Hoy, todo el mundo es bueno. Son pocos los que en pleno 8 de marzo, Día Internacional por los Derechos de la Mujer, no se posicionan en esta lucha por la igualdad. Algún mendrugo hay, cierto, que reclama un día para los hombres, pero son los menos.
¿Qué sucede el resto del año? La realidad es bien distinta. Entonces, vemos como nadie en la élite -dominada por hombres- mueve un dedo para reducir la brecha salarial, mientras abajo hay quien se atreve, incluso, a negar tales diferencias de sueldos. El resto del año, vemos cómo mujeres que deberían dar ejemplo, como Soraya Sáenz de Santamaría o Susana Díaz, no agotan sus bajas maternales a pesar del sacrificio y esfuerzo que se necesitaron para conseguirla.
Los otros 364 días del año, hay hombres que no ayudan con las tareas domésticas, que calientan la silla en el trabajo para llegar a casa con l@s niñ@s bañad@s. Hombres que dejan caer el chiste machista, que, si todos, hombres y mujeres, caemos en algún momento en micromachismos, ellos son un compendio andante.
Todos esos días que no son 8-M, continuamos viendo cómo se cosifica a la mujer y esas mismas personas que hoy se ponen su crespón o salen a la calle defienden que usar a la mujer como un florero o un anuncio de patrocinadores andante es legítimo porque nadie le pone una pistola para hacerlo, porque no todo el mundo vale para ello como no todo el mundo vale para ser ingener@.
Ayer y mañana, ni repararemos en que a los presentadores de informativos no se les requiere un buen físico -a algunos, ni siquiera saber leer-, y a las presentadoras sí se les exige una imagen perfecta. Ni nos daremos cuenta de lo complicado que es para una actriz conseguir papeles a medida que envejece y los hombres sí.
El resto del año hacemos extraordinario lo normal, como que una mujer conduzca una moto con la persona que lleva la cámara en una vuelta ciclista o que una mujer sea taxista. Todos los días menos hoy, mujeres no acceden a puestos porque pueden ser madres y son acosadas sexualmente en trabajo, calle y centros educativos.
Esos otros 364 días, siempre hay algún lelo que identifica "feminismo" con "machismo" o alguna lela que cree que un hombre no tiene derecho a ser feminista.
Todos esos días, incluso y lamentablemente puede que hoy, es asesinada alguna mujer mientras l@s polític@s sólo saben hablar de un pacto de Estado que ni siquiera contempla la autosuficiencia económica para la víctima. Todos esos días días que no son hoy, cuando una víctima de violencia machista va a juicio, ha de esperar encerrada en una sala mientras su agresor se pasea libremente por los pasillos del juzgado.
Hoy todo el mundo es bueno, pero ¿por qué no trabajamos todos un poquito, cada día de nuestras vidas, para que el 8 de marzo pueda dedicarse a otra causa porque ésta esté conseguida? Pregúntenselo, hagan lo que esté en su mano, preparen una sociedad mejor para el futuro si tienen hij@s, porque convertir a algunos cafres que tenemos entre nosotr@s, lo cierto es que es complicado, pero si los superamos en número, seremos más poderos@s y los anularemos.