Otras miradas

La 'internacional anticognitiva'

Israel Merino

 

La 'internacional anticognitiva'
Imagen de un vídeo de campaña elaborado con IA generativa del partido alemán de extrema derecha AfD.

Leía o escuchaba a alguien decir en algún sitio – manifiéstate sí me estás leyendo, por favor, quiero citarte pero no recuerdo tu nombre – que las nuevas tecnologías, en especial las inteligencias artificiales, se estaban convirtiendo en objetos fetiche de la internacional reaccionaria global, del mismo modo que lo fue el futurismo para los fascistas italianos de principios del siglo XX, y creo que es una idea acertadísima: ahora mismo, es la mejor herramienta que tienen para luchar contra nuestros procesos cognitivos.

Estos días, por ejemplo, la periodista Ane Irazabal mostraba en Twitter un espantoso vídeo de campaña del partido ultraderechista AfD, quien tiene bastantes papeletas de ganar las elecciones del próximo domingo en el estado alemán de Brandemburgo, donde se veía una aberrante concatenación de imágenes de arios rubitos que, según la narrativa del partido, estarían discriminados ante el supuesto proceso de islamización de Alemania.

El vídeo, si es que se le puede llamar vídeo a semejante engendro, estaba hecho con multitud de imágenes fruto de una inteligencia artificial generativa que representaba bastamente, con hombres de ocho dedos y mujeres con la cara a la altura de los senos, a familias arias horrorizadas ante una legión de creyentes musulmanas y chavales magrebíes – o a esa conclusión llego si interpreto desde sus sesgos la morralla publicada .

Es curioso, pues quienes más uso están haciendo de las nuevas tecnologías, desde las criptomonedas hasta las ya no tan nuevas inteligencias artificiales, son los grupos ultraderechistas internacionales. Frikis, incels y filonazis de todo el mundo han decidido idolatrar a los principales promotores de estas nuevas herramientas, como al botijo megalómano de Elon Musk, y defender con fiereza estafas piramidales probadas, como multitud de sectas comerciales relacionadas con las criptomonedas. Sin embargo, ¿por qué? Pues porque el mundo que creen conocer solo existe en esas capas imaginarias y virtuales, y las necesitan para su guerra política.

La 'internacional reaccionaria', a la que considero más oportuno llamar 'internacional anticognitiva', se ha enredado en una batalla cultural por internet para convencernos de que cosas que no pasan, o al menos son muy poco frecuentes, son ahora habituales. En la era de las fake news y las noticias cogidas con pinzas, han encontrado en las inteligencias generativas la única forma de plasmar las ideas viscosas que les pudren las orejas. ¿Existen familias arias perseguidas por hordas de musulmanes? Por supuesto que no, pero ahora tienen una forma de representar de forma pretendidamente cierta lo irreal.

En la guerra de la atención, quizá la batalla más descarnada de todo internet, han visto que esa es la forma de captar el interés de ese porcentaje poblacional que se pasea entre la frontera de la reacción y el progreso; para captar a aquellos que no se creen sus cuentos horripilantes y odiosos, pero tienen dudas, han entendido que lo mejor es atacar con munición anticognitiva para hacerlos dudar hasta de lo real. Que no pensemos, que no procesemos, que no concluyamos; que estemos saturados ante la mentira y el horror.

El objetivo es generar dudas, mentir y polemizar; quieren intoxicarlo todo y que no seamos capaces de tener un debate político serio por miedo a no creernos los hechos que nuestros mismos ojos ven. Y aunque todavía les quede mucho, pueden llegar a perfeccionar lo suficiente estas herramientas. Porque, sí, es cierto que las IAs generan por ahora imágenes estrambóticas y rasgos imposibles, pero hace tres años era impensable que fueran capaces de generar siquiera el dibujo de un botijo – y ahora no va por Elon Musk .

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