Dominio público

El comercio de proximidad desaparece en la Comunidad de Madrid 

Marta Lozano

Diputada en la Asamblea de Madrid de Más Madrid

Un mercado en una imagen de archivo.
Un mercado en una imagen de archivo.

Según los últimos datos del INE, en la Comunidad de Madrid  han cerrado 6.000 comercios solo en el último año. Y, según también esa fuente, en más del 95% de los casos eran comercios que no tenían ningún trabajador a su cargo.  

Es decir, en su mayoría eran comercios regentados por una sola persona, cuya actividad económica estaba centrada en dar algún servicio de interés a su comunidad, lo que se ha venido definiendo como comercio de proximidad o comercio local 

Un tipo de comercio con numerosas externalidades positivas para su entorno, que genera vida en las calles, ofrece seguridad al entorno y mejora el paisaje urbano 

Con el cierre de esos 6.000 comercios y sus locales se ha perdido una capilaridad comercial fundamental para la dinamización social y económica de nuestras ciudades que difícilmente se podrá volver a recuperar. Una tragedia. 


Son muchos los factores que explican este drama. Nos encontramos con factores de tipo económico como la subida del alquiler de los locales comerciales, la apertura indiscriminada de centros comerciales en la región, la llegada masiva del turismo que expulsan por igual a vecinos y comercios, los cambios de los hábitos de compra hacia grandes plataformas online o la imposibilidad de competir con grandes superficies que, a diferencia del pequeño comercio, practican economía de escala en sus cadenas de suministro. 

Pero también hay factores de tipo humano, como la imposibilidad de conciliar la vida con un negocio que exige abrir el mayor número de horas posible para ser económicamente viable. 

En la Comunidad de Madrid la política neoliberal del Partido Popular ha multiplicado el impacto de todos esos factores, apostando claramente por la economía de la especulación y el pelotazo frente a las políticas de dinamización y protección de la economía productiva y del valor agregado.  


Citaremos dos ejemplos de cómo han contribuido activamente las políticas del Partido Popular en la desaparición del comercio de proximidad. 

Por una parte, nos encontramos con la mal llamada Ley de Dinamización de la Actividad Comercial de la Comunidad de 2012, una ley que eliminó todas las restricciones en materia de horarios comerciales y que en la práctica ha supuesto una enorme pérdida de competitividad del comercio de proximidad frente a las grandes superficies y centros comerciales.  

Ser "libre" para abrir cuantas horas quieras para que tu negocio resulte viable es una invitación permanente a la auto-explotación que, como estamos viendo, tampoco es garantía segura de supervivencia. 


Nadie quiere trabajar 10 de la mañana a 10 de la noche, fines de semana incluidos. Nadie quiere dar continuidad a un negocio a cambio de no poder ver a la familia y siempre bajo la amenaza de desaparición si te ponen un Mercadona enfrente. Quien quiera entender las dificultades para dar continuidad a los comercios familiares ahí puede encontrar gran parte de la explicación. 

El otro ejemplo es la falta de regulación en la ubicación de centros comerciales por toda la región. La Comunidad de Madrid es la región con más metros cuadrados de centro comercial por habitante. Por si fueran pocos, antes de 2025 se abrirán otros 8 nuevos centros comerciales: El Cañaberal, Valdebebas, La Finca, Getafe, Pozuelo de Alarcón, Fuenlabrada, Arroyomolinos y San Lorenzo del Escorial. 

Así, cerraremos 2025 con nada menos que 114 centros comerciales, en tanto que, por ejemplo, en Cataluña, con 1 millón más de habitantes que Madrid, lo hará con 52. 


Todo ello, por increíble que parezca, sin que exista ninguna normativa de carácter autonómico que obligue evaluar el impacto económico y ambiental de esas infraestructuras en el territorio. 

Que al Partido Popular no le importe que esos 114 centros comerciales puedan arrasar con el tejido comercial en barrios y pueblos en la región lo dice todo. 

En resumen, la consigna favorita del Partido Popular, "sálvese el que pueda", se conjuga en este campo descargando toda la responsabilidad de supervivencia en los propios comerciantes, obviando que su futuro solo será posible en tanto que existan condiciones materiales adecuadas para ello.  

Para que esas condiciones materiales se den hacen falta políticas públicas que las hagan posible y en este caso sucede todo lo contrario. Las políticas del Partido Popular son políticas claramente hostiles al comercio de proximidad.  

En este escenario, lo único que le preocupa al PP de esta situación es saber en qué medida este desastre puede suponer la pérdida de apoyos entre sus votantes. 

Así, todo queda reducido a una cuestión de argumentario con el que alimentar sus sucesivas campañas de marketing, un discurso donde poder atrincherarse y repetir hasta la saciedad, digan lo que digan los datos. Digan lo que digan los propios comerciantes. 

Es el caso de la reciente campaña "plan para revitalizar el pequeño comercio", un nombre rimbombante para anunciar unas ayudas de unos escasos 2 millones de euros que se vienen repitiendo año tras año con nulo impacto en el tejido comercial madrileño, pero que al Partido Popular le sirven como "gancho" comunicativo.  

Argumentario que, ante la ridiculez de la cifra, se intenta mejorar hablando de inversión por legislatura en lugar de ejercicio presupuestario y se completa con alguna visita a algún comercio. Todo listo para difundir una nota de prensa por medios de comunicación. A fin de cuentas, para eso han aumentado de forma delirante el gasto en publicidad institucional.  

La tercera pata del taburete y que cierra el círculo (la primera serían sus políticas públicas, la segunda el engranaje comunicativo), se centraría en eliminar o vaciar de contenido a los órganos colectivos de consulta del sector empresarial, ya sean de la economía social, de autónomos o para la promoción del comercio.  

El oscurantismo, otro rasgo distintivo del Partido Popular madrileño, no es conjugable con consejos y procesos abiertos de consulta pública. Así, esos órganos quedan vacíos de contenido, en tanto que los asuntos se resuelven en pasillos y reuniones ad hoc donde se trata el "qué hay de lo mío" sin tener que rendir cuentas. 

En definitiva, la cultura clientelar y de la especulación del Partido Popular ha configurado un círculo vicioso que entre otras víctimas se está llevando por delante comercios y formas de vivir arraigadas en el territorio. 

Desde Más Madrid, como hemos hecho siempre, seguiremos trabajando con el sector comercial políticas públicas que signifiquen un impacto positivo en la economía del territorio, seguiremos impulsando la creación de espacios participativos que permitan avanzar desde la transparencia y seguiremos denunciando las políticas que arrasan la economía productiva y los territorios para el enriquecimiento de unos pocos. 

En definitiva, seguiremos soplando las velas para hacer posible un cambio de rumbo hacia círculos virtuosos que hagan posible una economía de valor añadido al servicio de las personas y a las comunidades. 

 

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