Dominio público

Con aplausos desde los balcones, pero también mejorando sus condiciones laborales

Rosa Mª Cuadrado

Secretaria general de Sanidad y Servicios Sociosanitarios de CCOO Madrid

sus compañeros fallecidos por coronavirus. REUTERS/Susana Vera
Personal del Hospital La Paz de Madrid guarda un minuto de silencio por uno de
sus compañeros fallecidos por coronavirus. REUTERS/Susana Vera

Los profesionales de la Sanidad Pública de Madrid llevan casi dos meses luchando contra la pandemia de coronavirus. Un tiempo en el que han dado y siguen dando un ejemplo de profesionalidad, humanidad y sacrificio que difícilmente se podrá compensar.

Ya sabíamos de las carencias de nuestro Sistema Sanitario Público, asfixiado por una década de recortes presupuestarios, de la falta de inversión en infraestructuras y aparataje y, sobre todo, de plantillas deficitarias. Y mientras veíamos cómo crecían los conciertos con empresas privadas, externalizaciones y privatizaciones, lo que hemos corroborado es que tenemos unos excelentes profesionales que llevan años supliendo con voluntariedad y esfuerzo todos los déficits y el deterioro de este sistema en la Comunidad de Madrid.

En CCOO somos conscientes de que la relevancia de la pandemia ha impactado de una manera que no estaba prevista a todos los niveles y en todos los sectores. Desgraciadamente los servicios de prevención del propio Servicio Público de Salud no han conseguido que sus trabajadores, piezas claves en la contención de la epidemia, hayan estado protegidos adecuadamente. Somos conscientes de la carencia generalizada de equipos de protección (EPI), de mascarillas e incluso de otro tipo de material protector. Pero entendemos que habría que investigar la actuación y responsabilidad de los servicios de prevención, dado el alarmante número de profesionales que han cursado baja por contagio o aislamiento y que, según los datos oficiales de la Consejería de Sanidad, a día 15 de abril, ascienden a 10.345 profesionales, de los que 5.543 aún continuarían en esta situación.

Precisamente por esta razón reclamamos que se hagan test masivos a todos los profesionales de la sanidad pública, ya que esto permitiría definir la situación inmunológica de todos, además de limitar las probabilidades de contagio a compañeros y pacientes no COVID, en unos momentos en los que ya se está planificando la desescalada y paulatina recuperación de la actividad asistencial habitual en la atención sanitaria, hospitalaria y primaria.

Pero si hablamos de la Atención Primaria, eso ya es otro cantar. La Atención Primaria, que debería ser el primer nivel de la atención sanitaria y tener capacidad para resolver el 80% de los problemas de salud de la población, se ha visto particularmente dañada por los sucesivos gobiernos del PP, con una continua descapitalización que ha ido mermando paulatinamente su capacidad de respuesta.

La Atención Primaria en Madrid posee el mayor número de usuarios asignados a médico de familia, pediatra, profesional de Enfermería y personal Administrativo de toda España. Mientras la población de Madrid crece, las plantillas han ido disminuyendo con menos de un profesional médico o de Enfermería por cada mil habitantes.

Los centros de salud madrileños estaban ya en una situación crítica y desbordados antes de la explosión del virus, pero la controvertida decisión de trasladar a más de 2.000 sanitarios de Atención Primaria al hospital de campaña del IFEMA, unido a las más de 2.000 bajas por contagio que ha llegado a tener, ha supuesto que más de 100 centros de salud hayan permanecido cerrados.

Nadie puede tacharnos de oportunistas si exigimos que las cosas se hagan de otra manera. Es imprescindible reforzar la Atención Primaria y para ello es necesario contar con más presupuesto y más recursos humanos que nos permitan afrontar en las mejores condiciones posibles, no solo las futuras crisis sanitarias, sino sobre todo para poder tener la capacidad de afrontar la carga asistencial en lo que nos resta de año.

La atención sanitaria en la Comunidad de Madrid va a requerir la continuidad asistencial de, al menos, los 230.000 pacientes que actualmente están en seguimiento telefónico o domiciliario desde la Atención Primaria y a los que se irán sumando las nuevas altas hospitalarias; las residencias de mayores, para poder realizar el diagnóstico y aislamiento precoz de los nuevos casos de coronavirus; y la atención facultativa a todos los pacientes que acuden a los centros de salud porque, después de un mes y medio, ha pasado de ser una consulta demorable a urgente.

