa y persistente en tierra, mar y aire, incluso por medio de una defensa antiaérea y antimisiles integrada y reforzada".
 
A los activistas por la paz nos motiva la visión de un planeta más allá de la guerra y sin armas nucleares. Los activistas por la paz continuaremos trabajando porque creemos que es posible construir un mundo mejor y porque creemos en la urgencia del cambio. Quienes defienden las armas nucleares, vinculan las preocupaciones humanitarias con la debilidad, y afirman que los "hombres de verdad" deben "proteger" a sus países. Para ellos, esto implica que el desarme es un objetivo poco realista, irracional e incluso afeminado. Con la implementación del TPAN tenemos una increíble oportunidad para confrontar e interrumpir esta narrativa dominante y mostrar la efectividad de la acción colectiva para la seguridad global.

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