Posos de anarquía

Cómo se rompe realmente España

La presidenta de la Junta de Extremadura María Guardiola. -JORGE ARMESTAR / Europa Press
La presidenta de la Junta de Extremadura María Guardiola. -JORGE ARMESTAR / Europa Press

Pese a las conversaciones mantenidas con sus temidos independentistas, las derechas alarman con la amenaza de la ruptura de España y su idolatrado José Mª Aznar llama a la rebelión. Mientras, en regiones en las que gobierna el tándem PP-Vox como Extremadura, eliminan obligaciones fiscales a los más ricos al tiempo que suprimen la gratuidad universal de los comedores escolares. Ese sí que es un torpedo en la línea de flotación del estado de bienestar y, en esencia, a la unidad del país que desmiembra a los colectivos más vulnerables.

En un país en el que trabajar ya no es sinónimo de salir del umbral de la pobreza, con un acceso a la vivienda que requiere en muchos casos más del 40% del sueldo, no todas las familias pueden destinar más de 115 euros al mes sólo para que coma a mediodía su hijo o hija. Este año, las familias de más de 2.100 alumnos y alumnas en Extremadura tendrán que planteárselo, especialmente si los dos progenitores trabajan.

Este es el resultado del gobierno liderado por la popular María Guardiola después de que reculara y aceptara cogobernar con la extrema derecha. La medida restrictiva coincide en el tiempo con la eliminación del impuesto de Patrimonio y el de grandes tenedores de viviendas, aunque éste último no dio tiempo a ponerlo en marcha tras su aprobación por parte del Ejecutivo.

Los casi 1.300 contribuyentes que amasan una fortuna media de 2,1 millones de euros cada uno no tendrán que pagar un solo euro, privando a las arcas extremeñas de una recaudación que podría destinarse a aliviar la carga económica de comedores escolares. La supresión del impuesto se va a realizar, además, por la vía de urgencia, porque para PP y Vox es más importante que no falte un buen plato de caviar en la mesa del rico que un catering de línea fría en el comedor del escolar.


Por si estas prebendas fiscales a las personas ricas no fueran suficientes, quienes tengan más de cinco viviendas tampoco tendrán que pagar un solo euro de más. De este modo, no se desincentivará la especulación con un derecho constitucional como la vivienda, más bien al contrario, complicando aún más el acceso a un techo digno para la mayor parte de la población.

Estas medidas que incrementan la desigualdad y ensanchan la franja de población que vive en pobreza sí que rompen España. No lo hace, en cambio, abordar la pluralidad de nuestro país y poner encima de la mesa la necesidad de reformular el Estado. Mientras las derechas socavan los cimientos de nuestra sociedad que, a fin de cuentas, son la ciudadanía, centran su mirada en las tierras, recuperando esa perspectiva feudal del reino.

Nadie puede decir que privilegiar a los ricos y privar de derechos adquiridos a la clase trabajadora sea noticia cuando es un gobierno de derechas quien lo hace. Los medios informamos de ello, pero quien se sienta sorprendido por estas medidas elitistas se autoengaña. Votar a la derecha es votar esto porque, del mismo modo que cuando la izquierda sube la carga fiscal únicamente a quienes más tienen, PP y Vox alertan de una subida masiva de impuestos, cuando ellos se los bajan sólo a los ricos, también entienden que la rebaja es mayoritaria... cosa bien distinta es lo que usted sienta en su bolsillo, pero consuélese, que lo realmente importante es la rigidez del modelo de Estado.  Quizás la próxima vez que vote se lo piense dos veces, hasta entonces, a disfrutar lo votado.

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