Hace dos meses fue el BNG de Ana Pontón, este domingo ha sido el momento del EH Bildu de Arnaldo Otegi y Pello Otxandiano. La izquierda soberanista vuelve a dar una lección a la izquierda alternativa estatal. Sumar y Podemos, por separado, tan solo han conseguido un diputado en el Parlamento vasco. El representante de Sumar será el candidato por Araba Jon Hernández, secretario general del Partido Comunista de Euskadi.
Mucho que aprender de la izquierda soberanista tiene la estatal, de carácter confederal, la cual vuelve a obtener unos resultados ridículos en unas elecciones autonómicas. Así fue en Galicia, así ha sido en Euskadi. Sumar ha obtenido cerca de 35.000 votos, un 3,3% del apoyo popular de las tres provincias. Podemos, ha logrado algo menos de 23.500 sufragios, tan solo un 2,2%. La desunión, la falta de acuerdo y de estar a la altura de las circunstancias vuelve a penalizar a las izquierdas. Con cerca de 60.000 sufragios entre las candidaturas lideradas por Alba García y Miren Gorrotxategi, tan solo logran un diputado. El conjunto de Sumar y Podemos ha perdido 12.000 votos con respecto a hace cuatro años, y la friolera de cinco representantes en el Parlamento de Gasteiz.
EH Bildu se ha llevado, con total seguridad, un buen pellizco de estos votantes, pero lo que más ha castigado a la izquierda alternativa estatal es la desunión. Y sobre esto, precisamente, tienen mucho que aprender tanto Yolanda Díaz como Ione Belarra de Arnaldo Otegi. EH Bildu es una coalición que une las militancias de tres partidos en un solo proyecto, tres formaciones diversas trabajan conjuntamente además de con militantes propios de EH Bildu. Por un lado, la izquierda abertzale de Sortu; por otro, la socialdemocracia independentista de Eusko Alkartasuna, una escisión del PNV de hace décadas; además, la izquierda anticapitalista y soberanista de Alternatiba, proyecto escindido de IU.
Si formaciones tan dispares son capaces de unirse en un proyecto conjunto, en una organización con sus métodos democráticos para tomar decisiones, ¿por qué no son capaces las izquierdas alternativas estatales de priorizar el programa y el proyecto político a las diferencias internas, las riñas personales y viejas rencillas? ¿Por qué desde un tiempo a esta parte lo que trasciende de las izquierda alternativa estatal es la pelea interna y la división?
Otra lección que dan las izquierdas soberanistas en general, y EH Bildu en particular, es la importancia de la implantación territorial. La coalición abertzale es una formación política que basa su poder en su fuerte raigambre municipalista. La construcción de una organización de abajo arriba es clave no solo para obtener buenos resultados electorales, también para que estos perduren en el tiempo. EH Bildu mejora sus buenos resultados de hace cuatro años, consiguiendo unas cifras históricas. Sin embargo, la sensación es que no ha tocado techo, sino que el ascenso continuará en los próximos años salvo giro de guion inesperado. La juventud del electorado da buena cuenta de ello.
Sumar obtiene unos malos resultados en Euskadi y ya van dos consecutivos tras el varapalo de Galicia, donde quedó fuera del Pazo do Hórreo, el parlamento autonómico situado en Santiago de Compostela. La formación de Yolanda Díaz, que celebraba su asamblea fundacional hace un mes en el madrileño barrio de Villaverde, no acaba de cuajar, no logra alzar el vuelo. Las disputas entre las formaciones que configuran Sumar se han evidenciado en los últimos meses, la lista de las elecciones europeas ha sido otro motivo de confrontación entre los partidos.
Podemos sigue en un proceso que, si no hay un brusco cambio de tendencia, se encamina hacia la desaparición. Vuelve a perder representación en otro parlamento autonómico tras esta jornada electoral, una constante desde el 28 de mayo del año pasado, cuando sufrió un varapalo de enormes dimensiones en las elecciones municipales y autonómicas. La formación morada va cuesta abajo y sin frenos. El partido de Ione Belarra tiene todos sus esfuerzos centrados en las elecciones europeas y en conseguir que Irene Montero entre en el Parlamento Europeo de Bruselas y Estrasburgo.
La izquierda alternativa tiene mucho que reflexionar. Sumar abrió un nuevo ciclo el pasado 23J, logrando un buen resultado que permitió mantener el Gobierno de coalición progresista en el Estado y frenar a la derecha y ultraderecha de PP y Vox. Sin embargo, el proyecto de Yolanda Díaz sufre síntomas de temprano agotamiento. Cada vez hay más voces que hablan de la necesidad de superar Sumar.
La izquierda estatal tiene un problema en los territorios en los que existe una izquierda soberanista, en las naciones sin Estado. Un constante debate pendiente de las izquierdas tiene que ver con la cuestión territorial. Y sobre esta, hay un asunto que no se puede demorar más: definir y explorar si es posible un marco de cooperación y no solo de competición entre las izquierdas alternativas estatales y los soberanismos de izquierdas catalán, vasco y gallego. Los números son claros.