Recién levantao

Intimidad y conciliación laboral

En el quiosco crees tener una alucinación: Beatriz Montañez, colaboradora de El Intermedio, informativo de coña de La Sexta... ¿portada de Interviú?
En el autobús, una pareja habla del tema: al parecer un amigo le hizo unas fotos a Beatriz en la playa hace tiempo... y ahora ese amigo, vendiéndolas sin su consentimiento, pasa a ser un amigo... especial. De esos de los que tienes varias hipótesis acerca de la profesión de su madre y todas son buenas.

La chica del autobús escucha esto con atención para, finalmente, sentenciar: "Le está bien empleado". Se bajan del autobús y les sigues (cosillas como estas son las que te han hecho merecedor de un par de órdenes de alejamiento, sí).
Mientras caminas detrás de la pareja, piensas: ¿Le está bien empleado, por qué? ¿Porque sale en la tele? (alguna gente –esto es así (¡?)– cree que salir en la tele te hace merecedor de todo lo

malo que te pase).
La chica del autobús amplía su veredicto: "Le está bien empleado: es un personaje público". Y con eso queda todo explicado.

Piensas: así que si uno sale en la tele... no puede ir ni al retrete en una gasolinera; alguien puede meter el móvil por la rendija de debajo de la puerta y, como hay gente dispuesta a pagar dinero por esas fotos (o ese vídeo), ¿te estará bien empleado? ¿Por... hacer la digestión? Cuando uno sale en la tele, ¿no es un personaje público... sólo mientras trabaja? ¿Es que si uno sale en la tele no tiene derecho a tener vida privada? ¿Y la conciliación laboral esa, maldita sea?
Esto último lo has dicho en voz alta y la pareja te mira. Así que carraspeas, miras el reloj y das media vuelta, ahora sí, rumbo al trabajo.

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