Ocho años ha necesitado la 'justicia' para cerrar la instrucción de los 14 detenidos en el inicio del 15M (2011) y arrancar su juicio. La fecha fijada es el 11 de febrero del año que viene y uno no puede evitar pensar a cuento de qué tanto tiempo si las únicas pruebas que presenta la fiscalía es el testimonio de los policías, sin grabaciones, sin imágenes... nada.
Sólo palabras. Nada más. Eso es todo lo que la fiscalía tiene para pedir 74 años de cárcel para los 14 detenidos asegurándose, además, que ninguna de las penas solicitadas sea inferior a dos años de cárcel para así garantizar que nadie se libre de la cárcel. Imaginen, sólo por sentarse en la calzada de la Plaza de Callao y cortar el tráfico piden un año y medio de cárcel, que se suma a otros cuatro por lanzar una silla que no golpeó a nadie.
Palabras. No todas tienen el mismo valor. Palabras fueron también las que compartieron 16 de las 19 personas detenidas aquella noche y que tras pasar 72 horas detenidos en 2011, totalmente incomunicados, y denunciaron malos tratos, vejaciones, incluso, torturas en los calabozos. A diferencia de las de la policía, aquellas palabras no contaron: ni siquiera se abrió una investigación.
¿Saben qué resulta raro en todo este proceso? Que, por ejemplo, a una de las personas que se sentará en el banquillo se le acusa de arrojar una botella de cerveza contra la policía (sin causar heridas), quemar y patear papeleras y levantar una tapa de alcantarilla y tirarla contra un establecimiento comercial. Viendo la serie de tropelías de las que se le acusa y el tiempo que lleva realizarlas -sin contar lo que pesa la tapa de una alcantarilla y que una sola persona no es capaz de hacer volar por los aires-, uno se pregunta, ¿qué hacía la policía, fumarse un pitillo?
Tal y como denuncia la defensa, da la sensación de que la fiscalía busca 14 sentencias ejemplarizantes para un juicio que llegará tarde y mal. Asistimos a unas penas absolutamente desproporcionadas contra jóvenes si antecedentes penales, basándose en unas pruebas presentadas más que cuestionables. Estamos, una vez más, ante un juicio en el que solo vale el testimonio de un cuerpo de antidisturbios en el que hay más de un garbanzo negro. A la violencia policial en los calabozos denunciada por los jóvenes detenidos se suma (y esto sí son algo más que palabras) los vídeos grabados aquella noche, en los que se ve claramente cómo varios policías aporrean a algún manifestante sin posibilidad de defenderse.
Manifestaciones organizadas por Democracia Real Ya como en las que las personas acusadas participaron aquel mayo de 2011 fueron el germen del 15M, ese movimiento ciudadano que nos trajo las mareas blancas que han paralizado la privatización de la Sanidad Pública, las mareas verdes, que luchan por la Educación Pública que la derecha desmantela, las mareas moradas, que han rearmado el movimiento feminista para combatir este heteropatriarcado, cada vez más arrinconado...
En suma, tod@s debemos mucho a ese 15M que tantas cosas buenas nos ha traído, que ha hecho sudar frío a las élites que esquilman lo público y explotan a la clase trabajadora. Y, por todo ello, importa arropar a los 14 jóvenes que será juzgados en febrero de 2011, denunciar la desproporción de las penas solicitadas por una fiscalía absolutamente desnortada. Como dice el manifiesto de la campaña en su apoyo, "si nos tocan a una, nos tocan a todas. En febrero de 2019 nos juzgan a todas. Y no nos quedaremos ni calladas ni quietas".