Otras miradas

La sociedad civil y la convergencia de la izquierda

Marta Higueras

Concejala del Ayuntamiento de Madrid

Varias personas se manifiestan por la sanidad pública y contra los recortes. -Ricardo Rubio / Europa Press
Varias personas se manifiestan en Madrid por la sanidad pública y contra los recortes. -Ricardo Rubio / Europa Press

Todas las personas progresistas que vivimos en la ciudad de Madrid, cualesquiera que sean nuestras prioridades políticas y posiciones más o menos partidistas, reconocemos la evidente necesidad, y también la oportunidad, de abordar los problemas sociales sin resolver y el fracaso de las políticas económicas impulsadas por las derechas tradicionales y por la derecha liberal.

Lo hacemos desde dos principios que compartimos: el primero es la igualdad de derechos, que tiene un fuerte componente simbólico, pues además de constituir uno de los pilares del Estado de bienestar es el núcleo de la ciudadanía y de la plena pertenencia a la sociedad; el segundo es que consideramos la diversidad como un valor que debe conservarse, que exige igualdad en el reconocimiento de los derechos ciudadanos y apuesta por un modelo de integración.

Esta coincidencia en valores como la igualdad y la diversidad crea un marco propicio desde el cual mirar un proceso de confluencia, unidad o acción conjunta de la izquierda, en particular en el espacio político municipal.

Observando el momento en la capital, creo que estamos ante una oportunidad que requiere articularnos para movilizar a la sociedad civil. Afirmar el municipalismo puede jugar un papel catalizador para mover a la acción a todos los actores de la izquierda y conseguir una enorme base social con potencial de provocar el cambio necesario en Cibeles.

Es el momento de favorecer el protagonismo de la sociedad civil y de la ciudadanía. Nuestra modesta contribución, la de quienes conocemos el entramado institucional y las estructuras de poder, debe ser la de facilitar este debate inacabado y profuso, sin protagonismo y con generosidad.

El reto es cambiar el eje de nuestro ejercicio político y ser capaces de liderar, entendiendo el liderazgo no como ser escuchadas por seguidores sino de amplificador de la voz de quienes intervienen en el debate. Nos corresponde en este momento generar diálogos horizontales, en los cuales la interacción no esté condicionada más que por el propósito compartido de mejorar para todos sus habitantes —y no para las minorías privilegiadas— la vida en la ciudad de Madrid.

El objetivo principal de mi llamada es que colaboremos para solventar los problemas a los que se enfrenta la ciudad en el día a día, y que todos conocemos (suciedad, pérdida del espacio público, desigualdad, contaminación, abandono de los cuidados, mercantilización, incluso la falta de autoestima como ciudad, como referencia, que lleva a la apatía, a la falta de estar orgullosa, orgulloso, de ser y/o vivir en Madrid). Y conseguir eso requiere la participación de la gente, no sólo porque con el voto se legitima la pretensión de mejorar que tenemos, sino porque es con la participación real como se encarnan los principios compartidos de igualdad y diversidad.

No es una tarea fácil. No ayudan hoy la polarización, las prácticas instauradas en la política y las trabas que existen para una conversación sincera. Hay por eso que considerar a las organizaciones que llevan mucho tiempo haciendo esto mejor que nadie: a las vecinas y los vecinos, a las personas comprometidas con la consecución de derechos en el ámbito sindical, social, y las organizaciones de base. Ninguna instancia mejor que esas: los sindicatos y las asociaciones vecinales, para protagonizar la llamada a la confluencia de la izquierda municipal. Cuentan con la experiencia, el conocimiento, el respeto y la autoridad moral necesarias para dar el paso adelante y hacer posible que la izquierda presente candidaturas fuertes.

Madrid necesita ser una ciudad avanzada, estar entre las capitales europeas que proporcionan certezas y una mejor calidad de vida porque muchas madrileñas y madrileños así lo esperan.

Esta propuesta se identifica muy posiblemente con una idea que comparte la gran mayoría de quienes viven en Madrid. Pero para ello es necesario, entre otras cosas, que escuchemos a las personas que no solo asumen como propio nuestro compromiso de un modo ambicioso y coherente, sino que además cuentan con el respaldo de toda la sociedad civil.

El elevado abstencionismo y la desafección son un grave problema, pero se puede revertir esta especie de pereza que ha "okupado" al electorado de izquierdas. Podemos ser una referencia positiva dentro y fuera de Madrid en las próximas elecciones. Tenemos la responsabilidad de estar a la altura, porque es eso: una cuestión de responsabilidad.

Estoy convencida de que las ideas esbozadas aquí son vistas con buenos ojos por la mayoría progresista y de izquierdas. Sólo con la participación y aportación de todas ellas será posible que logremos mejorar la deplorable situación actual de la ciudad de Madrid. Nos toca trabajar en conjunto para que lleguen a las instituciones los principios compartidos.

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