Punto de Fisión

Regreso al pasado

La televisión se ha convertido en la principal arma de adoctrinamiento para los sabios líderes que nos dirigen (de hecho, Mariano se ha transformado en una). Hace sólo una semana los locutores aconsejaban el rezo como medida para aliviar la angustia de los parados y ahora aleccionan a las niñas españolas para que no vayan enseñando las braguitas por ahí. La estulticia del telediario en TVE ha alcanzado ya tal profundidad que hasta echamos de menos a Urdaci. Urdaci, por lo menos, era capaz de deletrear de carrerilla.

Subido a la máquina del tiempo, el doctor Marianus le ha dado al mando de rebobinar y nos ha mandado de golpe a los años cincuenta. Ya que hemos retrocedido más de medio siglo en derechos laborales, educativos, sanitarios y sociales, y ya que el paisaje urbano ha vuelto a poblarse de moños, peinetas y policías con porra, algo había que hacer para poner un poco de orden en el desbarajuste de la juventud, que van como putas. Sin embargo, todo hay que decirlo, las coordenadas de la máquina no andan muy bien ajustadas y no deja de enviar mensajes contradictorios a la audiencia.

Por ejemplo, había una foto de Soraya poco antes de ganar las elecciones sentada en el suelo, con el pelo revuelto, la boca entreabierta y la mirada insinuante enfocada a la cámara, lanzando obscenas promesas electorales. Luego, apenas unos años después, aparece la propia Soraya disfrazada de Carmen Polo, embutida en metro y medio de religiosidad folklórica y tapada con una mantilla que parecía un burka del Concilio de Trento. Ya no quedaba a la vista ni una sola promesa electoral ni un centímetro de rodilla. No puede ser que nos digan cómo hay que uniformar a las niñas y luego nombrar secretaria personal a una Miss Baleares que es toda ella muslo y cacha. Un poco de seriedad, señores del NODO.

La Soraya sexy fue un error de la Matrix, como Rouco Varela, que durante cierto tiempo paseaba por Chueca con el perfil pugilístico de Paco Clavel. Muy probablemente el mensaje sobre la decencia en la indumentaria infantil iba dirigido a los progenitores que llevan a sus hijos a colegios religiosos, una advertencia sobre lo que les podría pasar si no andan bien decentes y espabilados. En España ya ha habido más de un clérigo que, en la mejor tradición del espíritu nacional, ha advertido muy seriamente de que los abusos a menores por parte de ciertos depredadores con sotana es culpa de los niños, que van por ahí provocando. Lo mejor es que sus padres los metan en un saco, que es más o menos lo que Mariano está haciendo con el país entero y con los españoles todos. En el regreso general al pasado que padecemos cualquier día nos levantamos, salimos a la calle y nos la encontramos sintonizada en blanco y negro.

 

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