Otras miradas

La ley mordaza. El reparto de la culpa y la reforma posible 

Ramón Soriano

Catedrático emérito de Filosofía del Derecho y Política de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla  

Una reunión del Comité Federal del PSOE.- Carlos Luján / Europa Press
Una reunión del Comité Federal del PSOE.- Carlos Luján / Europa Press

Recientemente la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, ha manifestado desde Bruselas tras una reunión de ministros de Trabajo de la Unión Europea que hay un pacto entre PSOE y Sumar para la reforma de la vulgarmente conocida -y con razón- como ley mordaza, la ley orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana. "La derogación de la ley mordaza se consuma", ha dicho la vicepresidenta. Previamente, Sumar había presentado en mayo de este año, 2024, una proposición de ley para la reforma de la ley mordaza en el Congreso de los Diputados. Miembros del PSOE e incluso de Sumar han matizado a la baja el anuncio de la vicepresidenta, afirmando que el acuerdo todavía está gestionándose. Las palabras de la vicepresidenta han chirriado en ERC, EH Bildu y Podemos, porque nada se les había comunicado y es necesario un acuerdo entre los socios de la mayoría de la investidura para llevar a buen puerto la reforma.  

El 14 de marzo de 2023 un proyecto de reforma de esta ley, preparado durante largo tiempo, con tiras y aflojas constantes, fracasó en la Comisión parlamentaria de Interior. La ley mordaza, aprobada en 2015, fue obra del Gobierno Rajoy (PP) con mayoría absoluta en el Parlamento. Pretendía atar corto a los nuevos movimientos sociales y especialmente al 15-M y a su heredero político, Podemos, que obtuvo sorprendentemente en 2014 en las elecciones europeas cinco escaños y 1.253.837 votos. Temía que los movimientos sociales y el nuevo partido a la izquierda del PSOE pudieran poner en peligro a la derecha y al juego político dominante bipartidista de PP y PSOE desde los orígenes de la nueva democracia española. Probablemente si el Gobierno Rajoy hubiera tenido una varita mágica para adivinar el futuro político habría concebido una ley de seguridad ciudadana con mayores restricciones aún, lo que ya era difícil de superar.  

En los medios se debatió en su momento y se sigue debatiendo sobre las causas y causantes del fracaso de la reforma con parcialidad y evidentes sesgos, echando toda la culpa al adversario político. Según la ideología del medio, así se incrimina al culpable. Con alguna honrosa excepción. Yo creo tras analizar las opiniones de los medios y el debate parlamentario de 2023 que la culpa tiene que ser repartida entre varios actores políticos. Es la tarea que me aguarda a continuación. Pero comencemos por enunciar y explicar las enmiendas no aceptadas en la Comisión parlamentaria de Interior, motivo del fracaso de la reforma, y los derechos fundamentales -no cualesquiera derechos- vulnerados por la ley mordaza para precisar la importancia y necesidad de la reforma. 

Los derechos fundamentales vulnerados por la ley mordaza 

La ley mordaza presenta mayores daños de los que suelen citarse en los medios. No uno sino muchos derechos fundamentales están afectados por ella. La ley mordaza es algo más que mordaza, porque atañe a numerosos derechos fundamentales. Es una ley omnívora, que parece no saciarse nunca. Están afectados en primer lugar por la frecuencia de su vulneración el derecho a la libertad de expresión y el derecho de reunión y manifestación.  Por otro lado, las pelotas de goma de la policía atentan contra el derecho a la vida e integridad física, el primer derecho, el más fundamental, el que concita que algunos juristas lo conciban como el derecho absoluto de nuestra Constitución. Son varios los casos de quienes han perdido un ojo o sufren un daño irreversible en algún órgano del cuerpo por una pelota de goma. No estamos hablando de futuribles.  


Pero quizás lo más irritante de la ley mordaza es el inconstitucional principio de presunción de la verdad del policía, es decir, la prevalencia de la opinión del policía sobre la del ciudadano/a, así, sin más, lo que supone saltarse a la torera los derechos jurisdiccionales en torno a la libertad de la persona, de los que tanta sangre y tanto tiempo ha costado su conquista. "Tú eres policía y yo no, pues lo que tú dices es verdad y lo que yo digo es mentira". Y punto. De un tirón se ha cargado la ley mordaza el derecho fundamental a la tutela judicial de la persona 

Recuerdo que en un rotativo en marzo de 2023 apareció un individuo con un esparadrapo en la boca, simulando su situación ante la ley mordaza. El ejemplo se quedó bien corto. Debieron ponerle además casco y escudo protectores y maniatarlo con una camisa de fuerza. 

Las enmiendas causantes del fracaso de la reforma de la ley mordaza 

¿Cuáles eran? Cuatro enmiendas. Dos de ellas saltaron a la opinión pública: la prohibición de la devolución en caliente de los inmigrantes, cuando llegaban al territorio español, y la prohibición de las pelotas de goma utilizadas por las fuerzas antidisturbios.  


Se trataba de suprimir el punto 1 de la disposición adicional décima de la ley -la devolución en caliente del inmigrante- y añadir un nuevo punto al art. 23 de la ley -la prohibición del uso de las pelotas de goma-. El punto 1 de la disposición adicional décima expresa: "Los extranjeros que sean detenidos en la línea fronteriza de demarcación territorial de Ceuta y Melilla mientras intentan superar los elementos de contención fronterizos para cruzar irregularmente la frontera, podrán ser rechazados a fin de impedir su entrada ilegal en España". Éste es un punto, cuya anulación exigían las enmiendas de ERC y EH Bildu.  Por otro lado, ambos partidos presentaron una enmienda para que en un nuevo punto del art. 23 de la ley mordaza, que trata del material antidisturbios, se prohibiera expresamente el uso de pelotas de goma. 

