Recién levantao

El fin de la crisis II

Hoy en el curro han anunciado una reestructuración de personal. O sea: te quedan 15 días. El dueño de tu empresa, al parecer, para seguir percibiendo unos beneficios de escándalo, tiene que reducir gastos, te dicen. Y tú, que hasta ahora pensabas que eras un trabajador, resulta que eres un gasto. Y tienes que entenderlo, te dicen. Y piensas: sí, lo entiendo, y me apetece prenderle fuego a todo esto, tenéis que entenderlo vosotros también.
Piensas: lo que es no entender de economía. Buscas en Internet cuál fue la inyección que el Gobierno anunció en octubre para los bancos: 30.000 millones de euros. Ampliables a 50.000. Haces la división: si en España hay 100.000 familias con problemas para pagar su hipoteca y ese dinero se lo inyectaran a ellas directamente, salen a 300.000 euros por familia. Alguna hipoteca se cancelaba, fijo. Si lo amplían, les daría incluso para salir alguna noche a cenar fuera. Lo que es no entender de economía.

El otro día oíste ese cálculo en la radio. Hablaban también del compromiso del Gobierno de garantizar hasta 100.000 euros en los ahorros, frente a los 20.000 de antes; era una gran apuesta. Sobre todo porque el fondo que los garantiza no se había aumentado. Luego dijeron que había que fomentar el consumo. Y dieron la cifra de parados. Lo que se llama hacer humor con la actualidad.

Antes eran afortunados los que tenían un buen trabajo. Últimamente, los que tenían trabajo, a secas. Hoy, un compañero al que también echan llegó diciendo que tenía una entrevista de trabajo después del verano. Toda la oficina, unánime, ha aplaudido. Y luego, os habéis ido a desayunar. A consumir, como locos.

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