Dominio público

Todo lo que dijimos

Jonathan Martínez

Todo lo que dijimos
De Bundesarchiv, Bild 102-14468 / Georg Pahl

El 30 de marzo de 1933, el profesor Victor Klemperer escribió en su diario unas notas tan alarmantes como esclarecedoras. Hacía apenas unas horas que el NSDAP había llamado al boicot de los comercios judíos. El Judenboykott fue una primera señal, una advertencia, un prometedor aperitivo de lo que aún estaba por llegar. Klemperer se huele ya la atmósfera de pogromo. Somos rehenes, dice, y aunque el terror no pueda prolongarse para siempre terminará llevándose todo por delante. Cuenta que los nazis han torturado a un preso comunista con métodos barbáricos. Después termina con una frase casual: "En una tienda de juguetes, una pelota con una esvástica".

Klemperer confiesa que no siente miedo sino vergüenza, pues él siempre se ha sentido alemán de los pies a la cabeza y le cuesta imaginar cómo es posible que la Europa del siglo XX pueda regresar a los esquemas medievales del odio racial. Duele pensar que la tromba nacionalsocialista cuente con tantos feligreses, pero duele más la indiferencia de las potencias internacionales, o peor si cabe, la permisividad de tantos ciudadanos que miran hacia otro lado por precaución o por indiferencia. George Steiner, que se tenía por un superviviente del Holocausto, lo resumía con crudeza: las personas son cómplices de aquello que las deja indiferentes.

En algún futuro lejano, si es que aún nos queda algún futuro, alguien examinará nuestros escritos públicos, nuestros diarios íntimos, el testimonio más o menos apresurado de aquello que corre ante nuestras miradas como un aviso de algo que está por llegar. Lo que llegue no serán los lager alemanes ni sus hornos crematorios. Tampoco llegarán las leyes raciales de Núremberg ni la psicología de masas de Joseph Goebbels ni la charcutería atroz del doctor Mengele. Llegará otra cosa. Siempre llega otra cosa. Para Klemperer, los nazis habían traído de vuelta una Edad Media desprovista de señores feudales, inquisiciones o templarios.

Lunes, 3 de junio. Un neonazi ha agredido a un cómico durante una actuación en el Beer Station de Madrid. Por la tarde, los medios de comunicación debatían con más pasión sobre los límites del humor que sobre los límites de la violencia.


Domingo, 9 de junio. Tras las elecciones europeas, los partidos de extrema derecha crecen a lo largo y ancho del continente.

Miércoles, 12 de junio. Un diputado italiano de extrema derecha la ha emprendido a puñetazos contra otro diputado durante una sesión parlamentaria. Varios periódicos lo han llamado "pelea" o "batalla campal". En Argentina, la Policía enfrenta a los manifestantes con tanquetas de agua, gas pimienta y bolas de goma mientras el Gobierno desmantela las entidades públicas y restringe el derecho a la protesta.

Jueves, 13 de junio. Han vandalizado el acceso al domicilio de la alcaldesa de Etxauri, Navarra. Por la noche, en Valladolid, unos desconocidos han arrojado piedras contra la vivienda de un procurador de las Cortes. De madrugada, una manada de neonazis ha asaltado un pub antifascista en Roma.


Viernes, 14 de junio. Varios neonazis han acudido a la Feria del Libro de Madrid para increpar a un autor durante una firma. Otro autor ha acudido escoltado al evento. Varios militantes antifascistas y feministas han relatado amenazas del mismo género. En Italia, la presidenta del Consejo de Ministros ha conseguido que el G7 retire el derecho al aborto de sus conclusiones. En Finlandia, un ultraderechista ha apuñalado a un niño de origen extranjero.

Domingo, 16 de junio. Un futbolista de la selección francesa argumenta que los deportistas no deberían vivir desconectados de la realidad y llama a votar contra la extrema derecha.

Lunes, 17 de junio. Un futbolista de la selección española sugiere que los deportistas deberían restringir sus opiniones al ámbito deportivo. Por la tarde, una decena de neonazis armados con palos ha irrumpido en el barrio valenciano de Benimaclet.


Martes, 18 de junio. El presidente del Parlament balear ha desgarrado la fotografía de una militante comunista torturada y asesinada en 1937 por un pelotón de falangistas. Al mismo tiempo, el portavoz de su partido en Catalunya ha amenazado con denunciar a los periodistas que publiquen informaciones sobre los gastos irregulares del grupo parlamentario.

Miércoles, 19 de junio. El Ejército israelí suma otros veinticuatro muertos tras el último bombardeo de Gaza.

El mes pasado, Maximilian Krah habló con el diario La Repubblica como candidato de la AfD alemana. A su juicio, es errado tachar de criminales a todos los miembros de las SS. Unos días antes, un dirigente regional de su partido había utilizado un lema de los camisas pardas durante un mitin. ¿Cómo iba él a saber, argumenta Björn Höcke, que las Sturmabteilung también gritaban "Todo por Alemania"? El pasado lunes, una alianza de colectivos civiles reclamó la prohibición de la formación ultra. El historiador Jens-Christian Wagner es tajante: la historia de Alemania nos ha enseñado que los partidos antidemocráticos se sirven de la democracia para abolirla.

La semana pasada, el diario independiente Fanpage difundía el fruto de sus investigaciones con cámara oculta en las entrañas de la Gioventù Nazionale de Giorgia Meloni. En apenas trece minutos de vídeo vemos saludos romanos, gritos de "Sig Heil", loas a Mussolini y una simpática kermés fascista. En sus tiempos de militancia juvenil, durante una entrevista con una televisión francesa, la propia Meloni elogió al Duce como "un buen político". Como dice Alba Sidera, basta darse una vuelta por cualquier sede de Fratelli d'Italia para reconocer no solo el orgulloso ascendente mussoliniano del partido sino la vindicación permanente de esa herencia.

En Salvaged pages, Alexandra Zapruder recupera los diarios personales de un puñado de adolescentes que conocieron el Holocausto. Esto debió haber sido un álbum de poesía, escribe Miriam Korber desde Transnistria. Las tropas alemanas están ocupando Holanda y Bélgica, dice Elisabeth Kaufmann desde París. Unos días antes, Victor Klemperer parece haber perdido la esperanza. "Nadie nos ayudará". Hoy los leo a todos ellos igual que nos leerán a nosotros en el futuro. Si es que nos leen. Si es que hay futuro. Y sabrán todo lo que dijimos. Y sospecharán todo lo que callamos.

Más Noticias