Hoy, al fin, Europa deja de ser cómplice de Marruecos en el robo de recursos naturales del Sáhara Occidental. Expira el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y nuestro vecino del sur y no se prorroga porque, por el momento y tras diversas sentencias judiciales, es ilegal. Incluir en ese negocio las aguas del Sáhara Occidental, que no le pertenecen a Rabat, no es legal; aceptar el acuerdo, como históricamente lo ha hecho Europa y España, es mezquino. Se acabó.
No se puede comerciar con material robado. El Sáhara Occidental y sus bancos de peces llevan ocupados ilegalmente casi medio siglo. Del mismo modo que si usted compra mercancía robada incurre en un delito, España ha estado pisoteando la legalidad internacional parapetándose en un acuerdo que ni era ético ni se ajustaba a Derecho. Y lo sabía, pero le daba igual. La prueba de ello lo vemos en cómo el presidente de la Junta de Andalucía Juan Manuel Moreno exige al Gobierno de España que se salte la sentencia del Tribunal General Europeo y llegue a un nuevo acuerdo marco con Marruecos para que su flota pesquera continúe esquilmando el caladero saharaui.
Según la justicia europea y el Derecho Internacional, el Frente Polisario es el legítimo representante del pueblo saharaui, al que pertenece este caladero y, por tanto, es con quien habría que negociar un nuevo acuerdo. Abdulah Arabi, delegado del Polisario en España, ha expresado en muchas ocasiones la predisposición del pueblo saharaui a llegar a ese acuerdo. Es una actitud que muy pocos gobiernos tendrían: sentarse a negociar con quien lleva décadas robándote, pero el pueblo saharaui da lecciones de honestidad e integridad como ningún otro. España, hasta la fecha, todo lo contrario en esta cuestión.
Respaldando esta última afirmación, basta echar un vistazo a la candidatura de España-Portugal-Marruecos para el Mundial de fútbol de 2030. Mohamed VI no pierde ocasión para incluir los territorios invadidos del Sáhara Occidental en cualquier contexto internacional para que los países con los que se asocia legitimen la ocupación ilegal. Eso ha hecho con la Copa del Mundo de fútbol al incluir los estadios de Dajla en el Sáhara Occidental. El Gobierno de España, una vez más, calla, y al hacerlo se hace cómplice de las torturas, represión, violaciones y asesinatos que comete el régimen marroquí contra saharauis en el Sáhara Occidental.
Hoy, 17 de julio, es un buen día, aunque lo que debiera ser normal, esto es, cumplir con el Derecho Internacional, se haya convertido en algo extraordinario. Todos los actores implicados, incluidas las flotas pesqueras de Andalucía y Canarias, deberían celebrar la decisión y presionar para alcanzar un acuerdo con el Polisario. Sin embargo, su patronal CEPESCA tira por la vía rápida, la de seguir robando, esquilmando y ser cómplice de un sátrapa que somete a un pueblo como Putin pretende someter a Ucrania. A partir de hoy, tienen la oportunidad de ser mejores; el pueblo saharaui ha hecho más de lo que debiera, tendiéndoles la mano pese a todo; si la rechazan, quizás la próxima vez se topen con un puño.