Hoy se cumplen tres años de la abdicación de Juan Carlos I como rey de España. Un acontecimiento histórico que no respondió a otra causa que impedir que el descrédito de la monarquía se acrecentara aún más de lo que ya estaba. En esa misión, esa esa operación 'Salvar la Corona' no faltó ninguno de los actores que se golpean el pecho alabando una Transición que ocultó tanta basura debajo de la alfombra que todavía estamos rodeada de ella, desde el PSOE a, por supuesto, ese PP en cuyas filas se encuentran algunos de los destacados herederos del Franquismo.
La llegada al trono de Felipe VI consiguió su objetivo: desviar la atención de quienes son fácilmente manipulables -que, generalmente, son l@s que hacen más ruido-. Pasamos entonces a, por fin, tener a "ese chico tan preparado" al frente de la Jefatura de Estado con el único mérito para ello que tener sangre borbona (si es que ésto puede considerarse virtud).
Al mismo tiempo, el Borbón padre pasó de ser despreciado por sus cacerías, por las sospechas y acusaciones de adulterio continuado, por su modo de despilfarrar, por cómo se queda dormido en actos oficiales... a, sencillamente, dar pena, despertar ese sentimiento de compasión que despiertan los ancianos. Con esa imagen de fragilidad, consigue que muchas personas olviden cómo, inexplicablemente y sin que nadie lo haya podido justificar, amasó tantos millones de euros de fortuna durante su reinado...
En ese sentido, la transparencia entorno a la monarquía es tan grande como su legitimidad para existir: ninguna. Nunca se ha consultado al pueblo español explícitamente si queremos ese modelo de Estado y, de hecho, hace unos meses conocimos cómo el propio Adolfo Suárez reconoció que, en esa Transición tan modélica, no se preguntó a la ciudadanía al respecto porque había informes que avanzaba un NO al Borbón.
Cuatro décadas después, seguimos en el mismo punto. Ninguno de los dos partidos que nos han venido gobernando, ni PP ni PSOE, han tenido ni el sentido de Estado, ni el arrojo, ni la responsabilidad, ni el espíritu democrático suficiente para elevar esta consulta al pueblo español.
Huelga decir que los Borbones tampoco. ¿O acaso creen que Felipe VI, en un gesto de honestidad, puso su cargo a disposición de la ciudadanía para que de una vez por todas nos vayamos sacudiendo los símboles de antiguos regímenes? No, claro que no. Mudito, como mudito estuvo cuando su hermana se sentó en el banquillo, cuando ve cómo su padre vive a todo tren, con viajes y restaurantes de lujo en los que ya no representa a España y que pagamos tod@s l@s español@es mientras la miseria nunca antes había asolado el país como ahora desde la época de la posguerra.
Hoy, en definitiva, se cumplen tres años de otro saqueo a nuestro bolsillo, otro ultraje a la democracia.