Todo es posible

‘Berluskistán’ a la deriva

No sé si llegaron al millón, pero han sido centenares de miles de mujeres las que han plantado cara a Berlusconi. Se han manifestado en todas las ciudades del norte al sur de Italia, en Tokio, Atenas, Nueva York, Barcelona, Madrid... hasta en 50 lugares del mundo se han oído sus protestas contra la indignidad y la falta de respeto que el primer ministro italiano siente por las mujeres. Las asociaciones feministas denuncian el continuo bombardeo televisivo que atenta contra su dignidad y que está produciendo una auténtica "mutación antropológica" en la vida cotidiana. "Cansadas de vivir en Berluskistán" era el lema de la pancarta que pasearon por las calles de Bolonia; porque ha convertido a Italia en un país que encabeza las estadísticas europeas de paro femenino y violencia machista.

Estoy convencida de que las multitudinarias protestas de las mujeres han influido de manera decisiva en el descrédito de Berlusconi y en su galopante pérdida de popularidad. El 78% de los ciudadanos consideran ciertas las acusaciones de abuso de poder y prostitución de menores. Y habrán contribuido, de algún modo, a que la jueza del Tribunal de Milán, Cristina Di Censo, decida juzgar a Berlusconi de manera inmediata por el caso Ruby, la menor marroquí que participó en las bacanales de Villa San Martino. Es probable que el acusado encuentre la manera de retrasar el proceso y no se presente el 6 de abril, fecha fijada para la primera audiencia, pero ya no tiene escapatoria. Por más que me acusen de ilusa, y por suerte para los italianos, le veo al borde del precipicio.

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