Dominio público

El peor sexo de la historia

Ana Pardo de Vera

Esta semana se ha presentado la campaña Generación XXX en la sede del Parlamento Europeo en Madrid. Alguien tenía que hacer algo y, como siempre, la iniciativa ha partido de una organización internacional con sede en España sin ánimo de lucro: Dale una Vuelta, con estudios, datos, informes de especialistas ... viene a poner el dedo en la llaga de lo que es un clamor social, pero que "en mi casa no pasa".

Tengo un chaval de 9 años, que cena mientras compongo estas líneas, y no puedo imaginarlo viendo porno en un móvil. "Imposible, él no". Lo miro mientras sale en la tele Doraemon, el gato azul japonés con poderes. "En tu cole están prohibidos los móviles, ¿verdad?". "Sí, para los mayores también". Los "mayores" son menores de 18 años, sobre todo.

Dale una vuelta ha puesto en marcha una poderosa campaña con datos escalofriantes, que le incumben a usted y a mí si tiene hijos/as menores, pero si no, también, porque de infancias mal educadas salen sociedades traumatizadas a todos los niveles. El acceso al porno en los dispositivos móviles -teléfonos, sobre todo- se inicia entre los 9 y 11 años. Contaba el martes en la Ser Marina Marroquí, educadora social, especialista en violencia de género y autora de Eso no es amor (Destino), a propósito de la campaña Generación XXX, que el porno al que tienen acceso estos niños no tiene nada que ver con el porno que veíamos sus madres y padres en VHS o en salas de "cine para adultos"; ni siquiera, con el porno a rayas que intentábamos adivinar en un Canal Plus de pago que nos vetaban los viernes por la noche.

En el porno que ven nuestros hijos a través del móvil y ante la laxitud más absoluta de nuestras instituciones, el 89 % de los contenidos contienen violencia, en su mayor parte contra la mujer, y las categorías más buscadas son "degradación", "violación" e "incesto". Imaginen: un niño de 9 años oye la palabra "porno" a otro mayor en el colegio (el 30% de los y las menores acceden al porno de forma accidental, según Dale una vuelta), coge el móvil, busca y en dos clicks tiene el contenido más habitual, el más violento. Su cabeza no procesa: violaciones grupales, mujeres inconscientes siendo penetradas por todas partes, agresiones sangrientas, ... violencia, violencia y más violencia.  Lo enseña a sus amigos, compañeros/as, en cuanto puede; todos/as empiezan a verlo habitualmente, no hay límite en los contenidos, la pornografía es un negocio muy lucrativo con el que nadie se quiere meter. Cuatro de cada diez niños generarán adicción a la pornografía; dos de cada diez niñas, también.


No es casualidad, informan los responsables de Generación XXX, que la Fiscalía General del Estado haya alertado de un "alarmante" incremento del 116 % de las agresiones sexuales perpetradas por menores en España en los últimos cinco años. Y leemos este lunes otra noticia, una más de las cada día peores: "Denuncian que una niña de seis años fue agredida sexualmente por tres compañeros de clase en Montijo", Badajoz.

Tenemos un problema estructural y desde hace tiempo, demasiado tiempo: el acceso de los menores al porno les genera estereotipos de género, impacto a nivel neurobiológico y neuropsicológico, alteraciones en el cerebro, la memoria y la atención, deteriora su rendimiento, les aísla ... Lean los datos y los estudios científicos de Dale una Vuelta si quieren conocer la dimensión de un asunto que nos afecta a todos/as: hemos construido "la sociedad más hipersexualizada de la historia y la sociedad con peor sexo de la historia" ante la indiferencia de unas instituciones que no saben cómo abordar el problema, sobre todo, si no se quiere incordiar a los gigantes tecnológicos, a los grandes negocios y entrar en su parte más siniestra.

En España, a lo más que llegan las plataformas es a pedirte que confirmes si eres mayor de 18 años, algo que puede hacer cualquier chaval. Y listo, ese es todo el control de verificación que hay, además, sin una educación sexual precisa y generalizada que llegue a las escuelas para trabajar la base cultural de un asunto imprescindible en las relaciones humanas. Los responsables de la campaña Generación XXX pretenden que nuestros gobiernos, autoridades nacionales o supranacionales tomen nota y hagan algo ya, con legislaciones amplias que penalicen pero también protejan y eduquen. Ya vamos muy tarde: el vídeo porno online más visto suma 225 millones de visitas y es una brutal violación en grupo. Y solo es un dato más.


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