Vivimos tiempos en los que las denominadas fake news, nuestras paparruchas de toda la vida, están a la orden del día. Acerca de ellas y de la cantidad de bulos que se expanden por las redes sociales han corrido ríos de tinta, pero existe otra mala práctica que ejecutan algunos medios de comunicación que es igual o más peligrosa. Me refiero a esa que abandona el concepto de 'línea editorial' para abrazar el de 'manipulación' pura y dura y que cuando lo hace un medio público es todavía más detestable. Canal Sur lo hace, absolutamente instrumentalizado para los intereses partidistas del popular Juan Manuel Moreno Bonilla.
No parece tener ningún sentido que dedicar cinco veces más tiempo en un día a los presupuestos andaluces que en todo un mes a los del Estado o destinar a Moreno Bonilla 77 minutos en las ediciones de los informativos N1 y N2 en octubre, mientras la suma de los destinados a todos los demás partidos del Parlamento andaluz no alcanzan siquiera los 34 minutos. Peor aún, si cabe, es ocultar al informar de los datos de la última EPA que Andalucía es la región que lidera las tasas de paro. Estas son sólo algunas de las denuncias que realiza el Consejo Profesional de la RTVA, que revela de este modo la falta de independencia, rigor, imparcialidad, pluralismo, veracidad... del canal autonómico andaluz.
Incluso aunque desde la dirección general o el consejo de administración se intentara camuflar como línea editorial no parece que ni siquiera mencionar la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática y, en su lugar, detallar el ictus de Kiko Rivera sea prestar el servicio público que se debe. Tampoco multiplicar por cuatro el tiempo para informar del problema en el pie de la reina Letizia que al último paquete de 3.000 millones de medidas energéticas del Gobierno de España.
La lista de hechos, que redactados destacan como auténticas barbaridades, pero que en el día a día les puede pasar inadvertidos a las masas, es interminable. Desde el Consejo Profesional de la RTVA quieren poner remedio a esta y otras graves problemáticas, como a la apertura de expedientes a los trabajadores o trabajadoras que no asumen labores impropias de su categoría porque la Junta de Andalucía no cubre las bajas. Sin embargo, se han topado con un muro. El consejo de administración se ha negado en redondo a cualquier tipo de reunión, mientras que el nuevo director general, Juande Mellado -nombrado a finales de octubre- dice no tener hueco en su agenda. ¿Qué otras tareas más pendientes puede tener que reunirse con sus profesionales de informativos?
Mi colega Raúl Bocanegra entrevistaba el pasado mes de octubre a Eva Rodrigo, la nueva presidenta del Consejo Profesional de Canal Sur, que recordaba que la falta de respeto por los profesionales y, por extensión, por toda la ciudadanía, no es patrimonio único de Moreno Bonilla. "A unos y otros se les llena la boca de respeto a las profesionales, pero nunca lo hemos sentido", apuntaba Rodrigo. Ya no sólo como periodista, sino como ciudadano en general es muy duro leer de profesionales de Canal Sur afirmar que "nunca ha existido una independencia plena" que "ni siquiera hemos sido escuchados en consulta, a través de este Consejo, a pesar de que así lo recoge el actual Estatuto de la RTVA" o que "las presiones políticas siempre han existido y creo que siempre existirán". Esas que terminan -y esto sucedió- en que se dedique el triple de tiempo a lo que suben las torrijas con el IPC que a las tres sentencias del caso Gürtel.
Si con el PSOE al frente de la Junta de Andalucía Canal Sur ya era instrumentalizado como herramienta de manipulación, los y las profesionales de la casa denuncian que desde la llegada del PP la situación en el ente se ha degradado mucho más. Es lo que ya ha llevado a la huelga o a que más de 600 profesionales, sin miedo y con el DNI por delante, exigieran la destitución del anterior director de Informativos Álvaro Zancajo -fichado por Macarena Olona posteriormente para su campaña electoral andaluza-.
Sólo entre los meses de abril y septiembre de 2022, el Consejo Profesional de la RTVA ha identificado hasta 130 malas prácticas profesionales, ejercicios de manipulación y faltas de respeto a los profesionales de la cadena. Como ejemplo, la recta final de esta evaluación, que coincidió con la batalla fiscal entre comunidades autónomas: la Dirección de Informativos dedicó diez veces más tiempo a los argumentos a favor de la supresión del Impuesto de Patrimonio en Andalucía que a los argumentos en contra de la oposición, denuncia el Consejo.
La carga de las pruebas es tal que debería ser posible tomar medidas de inmediato. La ausencia de criterios periodísticos y la nula vocación de servicio público por parte de quienes dictan esta manipulación es tal que, en esencia, se están malversando fondos públicos, pues con los impuestos de quienes habitamos Andalucía se ha montado un altavoz propagandístico al servicio de Moreno Bonilla.
Nada tiene de moderado y mucho menos de andalucista -como se ha querido presentar Moreno- este proceder, pues supone un ataque frontal a los profesionales, en primer lugar, y al derecho a la información de toda la ciudadanía, en segundo. Socavar de esta manera un derecho constitucional es de extrema gravedad y evidencia el modo en que realmente se concibe la democracia, jugando sucio, algo en lo que el PP se desenvuelve con escandalosa soltura.