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Los electroduendes

EL JUEGO DE LA CIENCIA // CARLO FRABETTI

* Escritor y matemático

A principios de los ochenta los procesos editoriales aún no estaban informatizados, y el consabido "duende de la imprenta" seguía haciendo de las suyas; y yo, en mi doble faceta de escritor y editor, a menudo era víctima de sus travesuras. Por eso, cuando me encargaron el proyecto de un programa de televisión infantil, pensé que, puesto que los medios audiovisuales eran los sucesores de los medios impresos y, al igual que estos, propiciaban una serie de fallos humanos y técnicos específicos, la televisión tenía que tener sus propios duendes, y había que darles el protagonismo que merecían. Así nacieron los electroduedes y la bruja Avería.

Y ahora que el viejo duende de la imprenta se ha jubilado, un nuevo e inaprensible electroduende ha ocupado su lugar. Ya no hay tipógrafos que al repicar un texto puedan confundir "impotencia" con "importancia", y en teoría es imposible que se cuele un error que no sea del propio autor. Pero el rigor de las máquinas puede convertirse en rigidez y dar lugar a curiosos incidentes. En mi último libro, por ejemplo, el programa interpretó todos los guiones cortos como particiones de palabras, y los eliminó por el expeditivo método de pegar lo que había a ambos lados. No pasa nada si el espacio-tiempo se convierte en el espaciotiempo; pero cuando el intervalo 2-3 se convierte en el intervalo 23, la cosa cambia. Y en el blog de esta misma sección empezaron a volatilizarse algunos comentarios porque, según me explicó un técnico, una "herramienta de moderación" daba a veces "falsos positivos" o marcaba como spam un comentario por el mero hecho de contener varios enlaces.

No es más que el principio. Algunos expertos en IA (Inteligencia Artificial) predijeron hace ya un par de décadas la proliferación de una "fauna" informática cada vez más compleja y autónoma. "Los ordenadores pueden dar vida a tremendas abstracciones matemáticas, y no existen límites ni para lo sutil ni para lo tortuoso. La fiesta acaba de empezar", dice Hans Moravec en su libro Mind Children (1988). Y más adelante añade: "Es muy probable que en las jerarquías abstractas de las memorias de los ordenadores de todo el mundo vivan seres insospechados, la mayoría de los cuales nunca se descubrirán... El reino de los bits albergará ratas y coyotes, al igual que alberga virus y gusanos, y es posible que también nos sorprendan los equivalentes de las flores, los árboles y los pájaros cantores". No es fácil hacerse a la idea.

Soy un electroduende, y nadie me comprende...

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