No se renovarán contratos

En la Mesa Sectorial del pasado 17 de abril, se nos comunicó a las organizaciones sindicales que los 8.539 contratos (no se incluyen los jubilados y estudiantes) que se habían efectuado durante esta emergencia sanitaria, no se renovarían, a no ser que la presión asistencial por la pandemia lo requiriera. Ante esta respuesta de la Administración solo cabe preguntarse: ¿Es que no hemos sacado ningún aprendizaje de esta crisis sanitaria? ¿Es que todavía no les ha quedado claro a nuestros dirigentes en la Comunidad de Madrid que solo los sistemas sanitarios públicos, sólidos y bien dotados, son capaces de afrontar emergencias sanitarias como la actual?

No sería honesto no reconocer que la exigencia por parte de CCOO de renovar la mayoría de los contratos temporales por COVID19 hasta final de año, redundaría en un beneficio directo en los profesionales que podrían beneficiarse de una planificación de trabajo sin modificaciones continuas por falta de personal para sustituciones, de sus descansos semanales o anuales reglamentarios, de su derecho a reducir su jornada por cuidado de menores o dependientes, de su disfrute de formación continuada y del resto de permisos retribuidos.

En definitiva, mantener los contratos no solo garantizará el derecho de los ciudadanos a una atención más garantista y rápida de sus patologías sino que también contribuirá a minorar la sobrecarga de trabajo que habitualmente padecemos los profesionales por la falta de suplencias y la precaria dimensión de las plantillas. Y sobre todo sería una señal del reconocimiento y valoración del sacrificio, compromiso y entrega de la que han dado muestras sobradas todos profesionales de la sanidad madrileña.

Además, mantener los contratos de los profesionales de refuerzo contribuiría a la disminución de las demoras, de esas interminables listas de espera que, en febrero de 2020, según el portal de transparencia del SERMAS, acumulaban para primera consulta con el especialista 453.117 pacientes, mientras que el número de personas en espera para la realización de una prueba diagnóstica era 152.590, y la lista de espera quirúrgica en la región se elevaba a un total de 78.171 pacientes.

Tras el obligado parón de la actividad asistencial por la pandemia, va a ser preciso afrontar los retrasos de consultas, cirugías o pruebas diagnósticas en pacientes con otras patologías distintas al COVID19. Y parece evidente que esta demanda asistencial no se va a poder atender con una plantilla, ya de por si deficitaria, que se encuentra agotada física y psicológicamente y mermada por las bajas por contagio o aislamiento de los profesionales por COVID 19.

Igualmente vulnerables

Finalmente no sería justo olvidar y no hacer mención al esfuerzo y la implicación de todos esos grandes profesionales, sanitarios y no sanitarios, que han luchado contra esa epidemia desde la sanidad privada, una sanidad privada vanguardista en cuanto a tecnología, pero que mantiene un convenio obsoleto y unas condicionas laborales absolutamente precarias, con aún menos profesionales por paciente en unidades de hospitalización o Unidades de Cuidados Intensivos (UCI)) que en la sanidad pública. Estos profesionales son igualmente vulnerables y se han visto expuestos al contagio, en igual o mayor medida, por la falta de equipos de protección.

Ojalá que cuando todo esto acabe, quienes tienen la responsabilidad en la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid y en las patronales de la sanidad privada, reflexionen y tomen medidas para garantizar la seguridad y salud de sus plantillas, y para mejorar sus condiciones de trabajo. Para que, en definitiva, se reconozca y valore el enorme esfuerzo que han hecho y que van a seguir haciendo los sanitarios y no sanitarios de nuestra sanidad madrileña. Y para "cuidar" a aquellos que se están dejando la piel en esta crisis sanitaria y que son los que más valor aportan a la sanidad: sus profesionales.

A todos ellos, desde CCOO queremos reconocerles su esfuerzo, su sacrificio y su humanidad en estos tiempos de virus: Con aplausos desde los balcones pero también con mejoras sustanciales de sus condiciones laborales.

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