Dominio público

La vida de Podemos

Ana Pardo de Vera

La vida de PodemosAl final, ha sido Vox quien ha puesto el cordón sanitario al PP. ¿Por la corrupción de M. Rajoy y su amigo Jorge Fernández Díaz de Marcelo en el Ministerio del Interior cuando espiaron compulsivamente a diputados de Unidas Podemos, a independentistas catalanes, periodistas, abogados, a su propio tesorero Bárcenas ...? Qué cosas escribo: por supuesto que no. Vox deja de apoyar los cinco gobiernos autonómicos donde cogobierna con el PP, para pasar a la oposición (los ayuntamientos, no, no se pasen, que se quedan sin financiación y ya tienen la cosa fea con el Tribunal de Cuentas) y dedicarse a su tema estrella, que no es otro que el de la criminalización xenófoba y racista de los migrantes pobres, particularmente, niños y niñas que salen de sus países solos, desvalidos y desesperados, jugándose la vida. Muchas veces, esos menores son enviados solos al mar o la travesía por el desierto por sus propias madres y padres, que prefieren salvar a sus hijos/as si solo pueden pagar un pasaje amenazante que les cuesta lo que tienen (y lo que no) Aunque no fuera madre, me resulta imposible abarcar el desgarro de quienes se quedan tras abrazar a sus hijos/as; porque soy madre, escupo bilis sobre la ideología de quienes van a las iglesias a lucir palmito mientras se muestran incapaces de sentir una pizca de compasión por estos críos y las familias que dejan.

Esta es la democracia, que acepta los votos de quienes apoyan la miseria moral de la ultraderecha, sabiendo perfectamente que ellos y ellas te llevarían a galeras por priorizar los derechos humanos de todos y todas a la hora de gobernar. ¿Hablo solo de Vox? En absoluto; hablo también de un Partido Popular que quiere presentar la patada en el culo que le han dado sus socios como un ejercicio del moderado Alberto Núñez Feijóo, eso sí, después de aceptarles en los territorios donde cogobernaban leyes de prostituida concordia para dinamitar la memoria histórica, censuras de besos entre mujeres en el cine, recortes en la lucha contra la violencia machista, corridas de toros para niños y niñas, etc. etc. etc. 

Hablo de un Partido Popular que, desde que fue fundado por un ministro franquista, se ha negado a aceptar democráticamente el poder de quienes no son ellos, ejerciendo una oposición inmoral y/o delictiva, corrupta y dopada con sobresueldos y la Gürtel, con la utilización de una Stasi cañí guiada por un ángel de la guarda llamado Marcelo, su protegido ministro del Interior y un presidente del Gobierno que sabía, según confirmó este mismo ministro en los audios de Público de 2016, tan de actualidad estos días.

No debería sorprendernos la cantidad de agentes de la Policía Nacional que buscaban como posesos datos de los integrantes de Unidas Podemos que confirmasen algún delito, alguna falta, algún exceso que ellos, los patriotas de chichinabo, consideraran publicable: una borrachera, un/una amante, una homosexualidad no reconocida, un mal chiste, la compra de un bolso caro (o un chalé), una multa de tráfico, el consumo de Coca-Cola, una subvención, un colegio concertado, una familia con dinero, alguna de las contradicciones inherentes al ser humano que solo se perdonan a la (ultra)derecha ... Cualquier cosa que hiciera pupa al imparable ascenso de una formación de izquierdas que venía a intentar cambiar las cosas era bienvenida y la Policía (anti)patriótica y corrupta se volcó en ello, bien respaldada por jueces, fiscales, el Gobierno de Rajoy entero, la maquinaria del partido y un puñado de periodistas (un decir) dispuestos a vender su alma a Marcelo, que era, en realidad, el ángel caído que actuaba como un demonio franquista al mando de un Ministerio.

Los agentes corruptos de la Stasi patria que espiaron a Unidas Podemos hasta el tuétano, seguramente por orden de un superior, pero también por vocación, pues sabían que era ilegal y no lo denunciaron, aguardan ahora a ver si el juez Pedraz los identifica o desvela sus identificaciones y les abre un proceso penal que debería ser inevitable por la gravedad de los delitos, no digamos los de su cúpula entonces, ya encausada, aunque no del todo, por obra y gracia de García-Castellón. Qué mejor hoy que una ruptura de Vox en la comunidades para tapar los detalles más escabrosos de las cloacas de Rajoy, mentor y amigo de Feijóo, a su vez, amigo de narcos y de una Stasi rojigualda de policías patrioteros. Una joya de la democracia.

- Espiaban a todo el mundo. ¿Por qué a mí no?

- Usted estaba vigilado. Lo sabíamos todo de usted.
- ¿Yo estaba vigilado?
- Tenía el piso lleno de micros. Escucha continua.
- Es imposible.
- Pues mire detrás de los interruptores. Lo sabíamos todo.

La vida de los otros, Alemania, 2006

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