Las fintech continúan haciendo de la suyas. Para muchas personas siguen siendo unas desconocidas, pero su protagonismo está cobrando peso. Se trata de compañías que toman su nombre de la contracción de finance (finanzas) y technology (tecnología) porque hacen uso de desarrollos tecnológicos, especialmente de las aplicaciones móviles (apps) para el diseño, oferta y prestación de productos y servicios financieros. Entidades bancarias tradicionales han creado sus propias fintech, pero el fenómeno más generalizado es dar el salto de la tecnología a las finanzas.
La gran baza de estas nuevas empresas frente a la banca tradicional es la innovación, la agilidad y su capacidad para proporcionar servicios hiperpersonalizados que mejoran la experiencia del cliente, ya sea a la hora de realizar asesoramiento o gestionar patrimonios, proporcionar financiación u ofrecer medios de pago.
A nivel mundial se ha convertido en un auténtico fenómeno. Con un claro desarrollo en los países más ricos y con mejor regulación, la inversión en este tipo de empresas ha superado el billón de dólares en la última década a través de más de 35.000 operaciones, según Bank for International Settlements (BIS). Si en 2010 apenas se realizaron 600 operaciones moviendo unos 11 millones de dólares, en 2019 las operaciones ya superaban las 5.000 operaciones con un montante de casi 220 millones.
A pesar de estos datos, el propio Banco de España (BdE) ha publicado este año un documento en el que admite que no resulta sencillo obtener estadísticas homogéneas y oficiales de la actividad de las empresas fintech, y por ello es preciso recurrir a distintas fuentes e informes con diferentes tipos de clasificaciones. Según este documento que, a su vez, se apoya en estudios de consultoras como Deloitte y Ernst&Young, España ocupa el tercer lugar en cuanto a número de fintech y el séptimo en cuanto a grado de adopción por parte de los consumidores.
A nivel de inversión, el Observatorio de Startups de España de la Fundación Innovación Bankinter apunta que este sector captó en 2021 una inversión de 542 millones de euros, lo que se traduce en un incremento del 151% respecto a los 204 millones de 2020, siendo el capital privado el que realizó mayores aportaciones. Hay, pues, mucho interés entre los inversores por sacar tajada en estas compañías. Combinando todos los datos disponibles, el documento Las empresas fintech: panorama, retos e iniciativas 2022 del BdE revela que a fecha de septiembre de 2021 había en España unas 722 fintech.
Descontando 45 de ellas que o bien no estaban activas, habían entrado en situación concursal o bien estaban en liquidación, aparece un dato sorprendente: únicamente 95 de las 677 fintech están inscritas en un registro oficial. El propio documento del BdE subraya que la dificultad para obtener información sobre las fintech limita la capacidad de los reguladores y de los participantes del mercado de evaluar los riesgos para la estabilidad financiera y el desarrollo económico de forma exacta y a tiempo. Sin embargo, su avance no cesa.
Si echamos la mirada a EEUU, que bien puede servir como termómetro de lo que está por llegar, la mayor cadena mayorista del mundo, Walmart, lleva años prestando servicios financieros, pero acaba de filtrarse que el año que viene podría comenzar con los préstamos en las compras a través de su fintech. Los pagos a plazos ya eran una realidad, incluso Apple ultima una función Apple Pay Later para que los usuarios de su monedero digital en los iPhone puedan dividir los pagos, pero las primeras informaciones que llegan sobre los nuevos planes de Walmart apuntan más a préstamos personales al uso de las financieras ajenas a los bancos.
Esta estrategia Compra ahora, paga después de los grandes almacenes rivaliza directamente con las tarjetas de crédito bancarias y ya ha llamado la atención de los reguladores en EEUU, que temen que, especialmente con la inflación desbocada, las deudas se acumulan rápidamente y, a medida que lo hacen, los tipos de interés se disparan. Ya está sucediendo con las financieras de préstamos personales.
El alumno aventajado en España de estas prácticas es El Corte Inglés, con su popular tarjeta que permitía acumular los pagos a fin de mes y que ahora permite pagar a plazos con tasas de interés (TIN 18%) TAE 19,23% con un pago mínimo mensual de 45 euros o, incluso, sacar a comisión dinero en cajeros de otras entidades. La pregunta que salta es lógica: ¿se extenderá este 'modelo Walmart' que preocupa a los reguladores a las grandes superficies en España, donde muchas fintech operan bajo el radar?
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