Posos de anarquía

Navidades calientes en el 112 Andalucía

Navidades calientes en el 112 Andalucía
Moreno Bonilla luciendo chaqueta del 112, cuyo servicio de gestión de llamadas ha precarizado.

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. El refranero español es sabio. Bien lo sabemos en Andalucía, donde hemos tenido que soportar ver al presidente Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) lucir el logo de Emergencias 112 Andalucía durante la pasada DANA mientras mantiene absolutamente precarizado el servicio. A los hechos me remito: del 5 de diciembre al 6 de enero hay convocada por CGT huelga del servicio de la gestión telefónica de emergencias del 112.  

La situación viene de lejos pues este servicio tan esencial ya nació privatizado en tiempos del PSOE, cuando Andalucía todavía era un bastión para los socialistas. Sindicatos, trabajadores y trabajadoras todavía recuerdan cómo el PP reprochaba la licitación del servicio en los estertores del gobierno de Susana Díaz. Nadie, absolutamente nadie se creyó aquello, pues la privatización de lo público es un sello distintivo de las políticas de los populares.  

Sin embargo, eso no es óbice para que hoy sirva para afear el estado en que la Junta mantiene a Emergencias 112. Entonces, todavía andaba por aquí haciendo de las suyas el consejero Elías Bendodo –el mismo que en la oposición cargaba contra las dietas y, ya en el poder, las abrazó con éxtasis- y defendió la licitación para "mejorar la calidad del servicio y las condiciones laborales de los trabajadores". Es el mantra de toda privatización que repite la derecha y que nunca cumple.  

De hecho y tras haber pasado por manos de diversas empresas, las condiciones laborales y de prestación del servicio han ido a peor. A pesar de que se trata del servicio que gestiona y coordina de manera integral las urgencias y emergencias en materia sanitaria, extinción de incendios y salvamento, seguridad ciudadana y protección civil, las condiciones laborales de sus profesionales se rigen por el mismo convenio de quienes le llaman usted por teléfono para venderle otra tarifa telefónica: telemarketing.  

¿Cómo sacan tajada las empresas de las privatizaciones? Sencillo, exprimiendo a las plantillas, tanto en sueldo como en carga de trabajo. Esa es una máxima convertida a denominador común, ya se trate de sanidad, limpieza, parques y jardines... Emergencias 112 Andalucía no es una excepción. Los y las profesionales que atienden más de cuatro millones de llamadas al año por un salario ridículo están al borde del colapso, sufren ansiedad y ven cómo las empresas adjudicatarias colocan personal a dedo. 

La situación no parece haber mejorado con la llegada este año de la última adjudicataria, Ilunion Emergencias (perteneciente al Grupo ONCE). Los y las empleadas denuncian aumentos de la carga de trabajo de cerca de 380 horas adicionales, obligatoriedad de trabajar en festivos sin retribución adicional, falta de formación y una falta de personal que en ocasiones obliga a que una llamada sea atendida desde otra provincia.  

Si la situación no fuera ya suficientemente insostenible, por su gravedad y extensión en el tiempo, la Junta de Andalucía ultima la puesta en marcha de la nueva Agencia de Seguridad y Gestión Integral de Emergencias de Andalucía (ASEMA) a partir del 1 de enero de 2025 y ha excluido a Emergencias 112 Andalucía. ¿Cómo es posible que en este organismo se excluya al servicio de la gestión telefónica de emergencias del 112 a pesar de integrar el resto de servicio 112, Protección Civil, el Instituto de Emergencias y Seguridad Pública de Andalucía (IESPA) y al operativo Infoca? 

Nadie lo entiende. Y suenan tambores de huelga para estas Navidades. Tal y como expone CGT Andalucía, la integración en ASEMA acabaría con la privatización y la hemorragia de dinero que sufre la Junta, pues en cada licitación la adjudicataria ve aumentado su botín sin revertir mejora alguna en la plantilla que, además, pasa por ser un sector altamente feminizado.  

La profesionalidad del personal está salvando la cara a los gestores, ya no sólo de la adjudicataria, sino también de los políticos, pero resulta intolerable y, más pronto que tarde, afectará a la calidad asistencial, como ya sucede en otros servicios públicos en fase de desmantelamiento en Andalucía, como la Sanidad. La dejación por parte del gobierno de Moreno Bonilla es pasmosa, obviando el grave riesgo en que incurre porque, incluso en situaciones como la pasada DANA, se salva la plana gracias a los malabares que se ve obligada a hacer la plantilla.  

Mientras todo funcione, la Junta de Andalucía mira para otro lado, hasta el punto de que, tras varios meses con la plaza desierta, el mismo día que la DANA se cebó con Málaga, el gobierno de Moreno Bonilla ofertó la plaza vacante de coordinador de Emergencias para la provincia. Y ese día, el presidente popular tuvo la desfachatez de enfundarse la chaqueta del 112, lucirla en las televisiones y grabar un vídeo para la Junta en el que se hace zoom al logo del servicio que precariza. Queda todo dicho. 

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