La SGAE tiene aluminosis a lo largo y ancho de estructura. Las grabaciones desveladas por Cadena SER en las que se escucha a José Ángel Hevia animar a votar a la nueva presidenta Pilar Jurado -cuando ésta aún era candidata- porque es "lo suficientemente estúpida para que no sea peligrosa" lo demuestra. Da igual cuántas capas de cemento se apliquen; la SGAE es una mole que no se tiene en pie. Hay que dar paso a una voladura controlada.

Hace ya demasiados años que la SGAE sirve para que hagan dinero un@s poc@s y el grueso de las personas que hacen de la música su vida se sientan estafados. Artistas de renombre, no sólo por su música, sino por su compromiso social, lo han venido denunciando, detallando la larga lista de irregularidades con las que las corruptelas han campado a sus anchas para mantener el control de lo que servía para llenar sus bolsillos.

En realidad, el audio de Hevia no desvela: confirma, ratifica que la carcoma está demasiado extendida por la SGAE. Entiendo perfectamente que el ministro de Cultura José Guirado no se fíe de una entidad con tanto ruido. Por muy buenas intenciones que traiga la soprano Pilar Jurado, cuando un edificio está tan deteriorado, es imposible evitar el derrumbe.

En el mundo de la música, hay talento, honestidad y decencia a raudales para que quienes lo ven como yo se organicen, constituyan una iniciativa partiendo de cero cuyo alumbramiento sea limpio, aprendiendo de las tropelías que han sufrido en la SGAE. Esa es la voladura  controlada de la SGAE, la manera de que quienes se quieren llenar los bolsillos comiencen a ver cómo aparecen agujeros en éstos. Ha llegado el momento de dar de lado a parásitos que nunca suman, siempre restan.