Punto de Fisión

Rouco, telonero de los Rolling Stones

Rouco deja el cargo de presidente de la Conferencia Episcopal y no sabemos cuánto le queda de jubilación ni a qué se va a dedicar a partir de ahora, a lo mejor a cuidar rosales, igual que el ex Papa Ratzinger. Esto de que un artista abandone los trastos de predicar en plena gloria es una faena para los fans, porque en cada actuación Rouco lo daba todo; no hay más que escuchar el sermón que soltó en la misa por las víctimas del 11-M, una pieza de oratoria digna de figurar en los recopilatorios de Mira quien baila.

Frente a Ratzinger y a Rouco, dos rajados de la tercera edad, se alzan Karol Wojtyla y los Rolling Stones, quienes se exprimieron hasta la última nota. Los Stones son el único grupo de rock que sigue actuando después de muerto, más que nada porque no hay mucha diferencia con cómo sonaban cuando estaban vivos. De hecho, no llegaron a tocar para el Papa polaco, como Bob Dylan y Lou Reed, por si alguien los confundía sobre el escenario. Hubo rumores de que Rouco podría ser el telonero oficial en esta penúltima gira de los Stones, pero al final Keith Richards se negó en redondo porque el clérigo podía quitarle protagonismo. Es muy chungo eso de ir toda la vida recibiendo el tratamiento de Su Satánica Majestad cuando, en realidad, a Keith Richards el diablo ni se lo han presentado. Rouco podría dejar en nada aquel mítico concierto del Calderón en que Dios puso los efectos especiales. Una misa previa de Rouco y a los Rolling Stones les retiran el patrocinio de Viagra y de neumáticos Pirelli. Simpatía por el obispo.

Es cierto que los obispos pueden opinar sobre cualquier cosa, faltaría más, por eso mismo nosotros también opinamos de los obispos y de los Rolling Stones lo que nos da la gana. El conocimiento recíproco es más o menos similar, aunque los obispos y los Stones forman un campo de opinión mucho más limitado. Un obispo es como un taxista pero con tiara en lugar de taxi: habla de todo sin tener ni la menor idea de nada. El aborto, los homosexuales, el 15-M, el matrimonio o la familia son temas de los que chapurrrean de oídas, por aproximación, según lo que oyen por la radio o lo que les cuentan en los confesionarios, sus dos principales fuentes de información. Preferimos pensar que esas charlotadas que sueltan de cuando en cuando sobre la masturbación compulsiva, las prostitutas, el adulterio o el coito anal no están basadas en experiencias de primera mano.

Es una lástima que, al igual que ciertos taxistas considerados, Rouco no se limite a charlar del tiempo o del fútbol, dos temas para los que le suponemos más capacitado. Sin embargo, no ha dejado de meter la pata en todos los charcos que se le han puesto por delante, sentando púlpito sobre la familia sin estar casado ni tener hijos y sobre el 15-M sin hacer botellón en la puerta del Sol. De sus opciones sexuales mejor no opinamos, no nos vayan a tomar por obispos, por taxistas o por los Rolling Stones.

 

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