Posos de anarquía

Cornada de Moreno al cine andaluz

Cornada de Moreno al cine andaluz
Moreno Bonilla no pierde ocasión de dejarse ver en Festivales de Cine como el de Málaga, mientras pierde fondos estatales de ayuda al cine. – Junta de Andalucía

La Junta de Andalucía vuelve a suspender en gestión. Los llantos y lamentos de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) por lo que considera infrafinanciación estatal se dan de bruces con su desidia administrativa que le lleva a no ejecutar las ayudas que el Gobierno central financia. Sucedió con el Bono de Alquiler Joven, que ha provocado que la juventud le lleve a los tribunales, o con cientos de millones de euros para la creación de nuevas plazas de educación infantil que la Junta ha devuelto a Madrid. Ahora conocemos que desde la Consejería de Cultura se ha renunciado a la friolera de 1,5 millones de euros destinados a ayudas para el desarrollo de proyectos y guiones de cine en Andalucía. 

El cine andaluz vive uno de sus momentos más dulces, no sólo como pilar cultural, sino también como industria, que quizás es lo que más importa a la derecha, siempre tan amiga del vil metal. La lista de embajadores de Andalucía a través del celuloide es interminable, desde Benito Zambrano, Chus Gutiérrez, Alberto Rodríguez, Manuel Martín Cuenca o Paco Cabezas a Laura Hojman, Remedios Malvárez, Antonio de la Torre, Antonio Dechent o Inma Cuesta, pasando por el clan León, Natalia de Molina, Macarena Gómez, Ángeles Reiné o Isa Sánchez... y, por supuesto, Antonio Banderas, del que Moreno sí que se acuerda para convertirlo en protagonista de las campañas de turismo.  

La mala relación de la derecha con el mundo del cine viene de largo. De hecho, estas ayudas al desarrollo de guiones fueron fulminadas por Mariano Rajoy cuando llegó al gobierno en 2011, quedando en el más absoluto olvido hasta 2023, cuando fueron nuevamente convocadas. Los titiriteros, como despectivamente se ha llamado a este colectivo cultural sin reparar en que el concepto es todo un halago, se han convertido en canalizadores de protestas contra la guerra, los recortes sociales o el desmantelamiento del estado de bienestar. Quizás este posicionamiento político es lo que más escuece en las filas conservadoras, que únicamente sacan pecho del cine cuando reporta dinero y premios... y a veces, ni eso, puesto que si por algo se ha caracterizado el cine andaluz en los últimos años es por haber sido reconocido en todo el mundo.  

Otras comunidades autónomas gobernadas por el PP sí han sabido aprovechar estas ayudas convocadas por el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA). En el caso andaluz, además, se rompía la narrativa a la que se aferra Moreno Bonilla y la región era la tercera más financiada de toda España, de un total de 14,5 millones de euros que contemplaba esta línea de ayudas. Si bien es verdad que el dinero por parte del Gobierno central tardó en ingresarse en caja, no es menos cierto que desde la Junta no se movió un dedo para tramitar las ayudas, sin haber preparado siquiera las bases en más de seis meses. 


Es sorprendente que el Gobierno andaluz deje pasar 1,5 millones de euros con los que marcarse un tanto, siendo otro quien paga la cuenta. Le asalta a uno el dilema si es una cuestión de ideología o, sencillamente, de incapacidad para gestionar. En cualquiera de los casos, las consecuencias de este movimiento administrativo a cámara lenta son nefastas para el sector y se ha dejado pasar un tren que habría supuesto un globo de oxígeno, beneficiando en gran medida a la cantera cinematográfica andaluza.  

Productoras y guionistas llevaban mucho tiempo esperando estas subvenciones que habrían contribuido a fortalecer los laboratorios, desarrollos de proyectos y escrituras de guiones de los profesionales del cine andaluz. Para colmo de males, el pasado mes de abril Sevilla acogió el VIII Encuentro Nacional de Guionistas. El despropósito hecho contradicción. 

En esta coyuntura y todavía con la resaca de la polémica generada por la retirada del Premio Nacional de Tauromaquia, resulta inevitable mirar de soslayo lo rápido que se mueve Moreno Bonilla cuando le interesa. Apenas una semana después del anuncio del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el PP registraba en el Parlamento andaluz una proposición no de ley en defensa de la tauromaquia. Los populares recurren al discurso del 'retroceso de libertades', como si la retirada del premio les impidiera seguir acudiendo a ver la matanza cruel de toros. En esta deriva de "engrandecimiento de la tauromaquia", Moreno no pierde ocasión para reclamar más ayudas, aunque la Junta ya cuenta con una línea de subvenciones para la financiación de festejos taurinos en los municipios. Cornada de Moreno al cine andaluz en toda regla, seguramente, con vítores de puro y manzanilla. 


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