Por Khomsi Ahmed, activista rifeño y colaborador de la secretaria internacional de CGT
El 28 de octubre de 2016, en la ciudad de Alhucemas, en el territorio del Rif, en el norte de Marruecos, un joven vendedor de pescado es aplastado por la empacadora de un camión de recogida de la basura, el joven Mohsin Fikri intentó recuperar su mercancía que instantes antes había sido arrojada por la autoridad, quedando atrapado cuando alguien accionó intencionadamente el botón de puesta en marcha de la empacadora. Murió en el acto.
Este terrible suceso dio la vuelta al mundo y la población rifeña en particular decidió tomar las calles por lo que consideró una agresión más del poder central. Así nació el Hirak (que significa movimiento en árabe), y con él emergió la figura de Nasser Zafzafi, un joven desempleado residente en uno de los barrios más humildes de la ciudad.
Sin apenas estudios, se convirtió en el líder del movimiento, sus discursos en vivo o a través de la red social le encumbraron, llegando a ser un verdadero quebradero de cabeza para la autoridad que se concentra en la sede del poder: el Palacio Real.
Nasser sólo estaba dispuesto a dialogar con aquel que maneja en realidad los destinos del país, el Rey Mohamed VI, ya que consideraba al resto peones al servicio del Comendador de los Creyentes. De igual forma manifestaba su repulsa a los partidos políticos, a los que se refería siempre como quioscos donde se dispensaba el clientelismo y la corrupción.
El Hirak y la figura de Nasser supusieron un verdadero desafió a la Corona: La exhibición de la bandera de la República del Rif, así como de retratos del que fuera la máxima autoridad en su día de la causa rifeña en su lucha contra el colonialismo francés y español, Abdelkrim El Khatabi, reabrieron viejas heridas.
Hagamos memoria: La región de Alhucemas fue bombardeada por el ejército español, durante la llamada guerra del Rif entre 1921-1927, con armamento químico (iperita, gas mostaza, y fosgeno) causando daños considerables, miles de muertes y damnificados que hasta hoy siguen padeciendo secuelas de aquel ataque. No en vano la región del Alhucemas tiene el índice más alto de cáncer en Marruecos, y de ahí que una de las reivindicaciones del movimiento liderado por Nasser es la construcción de un hospital público con una unidad de atención y tratamiento para personas con cáncer.
El Palacio (es decir, el monarca) fue quién abrió las puertas del país al colonialismo con la ratificación del tratado de Protectorado en 1912, entre Francia y España, y fueron las tribus rifeñas (las cabilas), primero con El Mezziane en 1909, y luego con Abdelkrim en 1921, las que lucharon contra la ocupación extranjera.
Con la independencia y la salida de España del Rif, en el año 1956, se produce otro episodio al que hace referencia Nasser en sus discursos: la matanza llevada a cabo por el ejército marroquí en la zona en 1958-1959, cuyo balance se estima en tres mil muertos.
Nasser llegó a comparar estos dos episodios del pasado sangriento de la región, el colonialismo despiadado español primero, y la llegada del Majzén (1) años después al Rif. Para Nasser, si España había hecho más bien poco, esta no ha hecho nada. El único hospital público que hay en Alhucemas es el antiguo hospital militar construido por España...
Sabiendo cómo se las gasta el Palacio, Nasser no dejaba de insistir en el carácter pacífico de las movilizaciones porque era consiente que el poder iba a utilizar cualquier incidente, por pequeño que fuera, para intervenir; de esa manera pudo años atrás sofocar las revueltas del año 1984 y del 2011.
El 26 de mayo 2017, durante la oración del viernes en la mezquita Mohammed V en Alhucemas, Nasser Zefzafi interrumpió al imán durante su sermón, dando un discurso improvisado criticando las instituciones y acusando al imán de usar la religión para hacer un discurso político, y de estar a sueldo del Majzén. El mismo día, el fiscal del Tribunal de Apelación de Alhucemas abrió una investigación y emitió una orden de arresto contra Nasser Zefzafi.
La mañana del 29 de mayo de 2017 Nasser se entrega a la policía, y es trasladado en el mismo día en helicóptero a Casablanca, a las dependencias de la policía judicial.
El 5 de abril de 2019, fue condenado a 20 años de prisión junto con otros 41 activistas rifeños por ‘atentar contra la seguridad interna’ del país, todo un montaje orquestado desde el Palacio para poner fin a una crisis social que duraba ya demasiado (7 meses).
Nasser fue nombrado el año 2018 candidato al premio Andréi Sájarov, un premio que el Parlamento Europeo define con cierto eufemismo así: El Parlamento Europeo lleva muchos años abanderando la causa de los derechos humanos y la democracia. Sus diputados no dudan en expresar su preocupación por las violaciones de los derechos humanos en el mundo, sin importar las fronteras o los regímenes. Y no se limitan a las palabras: inspirado por la incansable lucha de Andréi Sájarov por la libertad de pensamiento, el Parlamento Europeo materializó su compromiso en 1988 fundando el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia.
Nasser se quedó a las puertas de un hito, ya que el premio fue para el cineasta ucraniano Oleg Sentsov. Con esto quedó patente que sí importaban mucho las relaciones con el régimen marroquí y las fronteras de la Unión Europea (más que los derechos humanos y la democracia), y el Parlamento Europeo, consciente de lo que había en juego tomó la decisión de no enfadar a su socio Marruecos, por muy evidente que fue y sigue siendo su vulneración de derechos humanos.
Nasser sigue hoy en prisión y no quiere solicitar el indulto, a la espera de que llegue el día en que la dictadura reinante en su tierra pase a formar parte del pasado.
El Estado español mantiene una deuda con la población del Rif por sus sangrientas aventuras coloniales. Cuando se acaba de cumplir el centenario del llamado desastre de Annual, las personas demócratas de este país tienen la oportunidad de reparar en parte ese pasado mediante la solidaridad con el pueblo rifeño y en particular con el luchador Nasser Zafzafi, exigiendo su puesta en libertad inmediata.
(1) Esta palabra, de la que proviene nuestro almacén, designaba tradicionalmente al Estado marroquí, y actualmente se refiere a la oligarquía o poder real en la sombra. IMAGEN: Fotomontaje de Nasser Zafzafi y Abdelkrim
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