TERESA GONZÁLEZ y PIERRE MICHELETTI
El 23 de enero, miles de presos consiguieron evadirse de una prisión palestina. Los fugitivos, hombres, mujeres y niños, se precipitaron a través de las brechas abiertas por los explosivos colocados en los muros de la frontera sur.
Son, la gran mayoría, presos políticos que residen en lo que constituye hoy el centro penitenciario más grande del mundo y que se extiende sobre una franja de 40 kilómetros de largo por 10 kilómetros de ancho, en la que viven 1,4 millones de personas.
Este territorio se caracteriza por un escenario en el que las armas están omnipresentes, donde Fatah y Hamás se disputan el poder al mismo tiempo que un buen número de sus líderes están en prisión.
La cuestión religiosa se radicaliza al mismo tiempo que el mundo árabe-musulmán sacraliza la cuestión palestina para hacer de la misma un teatro emblemático de sus conflictos con Occidente.
Es la gran prisión a cielo abierto de Gaza.
La población purga allí un castigo colectivo cuya causa es que la relación de fuerzas basculó a favor de Hamás en la Franja. Después de la victoria de este partido en las elecciones legislativas de febrero de 2006, se puso en marcha un embargo económico y financiero. La población palestina ha sido la primera víctima de las medidas de restricción instauradas desde entonces. La Unión Europea en el seno del Cuarteto (junto con Rusia, Naciones Unidas y Estados Unidos) forma parte, con Israel, de los carceleros.
Durante el verano de 2006, Médicos del Mundo hizo público un informe en base a dos encuestas realizadas en el terreno para mostrar las dificultades de acceso al agua, a la alimentación y a cuidados sanitarios de la población palestina. El informe describía en particular la gran cantidad de habitantes que padecían problemas psicológicos y depresiones. Insistíamos entonces, y lo volvemos a hacer ahora, en la necesidad de dotar de recursos a la población con el fin de permitirle retomar la esperanza y de no dejarle como única alternativa la espiral de la violencia.
Desde entonces nada ha mejorado, al contrario. La Franja de Gaza se hunde inexorablemente en el caos.
En el terreno nuestros equipos son testigos de la degradación de las condiciones sanitarias. Sobre una lista de 400 medicamentos esenciales, 105 ya no están disponibles. Entre otros, faltan antibióticos, anestésicos, psicotrópicos, así como medicamentos para el tratamiento de las enfermedades crónicas como la diabetes o enfermedades cardiovasculares.
La situación es crítica.
Los laboratorios están incapacitados para funcionar por la falta de reactivos. Los hospitales no cuentan con abastecimiento eléctrico continuo. Los centros de salud primaria se ven obligados a interrumpir algunas de sus actividades tales como vacunaciones, por no poder asegurar la cadena de frío, o el tratamiento de enfermedades crónicas debido a la falta de fármacos. De las 4.000 solicitudes de autorización para recibir tratamiento fuera de Gaza, 713 han visto rechazado su derecho a salir de la Franja. Desde junio, 62 de estos pacientes han muerto por las consecuencias de la falta de tratamiento.
Los precios de los productos básicos han subido inexorablemente. Así, el precio del pan y de la harina ha aumentado un 60 % en seis meses.
El universo carcelario en el que vive la población de la Franja de Gaza desde hace demasiado tiempo es inaceptable, pero todavía es posible evitar la caída de estos territorios en una espiral de violencia generalizada.
Tenemos derecho a pensar que la opinión pública internacional ha pesado para poner fin al bloqueo total que ha padecido Gaza estos últimos días. Europa puede y debe presionar al Gobierno israelí con el fin de permitir el restablecimiento del conjunto de los flujos económicos y financieros que prevalecían antes de la imposición del embargo de 2006.
La UE puede iniciar un diálogo directo con los representantes de Hamás, diálogo sobre el cual reposan las únicas esperanzas de evolución a posiciones moderadas en el seno de este partido. Bruselas también tiene la responsabilidad de negociar la interrupción del lanzamiento de cohetes sobre territorio israelí, Sderot y las áreas limítrofes con Gaza, que mantiene a la población civil de estas zonas en una situación de terror constante, situación por la que Israel justifica su estrategia actual.
¿Qué diplomacia europea es ésta en que se prohíbe el acercamiento y el debate? Muchos regímenes de prácticas nauseabundas son objeto de un tratamiento más pragmático. En esos casos se esgrime la voluntad de acceso y de apoyo a las poblaciones civiles como prioridad.
Después de varias horas tras su huida a Egipto, los numerosos fugitivos de Rafah volvieron a su lugar de detención con productos de primera necesidad. Decididamente, los detenidos de la Franja de Gaza permanecen
ligados a su prisión...
Teresa González y Pierre Micheletti son presidentes de Médicos del Mundo de España y Francia
Ilustración de José Luis Merino
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>