Crónicas insumisas

España se prepara para la guerra aumentando su gasto militar

Sala de reuniones del Consejo de Ministros del gobierno de España.
Sala de reuniones del Consejo de Ministros del gobierno de España.

Pere Ortega, Centre Delàs d’Estudis per la Pau

El Gobierno de España ha prorrogado el Presupuesto General del Estado para el año 2024, con lo cual, el gasto militar del Ministerio de Defensa es el mismo que el del año 2023. Una contrariedad para el Gobierno, pues ya tenía previsto que el Plan Presupuestario del Ministerio de Defensa alcanzará los 20.000 millones de euros y así avanzar para conseguir en 2029 el deseado 2% del PIB en gasto militar. Empero, como existe ese compromiso con el resto de los países de la OTAN, en lo que llevamos de año 2024, ya han aparecido cambios importantes en el presupuesto del Ministerio de Defensa.

Recordemos, el presupuesto del Ministerio de Defensa, incluidos sus Organismos Autónomos fue en 2023 de 14.453,8 millones de euros que, por cierto, había aumentado de manera importante en un 23,4% con respecto a 2022. Ahora sabemos, al revisar la liquidación del presupuesto del Ministerio de Defensa a 31 de diciembre de 2023, que éste recibió incrementos cuantiosos de manera extraordinaria por 2.423,6 millones. Destacamos este punto, porque, este año 2024, a pesar de estar prorrogado el presupuesto de Defensa, como viene ocurriendo en todos los años anteriores, pasará algo similar, como de hecho ya se ha producido en dos casos:

  1.  El Consejo de ministros del 9 de abril de este año aprobó una transferencia de 581,2 millones de euros desde el Fondo de Contingencia para hacer frente a las misiones militares españolas en el exterior;
  2. El Consejo de ministros del 16 de abril de este año aprobó ampliar el presupuesto de defensa de 1.129,6 millones de euros para adquirir diverso material militar, por cierto, sin especificar.

Son destacables estos últimos 1.129 millones para adquirir armas, cuándo, para este menester, el presupuesto prorrogado del Ministerio de Defensa ya tiene consignada la considerable cuantía de 6.141,8 millones, pero al parecer, no son suficientes y han debido inyectar más crédito para adquirir más armamentos.


Una inyección de más recursos para inversiones militares que sin duda son para hacer frente a los enormes compromisos adquiridos con las industrias y empresas militares en las adquisiciones de los Programas Especiales de Modernización que en la legislatura pasada (2020-2023) superaron los 24.000 millones y a los cuales se debe hacer frente a partir de este año 2024.

En definitiva, el Gobierno español, a pesar de tener congelado el presupuesto para este año 2024, continúa aumentando el gasto en defensa para cumplir el compromiso de alcanzar el 2% del PIB. Un compromiso que, por otra parte, ya se ha alcanzado si se tienen en cuenta el resto de las partidas militares repartidas por otros ministerios y que de acuerdo con mi análisis para el Centre Delás, alcanzaron los 27.617 millones, el 2’17% del PIB (se puede consultar aquí). Algo que no quiere contemplar el Gobierno solo contabilizando los 14.453 millones del Ministerio de Defensa, lo cual, le serviría para presentarse delante de sus socios en la OTAN de haber alcanzado el deseado objetivo del 2%.

Aunque, si el Gobierno no quiere hacer caso del análisis del Centro Delás, puede recurrir al análisis del SIPRI, prestigioso Centro de Estudios por la Paz de Estocolmo, y, que, en su último informe, detalla que España en 2023 destinó 21.917 millones de euros que ya representa el 1,5% del PIB, pues añade algunas de las partidas militares (no todas) de mi análisis para el Centro Delás, que se encuentran repartidas por otros ministerios. Pero el Gobierno persiste en solo tener en cuenta el gasto del Ministerio de Defensa, con el propósito de aportar nuevos créditos para incrementar el gasto militar para con ello, se supone, satisfacer las demandas de la industria militar de España y europea. Algo que, aunque con el presupuesto prorrogado, irá en detrimento del resto de ministerios, incluidos los que cubren el bienestar de la población, pues hay que repetir, que en el Presupuesto General del Estado, los ingresos deben siempre cuadrar con los gastos para no incurrir en déficit.

Entonces, el paradigma al que se enfrenta hoy España y Europa es, o destinar recursos humanos y materiales a la preparación de la guerra, o destinarlos a educación, sanidad, servicios sociales y políticas transformadoras del sistema económico que proporcionen trabajo y seguridad a la población. En definitiva, o proseguir en una cultura de la defensa o iniciar una cultura de paz que se aleje del armamentismo, militarismo y belicismo.

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