Trabajar cansa

Si al final ocupamos Libia será sin querer

"Estoy preocupado por evitar una extensión de la misión y un final abierto. Conocemos Afganistán. Conocemos Irak." -Robert Gates, secretario de Defensa de Estados Unidos-

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A la vista de los últimos días, con los aliados llenos de dudas y discrepancias sobre qué hacer, si bombardear más o menos, si armar o no a los rebeldes, cualquiera pensaría que la guerra es pura improvisación, y que los países atacantes tienen poco entusiasmo, que van desganados, como obligados.

No sabemos cómo acabará la cosa, pero si al final de la partida nos encontramos, como en Irak y Afganistán, con otro estado títere y una guerra inacabable, también parecerá que hemos llegado sin intención, sin querer, porque no quedaba otro remedio, obligados por la inevitable lógica de los acontecimientos; es decir, la lógica de los hechos consumados, que nunca es inocente.

Lo de menos es que prometan que no invadirán, o que la resolución 1973 excluya fuerzas de ocupación. Si miramos a Irak y Afganistán, comprobaremos que en esos casos tampoco estaba la creación de un estado títere entre las intenciones iniciales confesas. Igual que a Libia vamos por proteger a la población, a Irak fuimos a por armas de destrucción masiva, y a Afganistán a por Bin Laden. Pero luego las cosas salieron como salieron, y hemos acabado donde hemos acabado.

La secuencia de hechos consumados va encadenando nuevas situaciones que exigen nuevas respuestas que a la vez generan nuevas situaciones y etcétera. En Irak sólo bombardeamos al principio, pero los ataques hicieron inevitable la operación terrestre, y ésta obligó a derrocar a Sadam, lo que creó un vacío de poder que había que llenar y por ello hubo que alargar la ocupación, para finalmente, ante la inestabilidad generada, sostener un gobierno títere como única solución.

En Afganistán, más de lo mismo: primero atacamos, después usamos a la oposición como infantería, al final hubo que entrar con tropas, y como el país era ingobernable hubo que gobernarlo, resultando en una descomposición que hace imprescindible un gobierno títere.

Vamos, que ya está todo inventado. Si al final también hay que poner pie a tierra en Libia porque se vuelve ingobernable, lo haremos sin querer, porque los hechos nos obligarán.

 

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