Las elecciones legislativas anticipadas de Portugal celebradas el pasado domingo han deparado un resultado político muy claro que algunos medios y comentaristas han extrapolado a España. ¿Pero, es esto posible? Veamos en un principio cómo han ido las elecciones en el país luso y comparemos, a continuación, dicho sistema de partidos con el español.
El gran vencedor, sin ninguna duda, de estas elecciones ha sido el actual primer ministro socialista, António Costa, que sale políticamente muy fortalecido al alcanzar la mayoría absoluta, con el 41,7% de los votos y 117 escaños, superando todos los sondeos que incluso vislumbraban un posible sorpasso por parte del conservador Rui Rio. Electoralmente, el motivo es claro, el Partido Socialista (PS) ha conseguido concentrar prácticamente todo el voto progresista, como evidencia el hecho de que los grandes perdedores de estas elecciones en el conjunto de la izquierda han sido: la Coalición Democrática Unitaria (CDU), formada por el Partido Comunista Portugués y "Los Verdes", que retrocede de 10 a 6 diputados y, sobre todo, el Bloque de Izquierda, tercera fuerza hasta estos comicios, que desciende desde los 19 a 5 escaños.
Parece que los electores han penalizado que estas formaciones políticas no apoyaran los presupuestos del año 2022, provocando, consecuentemente, el adelanto electoral. Por otro lado, es posible que una parte del electorado progresista hayan preferido concentrar el sufragio ("voto útil") en el Partido Socialista ante el miedo a un posible gobierno conservador apoyado por la ultraderecha. Esto también puede haber provocado la movilización del voto abstencionista, ya que la participación en estas elecciones ha superado la de los cinco últimos comicios, en un país que tradicionalmente muestra una tasa de abstención altísima (superior al 40%). Evidentemente, estos resultados imposibilitan la opción de repetir una geringonça de izquierdas.
En el bloque conservador apreciamos, al contrario que anteriormente comprobábamos, una mayor dispersión del voto, en deprimiendo del gran partido político hegemónico de la derecha portuguesa, el Partido Social Demócrata (PSD) y a favor de diferentes formaciones minoritarias. Entre ellas, hay que destacar el ascenso del partido de ultraderecha, Chega!, que pasa de un único diputado a 12, se convierte en tercera fuerza política y confirma el fin de la excepcionalidad portuguesa en la representación institucional la derecha radical, al igual que había ocurrido en España con Vox. El otro ganador de la derecha es Iniciativa Liberal, que también tenía un solo diputado y alcanza ahora los 8.
Volviendo a nuestra pregunta inicial: ¿es posible un resultado así en España? Francamente, entiendo que este panorama político no es extrapolable a nuestro país. El sistema de partidos español dista de ser análogo al luso. En Portugal, a pesar de la dispersión del voto conservador, en líneas generales el bipartidismo sigue siendo muy sólido y los partidos minoritarios tienen un papel secundario. En estos comicios, por ejemplo, solo Chega! supera, por dos puntos, el 5%. Y otro dato evidente, los dos grandes partidos mayoritarios acumulan el 71,1% del voto.
En España, en cambio, la posibilidad de una victoria con mayoría absoluta como ha ocurrido en Portugal es prácticamente nula y el bipartidismo está electoralmente muy dañado. En las últimas elecciones generales, de noviembre de 2019, la suma de los dos partidos mayoritarios no llegaba al 49%, y todas la proyecciones electorales existentes pronostican que esto se mantendrá en los próximos comicios. A pesar de la más que probable desaparición política de Ciudadanos, es bastante factible que la tercera fuerza política actual, Vox, que tiene 52 diputados (15,08%), se consolide o incremente su fuerza electoral. El espacio político de Unidas Podemos (26 diputados, 9,82%) también es muy probable que se consolide o recupere cierto respaldo en las próximas elecciones con el nuevo liderazgo de Yolanda Díaz, la líder política mejor valorada según CIS y una popularidad afianzada. Por otro lado, en Portugal no existen partidos nacionalistas periféricos con representación institucional, que en nuestro país, como sabemos, tienen un peso político y electoral importante y una incidencia cardinal en las configuraciones de mayorías que faciliten la gobernabilidad del Estado.
Comentarios
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