Por qué tienen razón los que apuestan por la paz en Ucrania

La primera víctima de la guerra es la verdad y la segunda la estupidez

Si pensamos con la cabeza y no con el vientre entenderemos que lo que buscan como objetivos máximos las partes en conflicto en Ucrania es  improbable que pase. Si la primera víctima de la guerra es la verdad, la segunda es la estupidez, que lleva a análisis errados.

Cada país está comparando la agresión según le interesa y según su historia le permite: los que quieren doblegar a Rusia comparan la agresión con Hitler y sacan a relucir Munich, como si en las filas del ejército norteamericano estuviera el soldado Ryan y no el marine que asesinó en Irak a decenas de miles de civiles.

Algunos en España dicen que no mandar armas a Ucrania es como no mandar armas a la II Repúlica, ignorando que la República no había entrado en provocaciones con ningún país, no era una amenaza para nadie, no había flirteado con el autoritarismo y peleaba por hacer valer el estado de derecho, mientras que enfrente, en el bando fascista, no había gente defendiéndose de una agresión sino todo lo contrario.

Algunos, más acertados, la comparan con la Primera Guerra Mundial, que era una guerra interimperialista,  y no faltan quienes sacan a relucir la guerra de Vietnam, con una agresión sin ninguna legitimidad que puso de rodillas a los EEUU.

El apoyo de Venezuela, Cuba o Nicaragua a Rusia no se explica por ideología ninguna, sino por geopolítica. Si EEUU te quiere invadir es normal que los países amenazados se alíen con quienes puedan ayudarles. Confundir la geopolítica con la ideología es idiota.

La guerra de España y la subsiguiente guerra mundial fue seguramente la última guerra internacional de contenido moral porque enfrente estaba el fascismo. Plantear que Putin, con quien la extrema derecha europea, incluido un VOX entusiasta de Putin, ha compartido fundamentos políticos e ideológicos, la derecha europea fundamentos neoliberales e incluso la izquierda fundamentos económicos geoestratégicos -recordemos que el Primer Ministro del SPD, Schröder, trabaja para Gazprom-es ahora el fascismo o el comunismo del siglo XX es dar brochazos que despistan más que aclaran.

No es comunista, como viene repitiéndose, porque su oposición en Rusia y a quienes está deteniendo son los comunistas. No es comunista porque sus aliados en Europa son los "anticomunistas" de la extrema derecha, que necesitan enemigos para esconder su programa. No es comunista porque ha renegado de Lenin e incluso de Stalin debido a que su nacionalismo conservador carece del más mínimo contenido de clase. El apoyo de Venezuela, Cuba o Nicaragua a Rusia no se explica por ideología ninguna, sino por geopolítica. Si EEUU te quiere invadir -hemos conocido recientemente un documento de Mauricio Macri con la intención de ocupar militarmente Venezuela- es normal que los países amenazados se alíen con quienes puedan ayudarles. Confundir la geopolítica con la ideología es idiota.

Lo que están buscando las partes en conflicto es muy improbable que ocurra.

1. Ucrania nunca va a pertenecer a la OTAN. Ese escenario sería como que hubiera misiles nucleares en México o en Nicaragua. EEUU no lo permitiría y en ese escenario tanto los norteamericanos como los rusos sacarían sus más afilados dientes, es decir, el armamento nuclear. Sería tan devastador que no es imaginable. Es verdad que la Primera Guerra Mundial se desató por insensateces. Pero ahora está la opinión pública de nuestros países.

2. Ucrania nunca va a ser ocupada por Rusia. La comunidad internacional no lo va a permitir y se llenaría de razones para justificar un incremento de la participación militar de la OTAN en el país. Además, los ucranianos convertirían el país en una suerte de Vietnam para los rusos. Además, las sanciones económicas harían de la economía rusa, en un mundo globalizado, algo que generaría una enorme respuesta popular, aunque creciera la represión en el país.

La solución será intermedia: Rusia tendrá control sobre Crimea y sobre Donetsk y Lugansk, Ucrania se acercará a la Unión Europea pero con un estricto estatus de neutralidad.

3.   La solución será intermedia: Rusia tendrá control sobre Crimea y sobre Donetsk y Lugansk, Ucrania se acercará a la Unión Europea pero con un estricto estatus de neutralidad.

4. Si esa es la solución, pactar una paz estable y duradera ¿qué es lo que más ayuda a esa salida? La Unión Europea tiene que defender la democracia. Y eso lleva inevitablemente a apoyar la paz. Las sanciones son útiles siempre y cuando no golpeen a la gente humilde. Y es una forma de dejar claro que ser pacifistas no significa ser neutrales.

Por eso es intolerable que la Unión Europea, y en concreto España como país con tradición de neutralidad, no haya estado colaborando en esa dirección y no estén presentes en la mesa de paz en Bielorusia

Por eso es intolerable que la Unión Europea, y en concreto España como país con tradición de neutralidad, no haya estado colaborando en esa dirección y no estén presentes en la mesa de paz en Bielorusia. Una vez más, la UE hace seguidismo de una potencia en decadencia, los EEUU, que no ha solventado ni uno solo de los conflictos que ha creado ni en Libia, ni en Siria, ni en Afganistán, ni en Yemen, ni en Venezuela... La Unión Europea empezó a perder su respeto a los derechos humanos cuando consintió en la desmembración de Yugslavia, emborrachada por la victoria del mundo occidental en la guerra fría y haciendo seguidismo del entonces hegemón único, EEUU. Pero ahora Washington tiene un conflicto mortal por la hegemonía mundial con Rusia y China. ¿Quién podría hacer de contención geopolítica? La Unión Europea. Y en concreto España, podría haber jugado un papel especial con credibilidad para sentar a las partes. Pero una vez más, no hemos estado a la altura. Como no lo ha estado EEUU ni Rusia.

La sensación de que Putin, como hizo Saddam Hussein invadiendo Kuwait, ha mordido el anzuelo es muy alta. Putin nunca huiera debido romper el derecho internacional invadiendo Ucrania y la OTAN no debiera haber provocado a Rusia desde el fin de la guerra fría extendiendo la OTAN hacia el Este y humillando a los derrotados. No leyeron a Keynes en 1919. Si todos los responsables de esta guerra terminaran juzgados como los nazis en Nüremberg -y como nunca fueron juzgados los norteamericanos en Vietnam-, el mundo sería un poco más decente.