Otras miradas

Por qué es necesario aprobar la reforma de las residencias de mayores

Mayte Sancho

Gerontóloga

Pura Díaz-Veiga

Gerontóloga

Por qué es necesario aprobar la reforma de las residencias de mayores
Varias personas en una residencia de mayores en Carballo. EUROPA PRESS

Hace mas de cuatro décadas que los ciudadanos –todos, pero sobre todo los de más edad– nos manifestamos con contundencia sobre dónde y cómo queremos vivir si necesitamos apoyos o cuidados. Es muy sencillo: en nuestra casa, con nuestro pequeño o gran mundo afectivo y material, pero sin separarnos de nuestro microcosmos. Y si esto no es posible, al menos que podamos vivir más o menos "como en casa". En torno a 400.000 personas habitan sus últimos años de vida en residencias que poco se parecen a una casa. La indescriptible tragedia que acabamos de vivir lo ha evidenciado con una crudeza inimaginable.

Lo que solicitamos desde hace décadas no es nada nuevo. Sencillamente se trata de garantizar a las personas que lo requieren las mismas atenciones que se ofrecen desde hace muchos años en otros países de Europa. Potenciar los servicios y los apoyos para generar ecosistemas de cuidados, en los que las residencias constituyan una opción elegible para personas o familias que buscan un lugar para vivir con dignidad, cuando las necesidades son muchas y los apoyos requeridos son diversos y complejos. Lugares amables, amigables, reconocibles, en los que la personalización de espacios y de trato sea ley y la vida cotidiana se adapte a las necesidades, pero también a las preferencias de las personas que allí viven. En los que la intimidad, el respeto a la identidad y el bienestar sea la norma.

Para ello necesitamos transformar los actuales centros residenciales en espacios domésticos, pequeños, hogareños, con profesionales estables, reconocidos y remunerados dignamente. En definitiva queremos abrir el camino de la desinstitucionalización y cerrar el modelo institucional de residencias, abolido ya en la practica totalidad de los grupos de personas con necesidades diversas que lo han padecido.

El Acuerdo sobre Criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia (SAAD) promovido desde la Secretaria de Estado de Derechos Sociales, que esperamos que se apruebe hoy en el Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, es una oportunidad única para conseguir lo que se viene demandando por parte de académicos, sociedades científicas, profesionales,usuarios, familias y ciudadanos desde hace mucho tiempo.

Estamos más cerca que nunca para acabar de una vez por todas con instituciones que prestan una atención basada exclusivamente en la enfermedad, la discapacidad, olvidando a las personas que sobrellevan estas circunstancias .

El contenido del Acuerdo puede ser limitado para algunos y excesivo para otros, pero lo que importa es lo que lo sustenta e inspira: acciones transformadoras basadas en los derechos de las personas que precisan apoyos para disponer de entornos dignos, adecuados y propios para disfrutar de una buena vida, cada una la suya, la que cada persona quiera y elija. Esto no es una cuestión de colores políticos, es un asunto de dignidad. Nos jugamos nuestro futuro en ello.

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