Junto a ellas otras dos enmiendas: contra la prevalencia de la opinión del policía acusando al denunciado de la falta de respeto, así como  de desobediencia, frente a la opinión del denunciado en ambos casos, sin requisitos ni condiciones, cuando se daba la circunstancia para la garantía de la impunidad del denunciante que estaban prohibidas las fotografías y vídeos de la policía.  

Las enmiendas de los partidos políticos ERC y EH Bildu, que no fueron aprobadas, pretendían la exigencia de concreción de conceptos jurídicos indeterminados, en pro de alcanzar su objetividad, para que a esta objetividad tuviera que atenerse el  policía o el guardia de turno. Concretamente que se determinara "la falta de respeto y consideración, cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones" (art. 37.4 de la ley 4/2015) con los siguientes términos "expresiones o actos humillantes, despectivos, ofensivos", e igualmente que se concretara "la desobediencia o la resistencia a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones" (art. 36.6 de la ley 4/2015) con los términos "desobediencia manifiesta, oposición corporal, fuerza física". Los términos de los artículos citados de la ley mordaza contravienen un principio jurídico de primer orden: la claridad en la expresión de conductas ilícitas y sanciones aplicables. 


Los actores políticos causantes del fracaso de la reforma de la ley mordaza:

1. El partido político PSOE 

El  PSOE, ayudado por las reticencias del PNV, se opuso a la inclusión en la ley de las enmiendas más relevantes exigidas por la izquierda a la izquierda del PSOE. En mi opinión, es el principal culpable de que la ley no saliera adelante. Una vez más el PSOE dio muestras de su debilidad provocada por sus compromisos previos y su doblegamiento a poderosos grupos de interés y presión -lobbies-, en este caso a los sindicatos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, destacando la policía y la guardia civil. Como en tantas ocasiones cuando se trata de conquistas de nuevos derechos sociales el PSOE cede, como cedió a excluir a los perros de caza en el proyecto de ley de protección, derechos y bienestar de los animales, debido a la presión ejercida por el poderoso lobby de las asociaciones españolas de caza. Como referí en mi artículo en este medio, El Parlamento a merced de los grupos de interés, los Gobiernos de España han tenido la ventaja de la inexistencia de una regulación de los grupos de interés -lobbies-, a diferencia de otros países europeos de menor nivel democrático institucional -países del este de Europa inclusive-, lo que les ha protegido con el oscurantismo en sus negociaciones con los grupos de interés.  

El hecho evidente es que la experiencia política española reciente demuestra que la conquista de derechos sociales relevantes, que suscitaban la resistencia de la derecha política, mediática y económica, ha tenido lugar por la presión interna dentro del Gobierno de coalición del socio minoritario Podemos, exigiendo el cumplimiento del pacto firmado por ambos socios de Gobierno en el comienzo de la legislatura.  Por sí mismo, sin la fuerza de arrastre de Podemos, poco hubiera avanzado el PSOE. Al carácter de las proposiciones de ley y a los debates parlamentarios en el Congreso de los Diputados me remito.  


Es lo que sucedió en el debate parlamentario sobre la reforma de la ley de seguridad ciudadana del Gobierno Rajoy en 2023. El PSOE cedió en las enmiendas más relevantes ante la protesta de policías y guardias civiles.  

2. Los partidos políticos ERC y EH Bildu 

ERC y EH Bildu votaron en contra en la Comisión parlamentaria de Interior por entender que no incluir las cuatro citadas enmiendas descafeinaban completamente a la reforma de la ley de seguridad ciudadana. Los cuerpos y fuerzas de seguridad seguirían campando a su aire y la ciudadanía inerme antes sus actuaciones y denuncias. No se trataba de unas enmiendas más, sino de las enmiendas principales y determinantes, sin cuya aprobación la reforma se convertía en una caricatura de sí misma.   

Ambos partidos políticos votaron en contra. Todo lo fiaron a que antes del término de la legislatura pudiera plantearse de nuevo la reforma en el Parlamento. La tarea parlamentaria pendiente era escasa, pues el debate había sido intenso. No sucedió. El PSOE no quiso volver a plantear la reforma.  

La reforma posible de la ley mordaza 

¿Qué sucederá, si ahora se plantea de nuevo la reforma inconclusa? 

No creo que vayan a ceder ERC y EH Bildu en sus enmiendas. No van a renunciar ahora cuando pusieron toda la carne en el asador en la reforma de la anterior legislatura. Y efectivamente sus enmiendas rechazadas eran las enmiendas vitales para una eficaz reforma de la ley mordaza. Presumiblemente la misma actitud en Podemos. Sumar puede ser más dialogante y ceder posiciones.  

Por lo tanto, la historia se repite y vuelve a quedar en manos del PSOE la posibilidad de una reforma definitiva de la ley de seguridad ciudadana de 2015. Si el PSOE no abandona sus compromisos y miedos, si no se pone al lado de su proyecto de regeneración democrática (hasta la fecha bien escaso), no habrá reforma de la ley mordaza y todo seguirá igual. La única esperanza que cabe es que el presidente del Gobierno, consumado saltimbanqui de la política, actor impredecible, aprisionado por la credibilidad de su proyecto de regeneración democrática, ahora se atreva a dar un paso al frente. Lo tiene difícil, pero es necesario que intente desembarazarse de los tentáculos de los pulpos que le aprisionan. Esos poderosos pulpos a algunos de los cuales citó en una valiente entrevista pública. Por el bien de la ciudadanía española. 

 

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