A finales del año pasado, Oxfam Intermón presentaba un informe en el que revelaba que mientras que el esfuerzo fiscal de las familias se sitúa en el 83,29%, el de las empresas únicamente es del 11,64%. Esta mañana desayunamos con la noticia de Infolibre que destapa que las grandes empresas ganan en la actualidad un 34% más de lo que lo hacían en 2013 y, sin embargo, pagan menos por el Impuesto de Sociedades. ¿Cómo es esto posible?
Resulta insultante para l@s pequeñ@s contribuyentes comprobar una vez más cómo el empresariado se enriquece explotándol@s con sueldos míseros y, además, pagando muchos menos impuestos. La discriminación fiscal va todavía más allá, porque entre las mismas empresas también se da, puesto que mientras que los grandes grupos consolidados tributaron en 2016 a un tipo efectivo sobre el resultado contable del 6,14%, las pymes tuvieron que hacerlo al 15,4%.
Como consecuencia de estas prebendas, según cita Infolibre, la recaudación del Gobierno por el Impuesto de Sociedades se ha desplomado: si en 2007 se ingresaban unos 44.823 millones de euros, diez años después apenas se superan los 23.000 millones. Huelga decir que esta sangría es un torpedo en la línea de flotación de la Sanidad y Educación públicas, la subida de las pensiones, etc.
Por si esto no fuera poco, también amanecemos hoy con la noticia de cómo Indra, la multinacional tecnológica que tanto ondeó la bandera de 'Marca España', vuelve a estar salpicada por la corrupción. Ya estuvo en las primeras planas por haber desviada 600.000 euros a la financiación ilegal del PP de Madrid, según la UCO, por ejemplo. Ahora, ha sido sancionada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por haber formado un cártel junto con otras tecnológicas para repartirse concursos públicos.
La lista de esas tecnológicas no tiene desperdicio: SAG España, Atos Spain, Connectis ICT Services, IBM, Everis Spain, Babel Sistemas de Información, Cibernos Consulting, Gesein, Accenture y Next Computer Services.
Beneficios fiscales injustificables, amaños de concursos con sanciones de risa para lo que facturan (13,5 millones de euros para Indra, que asume la mayor multa aunque sólo uno de los concursos amañados era de 7,8 millones de euros)... ¿Qué pueden pensar l@s pequeñ@s contribuyentes? ¿Qué pueden hacer l@s autónom@s a l@s que se maltrata tributariamente?
Se lo diré yo, aprovechar cualquier resquicio que detecten para ahorrarse pagar unas monedas en impuestos. ¿Quién les puede reprochar eso ante la España que se nos aparece? Ni siquiera la suma de esos pequeños fraudes de autónomos alcanzan lo que las grandes empresas nos están robando a manos llenas. ¿Llegará en algún momento un Gobierno con el coraje suficiente de afrontar una reforma fiscal realmente justa? ¿Tendrá algún Ejecutivo el valor de destinar los recursos que precisan la Agencia Tributaria para pescar a estos grandes defraudadores? No olviden que España tienen en la actualidad la mitad de inspectores de Hacienda que la media europea y de esos escasos recursos, el 80% se dedica al control de particulares, autónomos, microempresas y pymes, y al 20% restante la investigación de las multinacionales, grupos empresariales y grandes fortunas. Así nos va.